CaixaBank y Bankia están cerrando los últimos flecos de la fusión por absorción a nivel práctico. Más allá del periodo de negociaciones, ahora es el turno de adaptar la llegada de los antiguos clientes de Bankia a la nueva CaixaBank, con algunos cambios en los servicios y en las condiciones, en un proceso que terminará el próximo 12 de noviembre.

Uno de los cambios que más preocupan a los clientes de Bankia es que dejarán de contar con una tarjeta de débito gratuita al convertirse en clientes de la nueva entidad. Sin embargo, CaixaBank ha puesto a su disposición una nueva tarjeta de crédito, con unas características algo diferentes a la de una tarjeta de este tipo.

El problema ha aparecido en el momento en el que los clientes de Bankia dejarán de disponer de una tarjeta de crédito gratuita, a pesar de que cumplan con las condiciones de vinculación del programa de la entidad Por ser tú de Bankia. Ahora, la nueva entidad ofrecerá a estos clientes una nueva tarjeta -denominada MyCard- con la incorporación al programa Día a Día de CaixaBank. No obstante, este producto cuenta con ciertas diferencias con respecto al resto de tarjetas de crédito del mercado.

MyCard tendrá una modalidad de pago por defecto que será la del pago de la totalidad a final de mes y sin intereses. En otras palabras, las compras se acumularán -entre el 22 y el 21 de cada mes- y se pasará el recibo el día 1 del mes siguiente. Pero además, la tarjeta contará con una funcionalidad que le sitúa cerca de una tarjeta de débito tradicional.

El cliente podrá decidir la modalidad de pago

Se trata de la posibilidad de cambiar la modalidad de pago. Es decir, en vez de abonar el recibo a final de mes, el cliente de la nueva CaixaBank podrá elegir la opción de pagar sus compras cada dos días. Así lo explica la entidad en una carta a los antiguos clientes de Bankia: "En este último caso, las compras se liquidarán en la cuenta, una a una, a las 48 horas después de efectuar cada compra".

Así se convierte en algo más similar a una tarjeta de débito, con la diferencia de que el importe de la compra se cargará en la cuenta 48 horas después y no en el acto, tal y como ocurre con una tarjeta de débito tradicional.

Con esta liquidación a dos días, en caso de que se agote el límite de crédito, el cliente podrá seguir comprando por un importe máximo de 3.000 euros, siempre que haya saldo suficiente para pagar el límite de crédito agotado y el importe adicional utilizado para el crédito. Con estas características, el funcionamiento de esta tarjeta es similar a la de una tarjeta de débito, que permite disponer del efectivo disponible en la cuenta de forma habitual.

Entre el pago 48 horas después y el mes siguiente CaixaBank ofrece una modalidad intermedia: fijar el pago en un número determinado de días. Otra opción que ofrece al cliente que viene de Bankia para elegir, por ejemplo, un día específico de la semana o cuando se llegue a una determinada cantidad. En este caso, tampoco se cobrarán intereses al cliente.

No tiene intereses pero sí ciertos costes

MyCard es la opción que ofrece la nueva CaixaBank a los clientes de la entidad absorbida para no pagar intereses pero sí implica ciertos costes. Es el caso de la modalidad de pago aplazado -el conocido como revolving- y otra denominada de “pago fraccionado”, esta última con un tipo de interés del 23%.

La tarjeta permitirá fraccionar las compras superiores a 40 euros realizadas en cualquier establecimiento, en un plazo de dos y 12 meses, o incluso de 24 meses en el caso de compras por encima de los 600 euros. Según explica la entidad en su página web, "para el fraccionamiento de una operación de disposición destinada a la adquisición de bienes y servicios en establecimientos a tres, seis o doce meses, se aplica un tipo de interés del 20,88% anual (TAE del 23%)".

El cambio incluye ciertas excepciones para los clientes de Bankia. Si en octubre de 2021 el cliente de Bankia cumple con los requisitos del programa Por ser tú (Bankia), la nueva CaixaBank le perdonará la comisión de la tarjeta de débito hasta junio de 2022. En caso de que el cliente quiera seguir disponiendo de una tarjeta de débito tradicional, tendrá que pagar 36 euros al año para mantenerla.

Sin embargo, en caso de no cumplir estos requisitos del programa de vinculación, el cliente tendrá que pagar estos 36 euros a partir del próximo mes de enero. La tarjeta de débito de CaixaBank incluye la posibilidad también de ofrecer un límite de reintegro a crédito de hasta 200 euros, una novedad que no incluye Bankia a día de hoy.