Repsol lo tiene claro: quiere llegar al objetivo de cero emisiones netas en 2050 y utilizará las herramientas y vías disponibles para ello. Uno de estos caminos pasa por impulsar el hidrógeno renovable, una alternativa energética limpia que sirve para contribuir a la descarbonización del país. Dentro de este plan nace SHYNE, el mayor consorcio multisectorial a nivel nacional para impulsar esta opción de energía limpia.

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SHYNE, el consorcio Spanish Hydrogen Network, cuenta con 33 socios de diferentes sectores liderados por siete empresas fundadoras, entre las que se encuentra la propia Repsol. Con una inversión de 3.230 millones de euros y la previsión de crear más de 13.000 empleos, SHYNE nace con proyectos previstos en diez comunidades autónomas.

"Para alcanzar la neutralidad climática no hay un solo camino. Una única vía no es suficiente", aseguraba el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, durante la presentación del megaconsorcio. Para el consejero delegado, el hidrógeno renovable es "probablemente la mejor vía para la industria y el transporte pesado y una de las mejores para el transporte ligero".

Uno de los grandes objetivos es situar a España como base en la generación de esta alternativa verde. Una medida que no solo tendrá repercusión medioambiental, sino también económica. Más allá de la creación prevista de más de 13.000 empleos, reducir la dependencia energética con respecto a países como Argelia tendría su impacto incluso en el abaratamiento del recibo de la luz o del gas para los consumidores.

Foto de familia de los socios promotores de SHYNE y los representantes del Gobierno

Además de la participación en SHYNE, Repsol va a destinar una inversión total de 2.549 millones de euros hasta 2030 para el desarrollo del hidrógeno renovable, tal y como anunció en la presentación de su estrategia hace apenas unos meses. Una inversión que se traducirá en la instalación de una capacidad de 400 MW en 2025 y de más de 1,2 GW en 2030.

El objetivo de Repsol es liderar el mercado del hidrógeno renovable en la Península Ibérica y quedar como el tercer productor relevante a nivel europeo. “España tiene los recursos y, por tanto, la oportunidad de disponer de energía renovable sin emisiones asociadas a coste asequible, lo que nos permite invertirla en la producción de hidrógeno y a partir de ahí, aplicarlo donde corresponda a coste competitivo”, asegura Tomás Malango, director de Hidrógeno de Repsol. 

Es necesaria la colaboración público-privada

La reducción de la dependencia energética es, precisamente, uno de los aspectos que destacaban los representantes del Gobierno presentes en el estreno de SHYNE, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, y el secretario general de Industria y PYME, Raül Blanco. Mientras Aagesen asegura que “el hidrógeno renovable es un proyecto país”, Blanco hacía un llamamiento para aprovechar esta oportunidad y ampliar la capacidad de generación energética española: "Estamos siempre en el medio y podríamos ser pioneros".

España está en una situación privilegiada para impulsar las energías renovables. No es algo que esté solo sobre el papel -en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, donde la transición ecológica es una de las cuatro patas centrales- sino que el territorio nacional cuenta con una gran disponibilidad de recursos solares y eólicos. Unas características climáticas y naturales que favorecen la tan deseada transición ecológica y que podría tener futuro con el hidrógeno renovable.

Molinos productores de energía eólica. Europa Press

La apuesta de Repsol por el hidrógeno renovable queda reforzada también por la acción del Gobierno para impulsar esta alternativa limpia. De hecho, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico ha lanzado dos programas de ayudas para ello, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y lanzará dos convocatorias del PERTE ERHA (Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento) en unos días. 

Y esta es una de las peticiones que lanza la compañía: la colaboración público-privada y la necesidad de ayudas económicas para poder seguir adelante. En este punto juegan un rol principal las Administraciones Públicas, pero también el sector privado o incluso las pymes. "Harán falta ayudas", anticipaba el responsable de Hidrógeno de Repsol, Tomás Malango.

Aunque por el momento se desconoce la cantidad que recibirá Repsol de los fondos europeos y de los PGE para el desarrollo de esta alternativa, el responsable ya ha lanzado el mensaje: "Producir hidrógeno tiene un coste elevado". “Conceptualizamos la descarbonización no solo como una palanca ambiental, sino también financiera y orientada a los negocios, y los Valles del Hidrógeno son una oportunidad de negocio para España”, asegura Malango. 

