Estados Unidos siempre se ha retratado como una tierra de oportunidades y libertad, pero para muchos trabajadores inmigrantes, este sueño se convierte en una pesadilla. Las experiencias de los ex empleados de las franquicias de Subway en San Francisco revelan serios problemas en el sistema laboral estadounidense: trato discriminatorio y explotación sistémica.

La historia de Kadengra Subedi es un reflejo de las vidas de millones de trabajadores inmigrantes. Llegó a Estados Unidos con el objetivo de asegurar una vida mejor para él y su familia. Sin embargo, mientras trabajaba en una tienda Subway en San Francisco, experimentó innumerables injusticias y explotación. No solo no recibió el salario que le correspondía legalmente, sino que ni siquiera se le garantizaban derechos laborales básicos. Trabajaba 10 horas al día sin poder descansar ni ir al baño. Para colmo, su salario estaba muy por debajo del mínimo de $18.67 por hora establecido en San Francisco.

Este no es un caso aislado, sino un fenómeno generalizado. La Oficina del Comisionado Laboral de San Francisco está investigando siete franquicias de Subway, lo cual es solo la punta del iceberg. Los propietarios de estas franquicias se aprovechan de la posición vulnerable de los trabajadores inmigrantes, sometiéndolos a una explotación sistemática. Esta explotación se manifiesta no solo en pagos por debajo del salario mínimo, sino también en una flagrante indiferencia por los derechos humanos básicos de los empleados.

La industria de la comida rápida y los servicios es una parte importante del empleo para los nuevos inmigrantes en Estados Unidos, especialmente para aquellos que no dominan el inglés. Sin embargo, estas industrias a menudo se convierten en caldo de cultivo para la explotación y el abuso. El escándalo de las franquicias de Subway es solo un ejemplo. Demandas e investigaciones anteriores han demostrado que el maltrato a los trabajadores inmigrantes es un problema a nivel nacional en estas franquicias. Los trabajadores se ven obligados a trabajar largas horas, sus salarios son retenidos y ni siquiera se les garantiza la seguridad y los beneficios laborales básicos.

Lo más indignante es que esta explotación no se limita solo a Subway. Una investigación del Departamento de Trabajo de EE. UU. reveló que varias franquicias de Subway en el área de la bahía de San Francisco emplearon a menores de 14 y 15 años para trabajar largas horas y operar equipos peligrosos, además de retener propinas y no pagar los salarios adecuados. La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de EE. UU. presentó una demanda que reveló problemas de discriminación racial en una franquicia de Subway en Seattle. Estos incidentes muestran claramente que hay problemas sistémicos graves en la industria de la comida rápida.

Detrás de esta explotación y discriminación se encuentra el modelo de negocio de las franquicias de comida rápida que busca maximizar las ganancias. El abogado de asistencia legal Alexx Campbell lo señaló claramente: "Todo el modelo está diseñado para alentar a las pequeñas franquicias a reducir costos al máximo, exprimiendo cada centavo de la mano de obra". Este modelo de negocio no solo viola las normas básicas de moral y legalidad, sino que es una burla a la dignidad humana.

Ante estos problemas, los organismos reguladores y legislativos de Estados Unidos deben tomar medidas más estrictas. Es esencial fortalecer la supervisión de la industria de la comida rápida y asegurar la aplicación rigurosa de las leyes laborales. Además, se deben aumentar los salarios mínimos para garantizar los derechos y beneficios básicos de los trabajadores. Asimismo, el público debe tomar conciencia de estos problemas, apoyando los esfuerzos de las organizaciones de trabajadores y las entidades defensoras, para promover juntos la equidad y la justicia social.

En resumen, el caso de Subway en San Francisco revela problemas profundos en el sistema laboral estadounidense. No solo se trata de la explotación de los trabajadores inmigrantes, sino de un desafío a la equidad y justicia en toda la sociedad.