El Corte Inglés se prepara para llevar a cabo el mayor plan de reestructuración de su historia y hacer frente a la revolución del negocio de la venta retail, según los documentos internos que presenta El Confidencial. Así, 25 de los 100 centros que posee en toda España serán vendidos, cerrados o transformados.

ElPlural.com se ha puesto en contacto con la compañía, que asegura que se trata de un "documento obsoleto" y que no hay ninguna decisión tomada, sino que simplemente se encuentran en una búsqueda continua de rentabilidad de sus activos.

El objetivo de la directiva es modificar el uso actual de los centros de venta con pérdidas recurrentes, muchos de ellos abiertos por Isidoro Álvarez hace más de una década. Según las fuentes citadas, Víctor del Pozo, actual CEO de la compañía, ha conseguido que estos centros cubran sus gastos, con un ebitda positivo, pero la cuenta de resultados sigue siendo negativa por los costes corporativos, amortizaciones y deterioro de mercancías.

Para solucionar el problema, del Pozo y la presidenta de la compañía, Marta Álvarez, han lanzado un plan de reestructuración que afectará a uno de cada cuatro centros comerciales a nivel nacional. De los 25 centros objeto de cambio, 15 de ellos están abocados al cierre, como el centro comercial de Guadalajara, Albacete, Valladolid, El Tiro (Murcia) o el centro comercial de Arapiles, en pleno centro de Madrid.

Del total de los 25 centros que van a sufrir cambios, ya sea venta, cierre o transformación de negocio, el grueso se encuentra en las provincias de Madrid, Málaga y Barcelona, además de los cierres de los establecimientos en la Comunidad Valenciana y Andalucía.

Cierre, reducción de espacio o transformación

Entre las posibles opciones de transformación del negocio está la nueva división inmobiliaria lanzada en octubre por El Corte Inglés. Este proceso se va a desarrollar en el local de Can Dragó (Barcelona), que pasará a albergar las oficinas centrales de El Corte Inglés en Barcelona. Por su parte, la sede actual de El Corte Inglés en la Ciudad Condal se va a convertir en un espacio de desarrollo de proyectos.

Por otro lado, otros locales serán reformados para tener un formato outlet, como es el caso de El Corte Inglés de Zaragoza. En otros casos, el futuro está pendiente de decisiones administrativas, como ocurre en el Parque Burgos o, en el caso del establecimiento de la calle Serrano, en Madrid, pendiente de la finalización del contrato de alquiler.

Frente a esto, la compañía considera que una decena de centros no tiene una solución alternativa a su uso original, por lo que la solución es reducir el espacio de sus tiendas. Este es el caso de los grandes almacenes situados en localidades andaluzas como Jerez, El Ejido o Algeciras.

Ante la opción de cerrar algunos de los centros comerciales, según El Confidencial, El Corte Inglés no despedirá a ninguno de sus trabajadores ni se contemplan planes de bajas incentivadas. Esto se debe, en parte, al alto coste que supondría despedir a una plantilla media de 300 personas con 10 años de antigüedad, cerca de los 3 millones de euros, además de un efecto negativo para su reputación.

Para hacer frente al problema, la compañía prevé recolocar a sus trabajadores excedentarios con contratos fijos en los locales más próximos, así como la menor contratación de personal de temporada para poder mantener los alrededor de 8.000 puestos de trabajo que El Corte Inglés cuenta en los establecimientos presentes en el documento.