La autoridad de competencia británica (CMA) ha dado luz verde provisional a la fusión de O2, la filial de Telefónica, con Virgin Media, propiedad de la compañía estadounidense Liberty Global. La operación está valorada en 31.400 millones de libras (36.180 millones de euros al cambio) y es la más importante de la historia del grupo de telecomunicaciones.

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Los socios se repartirán el capital de la nueva compañía a la mitad y este miércoles han realizado su primer pronunciamiento tras la autorización de la fusión: “Liberty Global y Telefónica han recibido la publicación de las conclusiones provisionales de la CMA en el marco de su examen de la propuesta de fusión de sus negocios en el Reino Unido. Seguimos trabajando de forma constructiva con la CMA para lograr un resultado positivo. Esperamos el cierre hacia mediados de este año”.

Esta operación es especialmente importante para Telefónica y para su reducción de deuda, más allá de la creación de un gigante de telecomunicaciones en Reino Unido. En cifras, Telefónica prevé una reducción de deuda de entre 6.300 y 6.652 millones de euros, así como realizar un pago inicial de 6.500 millones de euros.

Al cierre del año, la deuda de la compañía se situaba cerca de los 35.000 millones de euros, siendo uno de los puntos clave de la gestión de José María Álvarez-Pallete en sus cinco años como presidente de la teleco. Con la fusión de O2 y Virgin, además de las ventas de Movistar Costa Rica y la venta de las torres de Telxius a American Tower, la deuda de Telefónica se reduciría hasta alrededor de los 26.000 millones de euros.

“Para Telefónica, la fusión doblará la capacidad de generación de caja que tenía O2 por separado, alcanzando una rentabilidad del 16% en 2024”, asegura Bank of America, que prevé que la operación genere valor tanto para Telefónica como para Liberty. La aprobación definitiva podría producirse en el próximo mes de mayo, según fuentes del sector.