Menos crecimiento económico, menos creación de empleo, elecciones generales por duplicado con resultados que llevan a que la cosa pública sea cada vez más ingobernable y, sin embargo, los mercados financieros van a cerrar esta 2019 como el mejor en muchos años. Ya les dije en octubre que no tuvieran miedo. La Bolsa española acumula una subida del 13%, mientras que la ganancia media de los bonos se sitúa en el 9,13% (revalorización que viene del precio del bono, no de su tipo de interés.

En Estados Unidos las cosas andan aún mejor con todos los mercados en positivo, marcando niveles máximos históricos y con el ejercicio de mayores ganancias desde 1997. Y eso que hemos asistido a los dimes y diretes de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que tanto ha dado que hablar y tantos miedos ha creado. Al final, el dinero ha vivido un fantástico ejercicio que contrasta con esa sensación de empeoramiento económico y de desigualdad que ha provocado levantamientos sociales en Francia y en buena parte de Sudamérica con Chile al frente.

Y es que muchas veces la realidad económica y social poco o nada tiene que ver con la marcha de los capitales. En el mundo hay un excedente importante de dinero. El dinero ahora no vale nada y este fenómeno provoca una distorsión significativa entre la economía real y la financiera. A ello han contribuido decididamente los bancos centrales de las principales economías mundiales con tipos de interés cero o negativos. El ahorrador ha desparecido dando paso al inversor que busca sus oportunidades en cualquier activo financiero sin pensárselo dos veces.

Así, gran parte del sistema financiero se encuentra dopado y asegurado con la compraventa de bonos tanto públicos como empresariales que hacen los bancos centrales. Nadie esperaba este año subidas en el precio de los bonos. Ya estaban bajísimos. En España, por ejemplo, el de 10 años partía al 1,5% y ha terminado el ejercicio en el 0,4%, tocando, incluso, niveles del 0,1% para repuntar a partir del mes de agosto. ¿Somos realmente una economía que pueda financiarse a tipos negativos? ¿Se justifica en un año en el que no lograremos reducir el déficit púbico y en que la deuda se instala tranquilamente en el 100% del Producto Interior Bruto con tasas de paro superiores a los dígitos? Creo que no.

 La Bolsa de Estados Unidos que es el motor de los mercados mundiales sigue en subida libre, según los expertos. Como indican desde e-toro, un reciente informe de BlackRock recoge que el crecimiento del precio de las acciones viene de cómo los inversores han estado dispuestos a pagar más por cada unidad de beneficio generado. Realmente no se ha producido una significativa subida del beneficio empresarial sino el hecho de estar dispuesto a pagar más, lo que puede suponer un riesgo importante si las empresas no mejoran sus ganancias en el futuro.

La vivienda, el gran pilar de la inversión en España también lo ha hecho bien en 2019 con subidas de precio en torno al 4% de media, aunque de manera muy selectiva en grandes ciudades y zonas privilegiadas de costa. Aquí, más que nunca, el concepto de la España vaciada y aquella que recoge a los que se marchan explica dónde están las ganancias y las pérdidas. Unas pérdidas en el caso de la España vacía que serán muy difíciles de recuperar. Lamentablemente, si no hay demanda el precio tenderá a cero. Y los expertos también esperan moderación porque en este 2019 de subidas, los analistas de Bankinter, por ejemplo, aprecian una sobrevaloración de precios en torno al 8,5% respecto a la marcha de los salarios. Para los que niegan una nueva burbuja, indicar que los precios se vuelven a desmadrar respecto a los sueldos con la espada de Damocles de menos creación de empleo, que es el verdadero motor de la vivienda.

Las cosas no han podido ir mejor en este 2019 para el dinero, aunque empiezan a aparecer las flaquezas de fondo. Pero la marcha del 2020 me la reservo para el próximo martes que termina el año. Feliz Navidad.