Hablar de cambio climático es hacerlo sobre las implicaciones que puede tener en nuestro día a día, en el deshielo polar, la subida de los mares, la desertificación y todo eso. Pero sobre todo es hablar de economía, de cuánto va a costar el cambio climático.

El papel del sector privado

Porque muchos de los que lo niegan lo entenderían mucho mejor si supieran que el cambio climático es, entre otras cosas, un desastre financiero. Es uno de los aspectos que se ha puesto de relieve en el momento de negociar la forma de llevar a cabo los acuerdos de París. No hay posibilidades de salvación si el sector privado no se implica y asume sus costes.

Los costes de adaptarse a las modificaciones climáticas son difíciles de evaluar pero se sabe que serán enormes. Según Naciones Unidas, estos gastos para los países en desarrollo podrían oscilar entre 140.000 millones de dólares y los 300.000 millones de dólares. Da la casualidad de que muchos de estos países se encuentran en zonas marítimas y caribeñas, las que serán más afectadas por la subida del nivel de mar. 

Una inversión insuficiente

Son naciones que tampoco pueden asumir en solitario las pérdidas provocadas por los desastres naturales que se asocian la cambio climático. Los expertos calcular que estos países necesitarían una inversión anual de alrededor de 80.000 millones de dólares para adecuar sus infraestructuras costeras y bosques tropicales. Y esto solo hace referencia a países de Suramérica. 

Y sin embargo, en la actualidad, solo se están financiando proyectos de estas características por valor de 4.000 millones de dólares al año, lo que es evidentemente insuficiente. 

Activos valiosos como puentes, carreteras, complejos hoteleros o puertos están amenazados y precisan de una actuación económica decidida y cara que hasta ahora está muy lejos de hacerse realidad.