Mientras en las altas instancias de la política internacional se discuten cuotas y soluciones de compromiso para la situación que viven los refugiados, quince mil personas sufren el drama cada día en España. Así nos lo explica Mercedes Gutiérrez, responsable de Sostenibilidad de IKEA Ibérica. La filial española de la multinacional sueca acaba de firmar un acuerdo con Accem y CEAR, con la ayuda de ACNUR, para invertir 500.000 euros en un proyecto para la creación de hogares y mejora de la vida de las personas desplazadas que ya están en nuestro país.

"Estamos mirando a Lesbos y nadie habla de los que ya están aquí. Hay que ofrecerles un futuro y una vida mejor", afirma categórica.

El esfuerzo de la compañía no se limitará a la donación de dinero. "Vamos a aportar valor real en lo que sabemos hacer, que es fabricar y distribuir". Con el apoyo de los programas de capacitación para sus propios empleados, formarán a refugiados para facilitar su incorporación a la vida laboral. Incluso, en su propia plantilla: "Los que tengan sobre todo las actitudes que encajen con los valores de la compañía, podrán incorporarse, por supuesto".

Algo que supone, según sus palabras, un beneficio también para la organización. "Todas las empresas necesitamos más diversidad. Eso aporta nuevas formas de ver a los clientes y el negocio".

Según Mercedes Gutiérrez , uno de los mayores problemas con los que se encuentran los refugiados es demostrar su formación y experiencia. "Llegan ingenieros y médicos, pero no tienen un título ni forma de demostrarlo". Por eso, asegura, "nosotros no nos fijamos en el currículum, sino en la actitud de las personas".