El 21 de abril de 1992 echó a andar el primer Ave en España coincidiendo con la celebración de la Expo 92. Hoy, 30 años después de aquel primer viaje entre Madrid y Sevilla, las cosas son muy diferentes para la Alta Velocidad en España. El Ave se estrenó en España con una flota de 18 trenes a 300 kilómetros por hora, que recorrían apenas 500 kilómetros de distancia y pasaba por cinco ciudades españolas. Lo que en su momento se convirtió en un acontecimiento extraordinario es ahora una realidad y una de las opciones favoritas para moverse por España.

Más de 3.726 kilómetros de vías de alta velocidad con 13 líneas jalonadas por 39 ciudades Ave a las que se pueden sumar las otras 18 ciudades donde llega el Alvia. Según las cifras oficiales de Renfe, más del 70% de la población tiene a su disposición servicios de alta velocidad en España. Los 18 trenes que comenzaron a circular el 21 de abril de 1992, con 12 circulaciones diarias, se han convertido ahora en una flota de 229 trenes que realizan 331 servicios diarios. Más de 300 viajes al día entre Ave (158), Avant (90), Alvia (69) y Avlo (14), la nueva y última incorporación de Renfe.

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Las cifras son incluso superiores si se tiene en cuenta el número total de viajeros que han utilizado los servicios de Renfe a lo largo de estas tres décadas. Un total de 464,6 millones de viajeros han recurrido a la alta velocidad de Renfe para desplazarse por España en estos 30 años. Del total, 354,4 millones corresponden a viajes de Ave y Avant mientras que otros 110,2 millones se han desplazado en Alvia, la opción para las ciudades donde no llega el Ave.

Parte de la marca España

La irrupción del Ave en 1992 provocó un cambio hacia la modernidad y popularización del transporte y una de las grandes representaciones de la marca España. No en vano, ha sido nombrada “Embajadora de la Marca España” por el Foro de Marcas Renombradas de España. Los viajeros cambiaron en ese momento su punto de vista y comenzaron a ver el tren como un medio de transporte más amigable, confortable y rápido.

Con un modelo de AVE S-100, la línea comenzó a funcionar con 18 unidades, siendo el primer tren de alta velocidad para ancho UIC de España. Fabricado por Alstom, podía alcanzar una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora y contaba con 331 plazas, dos de ellas para personas con discapacidad, distribuidas en ocho coches con cafetería. En 2009 se realizó una remodelación integral y, desde entonces, dispone de toma de corriente en todas sus plazas.

Ave S 100

Lo que en su momento fueron 471 kilómetros entre Madrid y Sevilla se ha convertido en una red de más de 3.726 kilómetros por toda España, con corredores enmarcados por referencias geográficas y un servicio de alta velocidad extendido a lo largo y ancho del territorio nacional. Aquel primer viaje recorría 500 kilómetros de Madrid a Sevilla, pasando por Ciudad Real, Puertollano y Córdoba, uniendo la capital de España con la capital andaluza, sede de la Expo 92, uno de los mayores acontecimientos turísticos de la historia nacional.

Precisamente este es uno de los corredores de Renfe con mayor impulso tres décadas después. Las paradas intermedias y las denominadas lanzaderas entre Puertollano, Ciudad Real y Madrid se han convertido en un corredor con Córdoba como punto de partida de las relaciones ferroviarias Madrid-Málaga y Madrid-Granada. Unas conexiones que se han ido reforzando paulatinamente hasta transportar a 113,1 millones de viajeros en los 30 años de vida del Ave en esta línea.

Los primeros Ave viajaban a una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora y recorrían los 471 kilómetros del trayecto Madrid-Sevilla en apenas 2 horas y 45 minutos. Un trayecto que después se redujo hasta las 2 horas y 30 minutos, una vez se consolidó el servicio. El motivo por el que se inauguró el Ave, y por qué en esa fecha, es clave: la Expo 92 de Sevilla. Sin embargo, Renfe tuvo que enfrentarse al futuro del servicio cuando el evento terminó.

El reto: sobrevivir a la Expo

El Ave se enfrentaba entonces al reto de consolidarse como producto competitivo frente a otros modos de transporte más populares entre los españoles. Treinta años después, el tren de alta velocidad ha conseguido posicionarse como un modo de transporte capaz de generar demanda y aportar otras ventajas competitivas. Solo un ejemplo: en 1992 más de 1,17 millones de viajeros utilizaron el servicio en ocho meses, con una media de 164.000 viajeros al mes. Ahora, 30 años después, la cifra de viajeros en la línea Madrid-Sevilla asciende hasta los 84,4 millones.

A pesar de que el primer Ave unió Madrid y Sevilla en abril de 1992, no fue hasta el 20 febrero de 2008 cuando Renfe arrancó sus primeras circulaciones entre Madrid y Barcelona, las dos grandes ciudades nacionales. Catorce años después, el Ave se ha convertido en referente de la movilidad en el corredor, uno de los que más tráfico genera en Europa y clave para la transformación de la alta velocidad. En cifras, 84,8 millones de viajeros han utilizado 250.000 trenes Ave que han circulado en este periodo entre Madrid y Barcelona.