Proyectos en marcha

El hidrógeno renovable es uno de los pilares estratégicos del plan de Repsol, que ya ha puesto en marcha varias acciones, más allá del megaconsorcio SHYNE. Es el caso del acuerdo con EDP Renewables, con tres proyectos en la Península Ibérica, dos de ellos en España. Se trata del proyecto de Aboño, que pretende crear un "Valle del Hidrógeno verde" en Asturias o en el "Corredor Vasco del Hidrógeno". En Portugal, han elegido el complejo industrial de Sines para explotar la producción de hidrógeno renovable.

La compañía también ha realizado las primeras pruebas en su refinería de Cartagena, con combustibles de baja huella de carbono empleando hidrógeno renovable. De hecho, ha producido esta energía, por primera vez, con el biometano como materia prima y transformándolo en combustibles de baja huella de carbono. En total, 10 toneladas de hidrógeno renovable que prueban que Repsol podría sustituir el gas natural por el biometano para producir hidrógeno renovable en sus complejos industriales.

Repsol pretende aplicar el hidrógeno renovable tanto en sus procesos industriales de refino y química, “como en los negocios que están surgiendo con esta nueva economía del hidrógeno: desde la movilidad, con los combustibles sintéticos o los vehículos eléctricos de pila de combustible, al sector doméstico, donde ya hay calderas disponibles para generar electricidad y calor con este gas”, señala Ana Martínez, una de las expertas sobre hidrógeno renovable en la compañía.

Quizá la mayor materialización del proyecto aparece con el tren de hidrógeno renovable impulsado por Repsol y Talgo. El pasado mes de julio, las compañías firmaron un acuerdo para la creación de trenes de hidrógeno renovable, en aras de conseguir un transporte ferroviario sin emisiones. Talgo ya está trabajando en el primer tren dual hidrógeno-eléctrico, el tren Vittal One, una situación modular de Media Distancia y Cercanías alimentada por pila de hidrógeno.

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La alianza entre las dos compañías proporciona una solución integral para hacer del tren de hidrógeno renovable una realidad. Esta colaboración promoverá la consecución de uno de los objetivos marcados en la Hoja de Ruta del Hidrógeno, que establece como meta para 2030 contar con dos líneas de trenes comerciales propulsados con hidrógeno renovable. 

Tomás Malango, director de Hidrógeno de Repsol; Juan Abascal, director ejecutivo de Transformación industrial y Economía Circular de Repsol; Carlos Palacio, presidente de Talgo; Emilio García, director de Innovación de Talgo y Emiliano López, presidente d

“La combinación de biocombustibles avanzados, combustibles sintéticos e hidrógeno renovable es la opción tecnológica más competitiva para superar los desafíos de la descarbonización en sectores donde actualmente la electrificación no es viable” -asegura Tomás Malango- "La descarbonización de la movilidad es una oportunidad enorme para la economía. Si se aborda desde un punto de vista conjunto, neutral tecnológicamente, sin tratar de favorecer a unas tecnologías sobre otras, podemos llegar a soluciones enormemente interesantes, que cubran todas las necesidades de los conductores y, al mismo tiempo, permitan crear riqueza". 

Fotoelectrocatálisis, un concepto clave para el hidrógeno renovable

Repsol ya emplea el hidrógeno renovable desde hace décadas en sus diferentes negocios, ya sea por su experiencia en la cadena de valor o por las sinergias entre sus diferentes usos. Para impulsar esta tecnología, la compañía recurre a opciones como la electrólisis, la producción a partir de biogás, y está empezando a hacerlo a través de la fotoelectrocatálisis -una tecnología que desarrolla con Enagás- para impulsar el hidrógeno renovable.

