Ferrovial ha elegido a Banco Santander como entidad encargada de la gestión del derecho de separación al que pueden acogerse los accionistas que votaron en contra del traslado de la sede social de Madrid a Países Bajos en la junta ordinaria del pasado jueves. Desde la publicación oficial del acuerdo íntegro este martes en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME), los accionistas contrarios a la marcha de Ferrovial tienen ahora un mes, hasta el próximo 18 de mayo, para ejercer su derecho de separación y desvincularse totalmente de la compañía.

El derecho de separación es una especie de compensación económica para los accionistas contrarios al cambio de sede al que se comprometió Ferrovial semanas antes de la celebración de la junta general de accionistas. Ferrovial se ha comprometido a ofrecer esta compensación a sus accionistas, pero ha marcado ciertos límites para ello. Por ese motivo, la empresa familiar de los del Pino ha designado a Banco Santander como agente para gestionar dicho matiz, requisito imprescindible para hacer las maletas y llevar su sede social a Países Bajos.

Banco Santander debe cumplir ahora con ciertas funciones hasta que termine el plazo abierto para el derecho de separación de los accionistas hasta el próximo 18 de mayo, cinco días más de la fecha prevista inicialmente, el 13 de mayo. Funciones que la constructora desgrana en el anuncio completo del acuerdo de la fusión transfronteriza intracomunitaria entre Ferrovial como matriz y su filial neerlandesa Ferrovial International SE (FISE), traducida en la práctica como el cambio de sede social a Países Bajos, en el comunicado remitido a la CNMV por tratarse todavía de una cotizada española.

El control de Banco Santander sobre el derecho de separación de Ferrovial

Banco Santander se encargará de, en primer lugar, recibir las solicitudes del derecho de separación tramitadas a través de los correspondientes depositarios. La entidad contrastará después cada una de dichas solicitudes del derecho de separación con el acta de la junta general de accionistas de Ferrovial, con el objetivo de verificar varios requisitos. Por un lado, la legitimación de los accionistas de la multinacional que pueden ejercer este derecho. Por otro lado, Banco Santander debe comprobar si este derecho de separación está siendo ejercitado respecto a un número de acciones que no exceda del número de acciones a las que puede acogerse el accionista de Ferrovial en concreto.

El último paso de Banco Santander como entidad encargada de la gestión del derecho de separación de Ferrovial es la notificación a la multinacional del número total de acciones que se han acogido a este derecho. Un porcentaje que, según los propios requisitos marcados por la compañía en la propuesta de fusión ratificada en el papel el pasado 28 de febrero, no debe superar el 2,56% del capital total de la compañía ni un importe de 500 millones de euros. De superar estas cifras, la mudanza de Ferrovial se cancelaría.

Aquí es donde entran en juego los accionistas que votaron en contra de llevarse la sede social de Ferrovial a Países Bajos en una junta en la que el 93,3% de los accionistas ratificaron la propuesta del consejo de administración de la compañía. En el lado contrario, un 5,7% de los accionistas votó en contra de cambiar la sede social de la compañía -más el 1% restante que decidió abstenerse en el turno de votación- y es este porcentaje de accionistas quien tiene ahora en sus manos el futuro de Ferrovial.

El futuro de Ferrovial, en manos de los accionistas en contra de la mudanza

Dentro del 5,7% de accionistas que ha votado en contra de la mudanza de Ferrovial a Países Bajos, el 4,25% corresponde al hermano del presidente y cuarto máximo accionista de la compañía, Leopoldo del Pino Calvo-Sotelo, con una participación total valorada en 800 millones de euros, por encima del límite de los 500 millones marcado por Ferrovial. El hermano díscolo del presidente y máximo accionista de Ferrovial, Rafael del Pino Calvo-Sotelo, ya dejaba entrever su voto en contra en la junta de accionistas de la multinacional. Y así lo hizo. Al voto en contra de Leopoldo del Pino se suma un 1,45% de votos en contra de accionistas minoritarios, por el momento desconocidos, que también podrían recurrir a su derecho de separación hasta el próximo 18 de mayo, como una forma de desvinculación total de la multinacional.

No obstante, hay una cifra económica más a tener en cuenta en el culebrón Ferrovial. La multinacional está dispuesta a recomprar las participaciones a los accionistas que quieran venderlas, y que hayan votado en contra, por un precio de 26 euros por acción en las próximas semanas. Sin embargo, las acciones de Ferrovial cotizan en bolsa por encima de los 27 euros desde el mismo anuncio de su intención de marcharse de España. La multinacional de los del Pino cotiza este martes en los 27,52 euros por acción en el Ibex, en máximos históricos, y lejos de los 26 euros por acción que ofrece la compañía para recomprar las participaciones.

De hecho, las acciones de Ferrovial no han caído de los 26,20 euros en ningún momento desde el anuncio de su intención de trasladar su sede social, comunicado a la CNMV el pasado 28 de febrero. Es decir, desde el punto de vista estrictamente económico, la rentabilidad que ofrecen las acciones de Ferrovial, a día de hoy, es superior al precio de compra que ofrece la compañía, lo que podría determinar totalmente la decisión de sus accionistas a la hora de marcar el futuro de Ferrovial.