El presidente de Freixenet y de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, se ha mostrado taxativo este martes sobre las consecuencias de la decisión de la Unión Europea (UE) de llevar la sede de la Agencia Europea del Medicamento a Ansterdam: "Ahora la marca Barcelona está muerta". Así lo afirmó en el transcurso del XVI Congreso de Directivos de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), que se ha celebrado en el Auditorio de la Diputación de Alicante.

En declaraciones a los periodistas antes de participar en el congreso, Bonet ha asegurado que es "mucho peor" la pérdida de confianza que supone la marcha de la euroagencia a Ámsterdam que el dinero que se haya podido dejar de ingresar. "Se pueden hacer cábalas y especulaciones, pero [el dinero] no es lo más trascendente. Es mucho peor la confianza que han dejado de tenernos, y esto es muy malo para Barcelona, para Cataluña y para España", insistió.

La fuga de la EMA, para el también presidente de Freixenet, supone "perder una oportunidad que era verosímil" pues, en su opinión, "en condiciones normales, la EMA estaría ya en Barcelona". No obstante, recordó que estas son las repercusiones del proceso independentista. "La falta de estabilidad produce desconfianza en el mundo", por ello instó a "reflexionar y ver que por este camino no se va a ningún lado"Para Bonet, no cabe duda de que el camino de vuelta a la normalidad, económica y jurídica está "en la senda constitucional y del estatuto".

El riesgo sigue

El presidente de la Cámara de Comercio alertó de que el impacto en la economía del riesgo político a raíz del conflicto catalán no se ha disipado, y puso como ejemplo a su propia empresa. De hecho, afirmó que el consejo de Freixenet volverá a votar la conveniencia de trasladar la sede social fuera de Cataluña en función de los resultados de las elecciones autonómicas del 21 de diciembre. En este sentido, señaló que "si el 21 de diciembre, resulta que se plantean las cosas de tal manera que vemos que no es conveniente seguir, volveré a poner eso en el orden del día de un consejo y ahí votaremos".

Agregó que el "riesgo interno" debido al conflicto secesionista en Cataluña es "gravísimo", añadiendo que "no se ha valorado exactamente hasta dónde puede hacer daño" este problema político, que ahora ya deja ver primeras consecuencias, como la marcha a Ámsterdam de la EMA o la fuga de unas 2.700 empresas catalanas a otras regiones españolas. Sin embargo, Bonet cree que la situación se puede revertir pero la condición indispensable es que las elecciones del 21-D se salden con unos resultados que "acepten la normalización establecida por el artículo 155" de la Constitución. "Si seguimos por el buen camino, recuperaremos la normalidad, pero si seguimos por el mal camino vamos a tener problemas muy graves", pues las empresas que quedan en Cataluña empezarán a "salir en desbandada", avisó.

Sobre la situación económica en Cataluña, Bonet resaltó que el mes de octubre "ha sido muy malo en todos los sentidos". "El mes de noviembre -continuó- ha empezado a apuntar mejoras. Eso ya da un poco de esperanza de que si realmente cerramos la herida pronto, se va a restablecer la normalidad". Bonet ha aprovechado también su intervención para llamar a la concordia: "Muchos catalanes han llegado a la conclusión de que no les quieren, y resulta que sí", por lo que pidió al resto de españoles a hacer gestos en esa dirección "a medio y corto plazo", pues contribuirán a la "convivencia".

Por último, las cámaras de comercio han rechazado el boicot a los productos catalanes y piden regresar a la normalidad.