Talgo es una de las grandes protagonistas de este 2024. El fabricante de trenes nacional está inmerso en un culebrón desde hace meses, hace casi un año, y parece que el final nunca llega. Talgo necesita -más bien sigue necesitando-un tándem entre un socio inversor y un socio industrial para poder hacer frente a los niveles de producción de sus fábricas. En otras palabras, Talgo necesita una solución para no morir de éxito.
La compañía no está en pérdidas, tampoco tiene una situación económica peligrosa. No tiene a sus fábricas y trabajadores parados. Todo lo contrario: necesita ampliar su producción para poder hacer frente a los pedidos presentes y futuros, tanto nacionales como a nivel internacional. Una situación de la que alertan dirección y sindicatos, no tanto a corto plazo pero sí a medio-largo plazo, y ante la que piden agilizar las vías necesarias para asegurar el presente y el futuro de la compañía.
Las administraciones públicas correspondientes tienen mucho que decir y, de hecho, ya lo han dicho. Tanto el Gobierno de España, a nivel nacional, como el Ejecutivo vasco han dejado clara su implicación en el proyecto de futuro de Talgo. Precisamente el Gobierno nacional es el que ha dicho que no a la opa del grupo húngaro Magyar Vagon sobre el fabricante de trenes español. Y es que el Ejecutivo tiene la potestad de hacerlo, según la ley del escudo antiopas, en base a proteger la autonomía estratégica y la españolidad de ciertas empresas consideradas claves para el buen funcionamiento de la sociedad. Talgo es una de ellas.
El Gobierno rechazó la propuesta de Magyar Vagon para hacerse con el negocio de Talgo mientras, en paralelo, la dirección de la compañía no ha aceptado las propuestas de fusión de Skoda de los últimos meses. Mientras tanto el Ejecutivo ha reiterado, tras el no a la propuesta de Magyar Vagon, su intención de velar por los intereses presentes y futuros del fabricante de trenes. A la intención del Gobierno de Sánchez se ha sumado en los últimos días el papel del Ejecutivo vasco.
El Gobierno vasco está "buscando un socio industrial"
La Diputación Foral de Álava y el Gobierno vasco han confirmado esta misma semana estar inmersos en la búsqueda de un socio industrial que garantice la continuidad de Talgo. Así lo aseguraba el diputado general de Álava, Ramiro González, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno foral. “Trabajan en coordinación para buscar un socio industrial que permita construir un proyecto que aborde las inversiones necesarias para garantizar no sólo la continuidad de Talgo, sino que sea capaz de abordar los importantes pedidos a los que tiene que hacer frente en el futuro", anunciaba el diputado.
“El Gobierno Vasco está dispuesto a hacer todo lo necesario para que Talgo continúe su actividad y aumente su vinculación con Euskadi y especialmente con Álava", continuaba González. Talgo tiene uno de sus centros de producción principales en Euskadi, además de la planta situada en Las Matas, en la localidad madrileña de Las Rozas. De hecho, aseguraba que este asunto había sido tratado “personalmente” con el lehendakari vasco, Imanol Pradales, dirigente del PNV. "Talgo es una empresa importante para Álava, no sólo por el número de trabajadores que prestan allí directamente sus servicios, sino que también es una empresa importante, porque hay otras empresas locales suministradoras de Talgo y porque es una empresa con origen en Álava y fuerte arraigo en nuestro territorio", defendía el diputado.
Con estas declaraciones se podría entender que el Gobierno vasco estaría buscando ese socio industrial entre las empresas vascas. Es aquí donde habría surgido la opción de recurrir a CAF, el otro gran fabricante de trenes nacional y, casualmente, de origen vasco. CAF ha sido uno de los nombres que ha sonado desde el principio del culebrón Talgo como alternativa en caso de que el Gobierno dijera que no a la oferta húngara. Algo que ya ha ocurrido en la práctica.
Para algunos, CAF sería una de las mejores opciones para el futuro de Talgo, ya no solo por su capacidad de producción, sino que sería una forma de mantener la españolidad de la compañía en un momento clave para el transporte ferroviario. Sin embargo, parece que la empresa vasca tiene otros planes. En las últimas horas, en un acto organizado por Renta4 en la Bolsa de Bilbao, la cúpula de CAF ha deslizado que no estaría tan interesado como algunos creen en entrar en el negocio de Talgo.
Talgo no necesita dinero
Y es que lo que necesita ahora mismo Talgo es un tándem inversor-industrial que le permita mantener sus niveles de producción como hasta ahora. El socio inversor parece tenerlo. CriteriaCaixa confirmaba a finales de agosto que seguía interesada en la operación y, a día de hoy, el holding de Isidro Fainé está posicionado con el mayor inversor nacional del mercado. Con el interés de Criteria, y el apoyo del Gobierno nacional y del Ejecutivo vasco -en busca de opciones para asegurar la viabilidad empresarial de Talgo- solo faltaría ese socio industrial, clave para la compañía.
Talgo no necesita dinero o financiación adicional. En eso coinciden los sindicatos y la dirección. Lo que necesita Talgo es un socio industrial con experiencia y capacidad en el negocio de la fabricación de trenes que le permita aumentar sus niveles de producción para hacer frente así al volumen de pedidos actual, entre ellos el de Renfe, como a medio plazo. El transporte ferroviario está en pleno proceso de expansión, no solo en el territorio nacional, y el fabricante de trenes es uno de los principales operadores del sector, por lo que todas las previsiones pasan porque siga aumentando su volumen de pedidos.
Ahora bien, con el aparente desinterés de CAF, los responsables deben buscar otra solución al futuro de Talgo. La compañía lleva casi un año en esta situación y, a pesar de no observar graves problemas a corto plazo, sí que reclama mayor certidumbre y un plan que permita terminar con este culebrón. Con este panorama, algunos llaman al Gobierno a diseñar, y comunicar, un plan B tras haber vetado a la propuesta húngara Magyar Vagon por motivos de “seguridad nacional”. Un plan que tendría que presentar el Ejecutivo y en el que, según los últimos movimientos del gobierno vasco, también el PNV estaría trabajando en el plan.