La última incorporación: el Avlo o Ave low cost

En junio de 2021, hace menos de un año, Renfe puso en marcha la línea low cost de alta velocidad entre Madrid y Barcelona, el Avlo. Un nuevo servicio que sumaba sus frecuencias, a un precio menor, a los que ya ofrecía el operador con sus demás trenes. El nuevo servicio cuenta con características similares al Ave pero con una diferencia clave: su precio. Y es que el Avlo nace con el objetivo de facilitar el acceso a la alta velocidad a viajeros procedentes de otros medios de transporte, especialmente de la carretera.

La propia compañía revela que el Avlo está enfocado especialmente a los segmentos de viajes de familia, de jóvenes, o grupos cuenta. Además, tiene una específica oferta comercial, con horarios y frecuencias, precios, servicios e imagen propia. Tras el estreno entre Madrid y Barcelona, Avlo comenzó a prestar servicio en la línea Madrid-Valencia a principios de 2022 y en poco tiempo está previsto que se extienda a los demás corredores de alta velocidad en los que opera Renfe.

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El Avlo en su primer viaje de pruebas con viajeros. Marcos Paradinas

Mil kilómetros en apenas 6 horas

El diseño radial de la red de alta velocidad de Renfe permite realizar viajes de apenas 6 horas entre ciudades que se encuentran a casi mil kilómetros de distancia. Es el caso de las relaciones entre los destinos andaluces de Sevilla, Málaga o Granada con Barcelona, por los que el Ave transita realizando parada en todas las estaciones del recorrido, lo que permite conectar a más de una docena de ciudades y facilitar la integración territorial. 

También han circulado Aves directos entre los destinos andaluces y los del Corredor Este, es decir, Sevilla y Málaga con Valencia y Alicante con Sevilla, con tiempos de viaje de alrededor de cuatro horas. Además, los servicios que enlazan Euskadi, Navarra y La Rioja con Cataluña y Madrid redujeron sus tiempos de viaje con la puesta en marcha de los servicios Alvia, mediante el uso de ancho variable en los intercambiadores de Zaragoza y Plasencia respectivamente. Ciudades como Santander y Alicante o Castellón y Gijón también se han beneficiado de la transversalidad de las líneas de alta velocidad con frecuencias del servicio Alvia entre ambas capitales. 

Ahorro y transición energética

El impulso de la alta velocidad en las últimas décadas ha servido también para avanzar hacia un transporte más limpio y cumplir con los objetivos de la transición energética. Y es que la propia Renfe reconoce que el ferrocarril es uno de elementos centrales para una economía baja en carbono. En cifras, la alta velocidad ha permitido un ahorro a la sociedad de 5.786 millones de euros desde 1992, si se evalúa en términos económicos el impacto sobre el cambio climático, la contaminación y la tasa de accidentes que habría tenido realizar el trayecto por otros medios.

Este supuesto habría conducido también a un aumento de las emisiones de CO2 (gas de efecto invernadero) por transporte en España de más de 12,9 millones de toneladas y un incremento en el consumo energético de más de 2,6 millones de toneladas equivalentes de petróleo, según los últimos estudios de Renfe.

Ahora, el operador se sitúa como clave en la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente, centrado su actividad en la sostenibilidad y el compromiso con las energías limpias. Las cifras revelan que la intensidad energética del sector ferroviario se ha reducido un tercio desde 1990. Es decir, más de un tercio de la energía utilizada en los ferrocarriles es eléctrica y un cuarto de las líneas están electrificadas a nivel mundial.

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Los viajeros valoran los cambios de Renfe

Unos cambios y objetivos que han permitido a Renfe mejorar sus calificaciones desde el punto de vista de los viajeros. Los índices de calidad y las encuestas de Renfe demuestran que, de una calidad percibida del 5,7 sobre 10 en los servicios de Largo Recorrido en 1991 se ha pasado a una calidad percibida del 7,92 sobre 10 en los servicios de Alta Velocidad en 2021.

De los distintos servicios sometidos a la valoración de los clientes, los de Ave alcanzan el índice de calidad más alto, el 8,05 en una escala de 0 a 10, según los viajeros de Renfe. Por su parte, los servicios Avant (Alta Velocidad Media Distancia) llegan a una puntuación de 7,86. Los usuarios valoran especialmente la rapidez del servicio, la puntualidad, el confort en la plaza, la facilidad para subir al tren o el trato del personal del a bordo.

En el ámbito de la puntualidad, el compromiso voluntario de la compañía supone que devuelve la totalidad del billete del Ave en retrasos de más de 30 minutos y el 50% del importe del billete en retrasos de más de 15 minutos. Según fija el Reglamento del Parlamento Europeo, las indemnizaciones deben ser del 25% del importe del billete en retrasos entre 1 y 2 horas, y del 50% si el retraso es superior a 2 horas. El Reglamento de la Ley del Sector Ferroviario fija una devolución del 50% del importe en retrasos superiores a 60 minutos, y del 100% en demoras superiores a 90 minutos, según informa la compañía.