Iberdrola ha cerrado la primera mitad del año con un beneficio neto de 1.531,3 millones de euros, un 18,4% menos con respecto a las ganancias registradas en la primera mitad de 2020, en los 1.876,4 millones de euros. La eléctrica justifica esta caída por los cambios fiscales en Reino Unido, en concreto por el impacto del aumento del Impuesto de Sociedades británico para 2023; así como por las plusvalías de alrededor de 500 millones de euros del año pasado por la venta de su participación en Siemens Gamesa.

El Ebitda se sitúa en los 5.444 millones de euros, un 10,2% más frente al mismo periodo del año anterior, de los que el 85% corresponde a los negocios de redes y renovables, tal y como explican en un comunicado. Así, el Ebitda de redes creció un 10,6%, hasta los 2.567,9 millones de euros, gracias al aumento de la inversión y tras registrar un incremento de la energía distribuida en todos los mercados donde opera la compañía. 

Por su parte, el negocio de Renovables ha mejorado su Ebitda en la primera mitad del año un 63%, hasta los 2.005,2 millones de euros, impulsado por el aumento de la producción, por la mayor capacidad instalada que le aporta el plan inversor y la mejora del factor de carga. El área recoge también el impacto positivo de la reversión del canon hidroeléctrico de 2013 y 2014 en España.

Las mayores caídas del Ebitda se producen en el negocio de Generación y clientes, con un 40,9% menos hasta los 803,3 millones de euros, como consecuencia de los altos precios registrados en el mercado eléctrico español, el impacto del coronavirus y los efectos de Filomena y la ola de frío en Texas, este último en el negocio de Estados Unidos. 

Refuerzo de la inversión en la primera mitad

Por otro lado, la eléctrica destaca el aumento de sus inversiones en la primera mitad del año en un 37% frente al mismo periodo de 2020, hasta registrar una cifra récord en los 4.909 millones de euros. Así, recalcan que estas inversiones han contribuido a avanzar en la descarbonización y la reactivación económica y el empleo, así como a consolidar su estrategia de expansión en mercados como Europa, América y Asia Pacífico. 

En total, más de un 90% de este esfuerzo inversor se destinó a las actividades de renovables -en un 45%- y redes inteligentes -un 46%. Por mercados, la mitad se realizó en Estados Unidos (27,1%) y España (25,4%), según las cifras de Iberdrola, y refuerzan sus inversiones internacionales con un 17,2% del total. 

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha valorado los resultados semestrales y asegura que “son el fruto de un esfuerzo inversor sin precedentes. En un periodo de gran complejidad, hemos acelerado las inversiones en redes, renovables y almacenamiento, promoviendo la actividad económica y ayudando a crear empleo de calidad en todo el mundo”.

En esta línea, recalcan que el plan inversor ha permitido aumentar la capacidad renovable de la compañía en este periodo, por encima de los 35.600 MW. En total, Iberdrola ha puesto en marcha 2.960 MW renovables nuevos, entre energía eólica terrestre, solar fotovoltaica y almacenamiento con baterías. 

Para afrontar esta fase de expansión, Iberdrola ha realizado compras a proveedores que alcanzan los 18.000 millones de euros desde la irrupción de la pandemia en marzo de 2020.

Previsiones de futuro

En cuanto a sus previsiones de futuro, Iberdrola recalca el desarrollo de proyectos eólicos marinos como pieza clave del grupo y avanza en proyectos internacionales, conforme al calendario previsto. Asimismo, esta estrategia estará impulsada por los procesos de subastas previstos a corto plazo en los principales mercados donde opera o está posicionada.

En Estados Unidos, otra de sus plataformas de crecimiento, se espera completar la adquisición de PNM Resources antes de que concluya el año, en la que solo queda pendiente la autorización del regulador de Nuevo México, que se espera para el cuarto trimestre del año. Esta operación consolidaría a Iberdrola como una de las mayores distribuidoras del sector norteamericano y el tercer operador de renovables, según las previsiones de la propia compañía.

Las alianzas también contribuirán a avanzar en el proceso de descarbonización de la economía, así como en la reactivación de la industria y el empleo. Iberdrola ha continuado incorporando nuevos socios, como es el caso de MAPFRE, Total y Shell en energías renovables; bp, Fertiberia, Cummins, Porcelanosa, Diageo y Foresa en hidrógeno verde; y Volkswagen, Renault, Irizar y la compañía de soluciones de recarga inteligente Wallbox en movilidad sostenible, entre otros.

Las soluciones inteligentes para clientes apuntan también oportunidades de crecimiento, destacando la expansión de las soluciones inteligentes-smart en el ámbito del hogar y la movilidad eléctrica: las contrataciones de Smart Mobility casi se triplican; las de Smart Solar, más que se duplican, y Smart Home y Smart Clima crecen 1,2x y 1,4x, respectivamente.

Solidez financiera y dividendo

Volviendo al plano puramente económico, Iberdrola recalca que ha acelerado el ritmo de sus inversiones, mientras mantiene la solidez de su balance. Así, la compañía ha aumentado su cash flow o flujo de caja operativo un 8%, hasta los 4.246 millones de euros, y ha reforzado sus ratios financieras, tras reducir su deuda neta ajustada en más de 500 millones, e incrementar la liquidez a cierre de junio hasta los 17.600 millones de euros, que cubren 21 meses de necesidades financiación.

Además, destaca que el grupo se mantiene como líder en financiación verde y sostenible, con 32.409 millones de euros, y se consolida como el primer emisor corporativo de bonos verdes del mundo.

La evolución de la compañía fue recientemente respaldada por sus accionistas, reunidos en Junta General, que apoyaron en un 97,6% de media la gestión y propuestas del Consejo de Administración. Por su parte, el dividendo por acción con cargo a 2020 crece un 5,5% hasta los 0,422 euros/acción y el grupo mantiene las expectativas de beneficio y dividendo para este ejercicio.