El sector energético vuelve a la carga contra la propuesta del Gobierno para corregir el dividendo que reciben las centrales no emisoras como consecuencia de los costes del CO2 en el mercado de derechos de emisión.

De hecho, durante el VI Congreso Eólico, Rafael Mateo, CEO de Energía Acciona, ha asegurado que “las medidas inesperadas no ayudan a predecir el futuro”, cuando los inversores piden “estabilidad y predectibilidad”. De la misma forma, Rafael González, director de la italiana Endesa, ha afirmado durante el evento que la propuesta de intervención en el mercado de CO2 “puede generar una incertidumbre enorme y es un horror clarísimo”.

Elevar el coste para los consumidores

Por su parte, Duarte Bello, jefe de operaciones para Europa y Brasil en EDP Renewables, las energéticas “elevarán los costes para todos, y también para los consumidores. La estabilidad es crítica para el cumplimiento de los objetivos del PNIEC”, que prevé el desarrollo de 60 gigavatios (GW) en 2030. “Lo más importante para conseguir los objetivos es que nos dejen trabajar”, incidió Manuel García, consejero delegado de Greenalia.

Por el contrario, el Secretario General de FACUA, Rubén Sánchez, defiende vehementemente que hay que “poner límites a los infladísimos precios" que aplican las compañías eléctricas, que “han ganado cerca de dos mil millones de euros netos en el primer trimestre del año” aprovechando las medidas de confinamiento durante las primeras fases de la pandemia.

La situación, que se encuentra en un momento crítico, podría incluso llevar a la ruptura con la Administración Central y las Autonomías, asegura Joao Barredo, director general de Renovables, Nuevos Proyectos e Innovación de Naturgy. No obstante, se trata de palabras que caen en vano ya que estas empresas esperan como agua de mayo la llegada de los Fondos Europeos, que podrían suponer una oportunidad de cambio para el país. Es decir, el discurso rupturista de Barredo no se sostiene.

En defensa de los consumidores

En el lado opuesto a las eléctricas, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) insiste en que España es el quinto país de Europa que más paga por el consumo eléctrico, “teniendo en cuenta la creciente presencia en el mercado eléctrico de nuevas fuentes de energía baratas y sostenibles, como la eólica y la solar”.

Por lo que la OCU incide en que es "indispensable" la reducción del precio de la energía, que debería contemplar la reducción del I.V.A. al 10 por ciento -actualmente es el 21 por ciento- y la eliminación del Impuesto de la Electricidad -que grava un 5,11 por ciento la factura-, entre otras medidas.

De igual manera se ha expresado Rubén Sánchez, que afirma que, “si se toca un impuesto debe ser el IVA, a la baja, pero debe ir acompañado de impuestos directos más elevados a las rentas más altas y a las empresas que tienen beneficios mayores”.

De hecho, según la organización, FACUA, el incremento interanual de estos quince días representa para el usuario medio un 45,4 por ciento con respecto a junio de 2020, mientras que el máximo histórico del precio del kWh se alcanzó entre el 8 y el 14 de enero de 2021, con 20,64 céntimos cerca del primer trimestre de 2012 cuando el precio llegó a los 20,85 céntimos.