Tras casi una década de trabajo, un equipo de investigadores de Repsol y Enagás ha logrado desarrollar una tecnología pionera para la producción de hidrógeno renovable a partir del uso directo de energía solar. Es lo que se conoce como fotoeletrocatálisis. Este proyecto es un desarrollo de I+D 100% español, liderado por mujeres y realizado en colaboración con varios de los centros de investigación en hidrógeno más prestigiosos del país. Una investigación que se materializará con la construcción de una planta de demostración en el complejo industrial de Repsol en Puertollano, para alcanzar la madurez comercial antes de 2030.

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La fotoelectrocatálisis permite emplear solo agua y energía solar para producir hidrógeno renovable y es una de las vías tecnológicas en las que trabaja Repsol para descarbonizar la generación de este gas. Una opción que sitúa en un muy buen lugar a España por las condiciones climáticas. “Somos el primer productor y consumidor de hidrógeno en España y esta tecnología supone una reducción total de las emisiones en relación con los métodos convencionales usados para generar H2”, afirma María Dolores Hernández, colíder del proyecto desarrollado entre Repsol y Enagás.

La electrólisis es la opción más utilizada hoy para la generación de hidrógeno renovable, donde la energía para desarrollar el proceso viene del sol o del viento, es decir, de fuentes 100% renovables. Esa electricidad renovable es transportada a un electrolizador donde se separa la molécula del agua en hidrógeno y oxígeno, explican desde Repsol. Sin embargo, la aparición de la fotoelectrocatálisis lleva consigo una simplificación del proceso.

Transformación en un solo paso

Esta nueva forma de producir integra todo este proceso en un solo paso. “El dispositivo recibe directamente la radiación solar y con un material fotoactivo se generan las cargas eléctricas que provocan esa separación”, explica Hernández. Con esta alternativa se evitan las pérdidas asociadas al transporte y la transformación de la electricidad, lo que hace que “la tecnología de fotoelectrocatálisis mejore la eficiencia del proceso de conversión de energía solar a hidrógeno con respecto a la electrólisis”.

Una de las investigadores del proyecto desarrollado por Repsol y Enagás

Esta simplificación en infraestructura y equipos reducirá, además, las inversiones en esta tecnología, que también tiene la gran ventaja de no depender del precio de la electricidadun factor especialmente relevante con los altos precios energéticos a día de hoy. La hoja de ruta del proyecto “está concebida para que, en 2030, el gas generado por esta vía pueda competir en costes tanto con el producido por procesos convencionales a partir de gas natural, como con el obtenido por electrolisis”, continúa la colíder de la investigación.

“Se prevé que España, por su situación estratégica, sea uno de los futuros exportadores de hidrógeno renovable a otros mercados de Europa que no tienen ese potencial en energía solar”, asegura Mónica Sánchez, la otra responsable del proyecto de Repsol y Enagás. La infraestructura gasística será clave para transportar este gas, pero existen otras alternativas, como transformar el hidrógeno renovable en combustibles sintéticos.

Esta tecnología se encuentra aún en desarrollo y, por el momento, funciona en la planta piloto de Repsol situada en Móstoles, con el objetivo de convertirse en una realidad en 2025 en la planta de Puertollano. “En caso de éxito, esta tecnología otorgará a España una posición de liderazgo tecnológico en la nueva cadena de valor del hidrógeno”, avanza el director de Hidrógeno de la compañía. 

Uno de los problemas principales en el proceso del hidrógeno renovable es el almacenamiento y transporte, que a día de hoy tiene un alto coste y, por el momento, se está utilizando en zonas muy concretas como los parques tecnológicos o en los Valles del Hidrógeno. “Además del autoabastecimiento, proporcionaremos este hidrógeno a otras industrias y lo transformaremos en portadores, principalmente en combustibles sintéticos que fabricaremos a partir de CO2 capturado e hidrógeno renovable" -explica Malango- "Estos portadores son, en sí mismos, un sistema de almacenamiento de energía que se puede transportar y consumir en los coches, aviones o barcos actuales".

Entre estas otras alternativas, Repsol también prevé producir hidrógeno a partir de residuos orgánicos de diferentes procedencias, como son los residuos urbanos, la biomasa u otros subproductos de industrias agrícolas y ganaderas. Muchas opciones renovables y limpias que podrían terminar en una alternativa energética con infinidad de beneficios medioambientales y económicos para España.