Una campaña de imagen en toda regla, en eso ha quedado el impuesto que se pondrá a los superejecutivos que tienen indemnizaciones y blindajes millonarios cuando dejan la empresa. Solo se aplicará a las indemnizaciones que superen el millón de euros.

El Gobierno del PP quiere poner en marcha una estrategia mediática para convencer a los ciudadanos que persigue el fraude fiscal y que sube los impuestos a los ricos. Después de aprobar una amnistía fiscal con la que se perdona a los defraudadores y supone una afrenta a los ciudadanos que sí cumplen con la Ley, y después de la mayor subida de impuestos en décadas con la subida del IRPF, que castiga solo a los que tienen nómina, y de la subida del IVA que castiga a todos por igual independientemente de los ingresos, el PP quiere titulares populistas pero la letra pequeña de los Decretos del Gobierno dejan las cosas claras.

Blindajes que seguirán siendo millonarios
La crisis ha destapado lo que para la opinión pública es un escándalo: altos ejecutivos o directivos de empresas y bancos incluyen claúsulas de "blindaje" por las que al ser despedidos o al irse de la empresa reciben cantidades millonarias independientemente de si la empresa ha tenido buenos resultados o ha quebrado. El escándalo de las indemnizaciones multimillonarias a directivos de cajas quebradas mientras pequeños ahorradores atrapados en preferentes perdían su dinero o ciudadanos son deshauciados de sus casas, no es tolerable para la opinión pública.

Por eso Cristóbal Montoro buscaba gestos populistas, pero su anuncio de que pondría impuestos sobre esos blindajes se ha quedado en un bluf, solo se gravarán las indemnizaciones que superen el millón de euros y no se ponen un impuesto nuevo, sino que se suprime la exención de pagar impuestos por los primeros 300.000. No se tocan las indemnizaciones inferiores a los 700.000 euros. La indemnización comprendida entre los 700.000 y el millón de euros tendrá una tributación rebuscada, así por ejemplo con una indemnización de 800.000 euros, se aplicará la reducción del 40% sobre los primeros 200.000, resultado de restar a 300.000 euros la diferencia entre la indemnización total (800.000) y el límite de 700.000. En definitiva, Montoro quiere un titular: El Gobierno pone impuestos a los blindajes de los ricos. La realidad es que es un bluf.