Ferrovial ha dado un paso más en su plan de internacionalización con la solicitud de cotización en el Nasdaq a la SEC, el organismo regulador del parqué estadounidense. Un documento en el que la multinacional de la familia Del Pino no se limita a pedir autorización para poder cotizar en Wall Street -como paso previo para formar parte luego de grandes selectivos mundiales como el S&P 500-, sino que expone todos los riesgos y amenazas que podrían complicar su camino hacia convertirse en una cotizada de Wall Street, incluido “cualquier resurgimiento de tensiones políticas y sociales en Cataluña”. Una amenaza que Ferrovial observa ahora, según el informe presentado a la SEC el pasado viernes 5 de enero, casi ocho meses después de dar el visto bueno a su marcha de España y la consiguiente mudanza de la sede social a Países Bajos.

Ferrovial planteó en todo momento el cambio de sede social de su Madrid natal a Ámsterdam por motivos de negocio, con la premisa de cumplir con su objetivo de internacionalización. El paso por Países Bajos ha sido justificado en todo momento por la multinacional como “un paso previo” para llegar a Wall Street y Estados Unidos. Según las cifras planteadas por la propia empresa en el comunicado remitido a la Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos, Estados Unidos ya supone el mercado principal para la compañía, tanto en ingresos como en beneficio. Un argumentario con el que la multinacional de los Del Pino pretende en todo momento probar que su traslado, a Países Bajos primero, y a Estados Unidos después, se ha tratado en todo momento de un “paso natural”.

No obstante, sorprende que Ferrovial entienda como un riesgo o una amenaza “cualquier resurgimiento de tensiones políticas y sociales en Cataluña” ahora, a la hora de dar el penúltimo paso para convertirse en una cotizada de Wall Street. El 93% de los accionistas de la compañía dieron su visto bueno a la marcha de la compañía, materializada en el traslado de la sede social a Países Bajos, a mediados de abril de 2023. Un culebrón que duró incluso meses y que, desde entonces, parecía haberse calmado. Ahora la compañía hace referencia a la situación catalana como uno de los riesgos para cumplir con su objetivo muy lejos de su España natal. Y es que, a día de hoy, los ingresos en España aportan al negocio conjunto un 19%, casi la mitad del 34% que le da el mercado estadounidense. Todo ello según las cifras presentadas por la propia constructora el pasado viernes a la SEC.

Ferrovial desgrana los riesgos y amenazas que podrían complicar su plan

Entre otros aspectos incluidos en el capítulo de riesgos, Ferrovial incluye cualquiera relacionado con sus operaciones diversificadas; con sus adquisiciones, desinversiones y otras transacciones estratégicas a futuro; con el impacto de las presiones competitivas en la industria y los precios, es decir, la fuerte competencia del sector; las condiciones y eventos económicos generales y el impacto que puedan tener aspectos macroeconómicos como el aumento de la inflación y los tipos de interés -ahora pausados tanto por el Banco Central Europeo (BCE) como por la Reserva Federal estadounidense-. Asimismo, la multinacional menciona el aumento de los costes de material y mano de obra, los ataques de ciberseguridad y cualquier otro impacto persistente consecuencia de la pandemia de coronavirus y la guerra de Ucrania como posibles piedras en su camino a Wall Street.

Asimismo, la multinacional reconoce como riesgos clave su capacidad para obtener la financiación adecuada en el futuro, según sea necesario; la capacidad para mantener el cumplimiento de los requisitos de cotización continua de Euronext Amsterdam y las Bolsas de Valores españolas, a la espera de cumplir con su objetivo de triple cotización tras su entrada en el Nasdaq; las demandas y otros reclamos de terceros o investigaciones de varias agencias reguladoras a las que puede estar sujeta, y obligada a informar; así como su capacidad para cumplir con los compromisos ESG en materia de sostenibilidad, gestión y buen gobierno.

Finamente, Ferrovial contempla como riesgo el impacto de cualquier cambio en los regímenes o regulaciones fiscales existentes o futuros. Un impacto que podría convertirse en triple en el momento en que empiece a cotizar de forma paralela en tres mercados diferentes. La propia compañía explica a la SEC que la triple cotización -su objetivo principal según el plan inicial presentado en febrero de 2023- otorga una mayor exposición a los mercados, desde el punto de vista positivo. Y es que los títulos de Ferrovial cotizarán en tres mercados diferentes, con zonas horarias y festivos diferentes, y en dos monedas diferentes: euros y dólares. Una estrategia con la que los títulos de Ferrovial estarán, casi, en todo momento en el mercado bursátil.

Ferrovial advierte de "inestabilidad política"

Más allá de los riesgos generales a los que hace referencia la compañía en las primeras páginas del pliego de 400 folios remitidos a la SEC, Ferrovial incide en las amenazas nacionales como posibles frenos en su camino. Todo ello a pesar de haber cambiado su sede social hace más de seis meses. Entre otros, menciona el repunte de la inflación tras la guerra de Ucrania y su impacto en el sector energético, la desaceleración del ritmo de crecimiento económico y el “aumento de la incertidumbre política”. Es en el marco de esta incertidumbre política donde la multinacional advierte de “cualquier resurgimiento de las tensiones políticas y sociales en Cataluña”, especialmente después del resultado de las elecciones generales del 23 de julio, a las que Ferrovial hace referencia directa; el acuerdo de investidura firmado entre el PSOE y Junts, la Ley de Amnistía o las manifestaciones en la sede socialista de Ferraz a finales de 2023.

“La economía española puede verse afectada además por un aumento de la incertidumbre política en España (incluido cualquier resurgimiento de las tensiones políticas y sociales en Cataluña), que podría dar lugar a mercados de capital volátiles o afectar negativamente de otro modo a las condiciones de financiación en España o al medio en los que operamos”, advierte en el informe remitido al regulador de la bolsa norteamericana.

No obstante, la economía española no ha sufrido ningún impacto negativo tras la firma del acuerdo entre PSOE y el partido de Carles Puigdemont. Ni tampoco tras pactar la Ley de Amnistía o las manifestaciones de la derecha y ultraderecha contra la decisión del nuevo Gobierno de coalición. Todo lo contrario: la bolsa española se revalorizó en más de 400 puntos en apenas unas semanas tras la firma del pacto entre PSOE y Junts en Bruselas para avanzar en la investidura del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Es más, el Ibex 35 cerró el año en máximos prepandemia a pesar de las críticas de inestabilidad de algunos sectores socioeconómicos.