Nicolás González, eurodiputado socialista y miembro de la Comisión de Energía, es el encargado de representar al Parlamento Europeo de cara a las negociaciones que se mantendrán para aprobar la reforma del mercado energético, que todavía no es definitiva. En frente, la otra institución que debatirá será el Consejo de la Unión Europea, presidido por España y representado por Teresa Ribera y su equipo. Hace dos días, el Consejo alcanzó el acuerdo gracias a la insistencia y mediación de la ministra española y este mismo jueves empiezan las negociaciones entre Parlamento y Consejo para definir un texto que convenza a ambas partes. Los dos equipos negociadores estarán conformados por los socialistas españoles, evidenciando la posición destacada y vital del Gobierno en esta materia.

“Este acuerdo abre las puertas a la negociación final, que empieza mañana. Con mucha ilusión, con muchas ganas de que llegue a buen puerto. Queremos que esta reforma sea una realidad para los ciudadanos, que vean de verdad que hay un sistema energético pensado y centrado en la ciudadanía”. Así ha decidido despedir González, cargado de ilusión, una entrevista en la que reconoce la dificultad, pero apunta al optimismo.  

Pregunta: ¿Qué pasos se darán ahora para certificar la reforma del mercado eléctrico?

Respuesta: Ahora, cada uno tiene un mandato y hay que ponerse de acuerdo, porque no tenemos las mismas posiciones. Queda negociar los trílogos, a los que asiste la Comisión Europea como árbitro. Tenemos una ventana grande de oportunidad para acabar esta reforma durante esta legislatura (acaba en junio, pero hay que presentar todos los trámites antes de abril) y una ventana más pequeña para acabarla antes de fin de año, durante la presidencia española. Si ayer no hubieran acordado, habríamos tenido dificultades.  

P: ¿Es optimista de cara a alcanzar un consenso?

R: Yo defiendo la posición del Parlamento Europeo designada en un pleno. Por lo tanto, hay elementos conflictivos donde no va a ser fácil ponerse de acuerdo. Va a costar y va a exigir muy buena voluntad por ambas partes. Ellos tendrán que ceder en algunas cosas, dado que su consenso no nos gusta mucho desde el Parlamento, pero podemos encontrar puntos de encuentro.

P: ¿Cuáles son los puntos de fricción entre ambas posiciones?

R: Los contratos por diferencia son el principal punto de fricción que tuvieron ellos y que a nosotros nos costó bastante, por lo tanto, no tenemos una posición exactamente igual y existen diferencia que generarán discusiones. Además, nos preocupa mucho la protección de los consumidores.

Nosotros hemos defendido la prohibición de la desconexión de consumidores vulnerables; una mayor democratización del mercado eléctrico, donde los consumidores sean una parte más activa; y también las señales en situaciones de emergencia, es decir, cómo se declara una crisis de precios, que para nosotros debe ser algo automático cuando se den unas premisas.

P: Si finalmente se alcanzase un acuerdo y se aprobase esta reforma, ¿cómo afectaría al pequeño consumidor?

R: Lo primero, iba a estar más protegido. Los consumidores tendrían un papel más activo, que tiene que ver con tarifas más dinámicas, diferenciadas según los elementos de consumo e, incluso, con la posibilidad de que sean remunerados si hay ahorro. Además del derecho a compartir energía, sobre todo cuando tenemos la posibilidad de producir en nuestras propias casas. Una mayor protección y descentralización del mercado en favor de los consumidores.

Además, con las herramientas de las que se dota a la reforma, se estabilizarían las señales del mercado a medio-largo plazo y habría claridad para los inversores, sobre todo para los de renovables, que son la solución más barata y que contribuye a la descarbonización.

P: ¿Los cambios se notarían a corto o medio-largo plazo?

R: Una vez aprobada, hay cosas que se notaría de inmediato porque hay un reglamento que es de aplicación en toda la Unión Europea (UE). Por tanto, muchas de las medidas serían de aplicación inmediata. Otras medidas se notarían de una manera más diferida, porque serían las que afectan a la reforma de la directiva, que tiene una trasposición a cada Estado miembro.

P: ¿Cuáles serían las principales que se notarían a corto?

R: De forma inmediata, el cómo se actúa ante una emergencia de crisis de precios entraría a actuar, tanto las normas por las que se declara, como las herramientas que se podrían utilizar. También actuaría de forma inmediata el esquema de soluciones a medio-largo plazo, como son los contratos por diferencia o los contratos bilaterales, que se refuerza con esta reforma.

P: ¿Y a largo?

R: La protección de los consumidores pues tendrían cierta dilatación en el tiempo porque tendría que pasar al ordenamiento jurídico de cada Estado. Estas normas son más o menos comunes en Europa, pero cada país tiene su ordenamiento de mercado sobre cómo realiza esta protección y la financia.

P: Cambiando de tercio, ¿qué significa que las dos partes de una negociación de este calibre las lideren representantes del mismo país y partido político?

R: No es una sorpresa que Teresa Ribera consiga acuerdos de este tipo, siempre ha marcado una posición de liderazgo en este campo, tanto en España como en la Unión Europea. Esto entra en la lógica de que un trabajo realizado durante mucho tiempo se ve reflejado. Teresa fue la primera en decir que venían tiempos difíciles y la primera que levantó la voz sobre los fallos del mercado que el resto no veían. Por todo esto tenemos un liderazgo en este campo.

Esta reforma se esta negociando y va a salir adelante porque la hemos reclamado desde España, el Gobierno y los socialistas. Lo mismo sucede en el Parlamento Europeo, donde los socialistas hemos estado detrás de la reforma y hemos luchado para que tuviera marchamo español. Ha habido mucho trabajo desde hace años y es cierto que hemos llevado el liderazgo, pero no nos lo podemos arrogar todo.

P: Sobre el acuerdo alcanzado este martes, ¿qué le parece que se alcanzase de forma unánime con la excepción de Hungría?

R: Hungría se suele descolgar siempre, la noticia no es esa, sino que no se haya descolgado Polonia. Parece que los cambios en la situación polaca están surtiendo efecto. Que solo haya un díscolo es mejor a que haya dos. Orban es una voz disonante que no es tomada en mucha consideración en Bruselas, pero la buena noticia es que Polonia está abordo.

P: Hablando de díscolos, ¿qué le parece la posición de la derecha española al respecto?

R: Desde luego, Vox tiene unos componentes que se aproximan al negacionismo. En cambio, en el PP español nos ha sorprendido más, ya que se han ido aproximando a estos grupos extremistas. No obstante, no es ninguna noticia si recordamos que el PP ha puesto trabas a muchas de las soluciones que ha propuesta España. En el caso de esta reforma del mercado eléctrico, el PP europeo finalmente está abordo, pero están poniendo constantemente palos en la rueda.