Repsol se reafirma en su estrategia de inversión para sacar mayor rentabilidad a su negocio de renovables y avanzar en un proceso de descarbonización justo para toda la sociedad. Según fuentes del sector, la multienergética mantiene desde hace días conversaciones con posibles inversores internacionales para formalizar un movimiento clave en su estrategia de descarbonización. Repsol tendría entre sus planes vender el 49% de su participación en su cartera de renovables este mismo año, más concretamente activos eólicos y fotovoltaicos que ya despliega a lo largo del territorio nacional, para compartir la propiedad de estos parques de energía limpia. Una estrategia con la que ya ha tenido éxito con Pontegadea, el negocio inversor de Amancio Ortega.

La multinenergética liderada por Antonio Brufau y Josu Jon Imaz centra su negocio de renovables en los activos eólicos y fotovoltaicos que, a día de hoy, explota de forma individual a lo largo y ancho de la Península Ibérica. Repsol cuenta con una decena de parques eólicos y solares repartidos entre comunidades como Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, las favoritas de las energéticas para desplegar sus activos renovables por sus características territoriales y climatológicas. Instalaciones que ya están en funcionamiento o que, bien, están a punto de estarlo.

La estrategia de Repsol pasa ahora por vender el 49% de la participación en estos activos renovables -lo que se considera como participación minoritaria- para, de alguna forma, compartir la propiedad de los parques eólicos y fotovoltaicos repartidos por España con grandes inversores. Una medida que, no solo mejoraría la viabilidad económica de Repsol, con las consiguientes inyecciones de millones de euros, sino que supondría la entrada de grandes inversores como Pontegadea en el negocio de las renovables, necesarias para avanzar en transición energética y en un proceso de descarbonización justo y accesible para la sociedad.

Amancio Ortega eligió Repsol para estrenarse en renovables

El objetivo de la multienergética en su estrategia de inversión pasaría en todo momento por mantener el control y la gestión de los parques de energía verde en manos de la propia Repsol, que se quedaría con el 51% de la participación, y no en el inversor entrante. Este ha sido el modus operandi de los contratos que la multienergética ya ha ratificado con Pontegadea y otros inversores internacionales. Y es que Amancio Ortega entró de lleno en el negocio de las energías renovables a través de Repsol en noviembre de 2021 a través de su fondo de inversión, destinado en su actividad habitual al lujo inmobiliario. No obstante, el dueño y fundador de Inditex optó por diversificar su negocio y eligió Repsol para estrenarse en el ámbito de la energía limpia.

En noviembre de 2021 Repsol cerró un acuerdo con Pontegadea para asociarse en el parque eólico Delta, en territorio aragonés, con una capacidad de 335MW limpios y plenamente operativo desde marzo de ese año. El acuerdo para la venta de una participación minoritaria del proyecto a Pontegadea, precisamente el 49%, contemplaba una inversión de 245 millones de euros por parte de Amancio Ortega para entrar en el proyecto de Repsol, tal y como informaba la multienergética en su momento.

Repsol daba cuenta pública del mantenimiento de su modelo de negocio en renovables con este contrato y aseguraba su objetivo de obtener una rentabilidad de doble dígito en sus inversiones en energía verde. Además, la entrada de Pontegadea en el accionariado del parque eólico de Delta reforzaba la posición de Repsol como operador con vocación industrial y la solidez de su modelo de crecimiento en renovables.

“Contar con Pontegadea como socio en Delta confirma la calidad de nuestros activos y va a permitir acelerar nuestro crecimiento en renovables, en el marco de una transición energética eficiente y sostenible, y en el objetivo de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050”, celebraba Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, tras el estreno de Pontegadea como inversor en el sector de las renovables de la mano de la compañía.

La estrategia se repite: Repsol vende el 49% y se queda con el control del proyecto

Este fue el primer paso en la unión Repsol-Pontegadea pero no ha sido el único de los últimos años. La unión de ambas compañías por la rentabilidad de Delta ha tenido su réplica después con un segundo contrato, también con la venta del 49% de la participación, del parque fotovoltaico Kappa, esta vez situado en la provincia de Ciudad Real. Un acuerdo anunciado en julio de 2022, hace menos de un año, con el desembolso de 27 millones de euros por parte de Amancio Ortega para el negocio renovable de Repsol.

La venta del 49% de Delta a Pontegadea despertó un gran interés inversor en noviembre de 2021 a nivel internacional, con entidades de primer nivel presentando ofertas en la fase final del proyecto de Delta. Pero, además de Pontegadea, Repsol ha replicado estas operaciones de compraventa también con el grupo internacional The Renewables Infrastructure Group (TRIG), al que vendió el 49% de la planta fotovoltaica Valdesolar, situada en la localidad pacense de Valdecaballeros.

Una venta de participación minoritaria en el proyecto -siempre es el 49%- que sigue manteniendo a Repsol como máximo responsable de la gestión y el control de sus proyectos limpios, con el 51% del total, y que revela la forma de proceder de la multinenergética para cumplir con sus objetivos de descarbonización y de cero emisiones netas, este último previsto para 2050.

Un apetito inversor por parte de actores internacionales que parece no haberse frenado desde finales de 2021 y del que ahora Repsol podría beneficiarse ampliamente para mantener su estrategia de inversión, especialmente de la mano de Amancio Ortega, a quién estrenó en el negocio de las renovables. Y es que Pontegadea es una de las opciones que más suenan entre el sector para mantener el impulso en la descarbonización y en la transición de Repsol hacia una empresa multienergética