La “feminización” y la “adaptación a la crisis climática” son los principales retos que debe afrontar el mundo del trabajo, con vistas a futuro, pero con políticas en presente. Así lo ha señalado Yolanda Díaz durante el Encuentro de ministras iberoamericanas de Trabajo. Junto con sus homólogas de Argentina, Colombia y Honduras, la ministra de Trabajo y Economía Social ha ensalzado las medidas realizadas en materia feminista desde la cartera que ha liderado estos cuatro años y ha puesto el foco en la necesidad de realizar una transición ecológica también en el mundo empresarial. Todo ello con carácter internacional.

“Hemos demostrado que se puede gobernar de forma diferente y que la desprotección de las personas trabajadoras y el menoscabo de derechos laborales no era inevitable. Hemos demostrado que la justicia social y eficacia económica son, en realidad, dos caras de una misma moneda. Hemos demostrado, en definitiva, que se necesita un ejercicio continuo de avances hoy para hacer posibles reformas más ambiciosas mañana”, ha reivindicado las cuatro lideres laborales en un artículo firmado conjuntamente en el periódico ElPáis. “Debemos seguir avanzando para poner a las personas trabajadoras en el centro de las transiciones ecológica y digital”, han dejado claro.

Revestida de este carácter internacionalista, Díaz ha anunciado el lanzamiento de “una carta de derechos laborales internacionales, con lo que estamos lanzando un mensaje fuerte al mundo para repensar el mundo del trabajo”. Uno de los aspectos a repensar es la feminización del mercado laboral. “Cuando subimos en España el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), nadie me creía, pero dije que era la política más feminista”, ha reivindicado la también vicepresidenta, reivindicando la elevación de la cuantía hasta los 1.080 euros (en 14 pagas). “Tanto es así que, a pesar de la pandemia, somos el segundo país de Europa que ha reducido más la brecha retributiva entre hombres y mujeres”, ha destacado.

Una internacional laboralista poniendo los derechos en el centro

“El otro reto principal es la emergencia climática y ambiental”, ha continuado Díaz.  La adaptación del trabajo a la crisis climática es vital, motivo por el que la titular de Trabajo ha puesto en valor la prohibición del desempeño de trabajos ante circunstancias extremadamente adversas, como pueden ser olas de calor. “No se puede estar en un andamio, recolectando fresas, pero tampoco dispensando docencia en aulas no climatizadas, ni los profesores ni los alumnos”, ha defendido, poniendo en el foco la necesidad de prevenir los riesgos laborales propiciados por las injerencias climáticas.

Existen enfermedades laborales causadas por el cambio climático”, ha lamentado, haciendo referencia al ejemplo de “un soldador que ya trabaja en condiciones climáticas muy elevadas siempre, si a esto le sumamos las elevadas temperaturas, no puede ser”. En este punto, ha puesto sobre la mesa la necesaria colaboración de las empresas en el cambio de modelo. “El modelo productivo tiene que ser absolutamente sostenible” y, más allá de las políticas públicas que puedan implementar los Gobiernos, es necesario que el mundo empresarial tome parte en esta transformación.

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Ámbito internacional

“La presidencia española va a girar con muchísima fuerza sobre el despliegue de la negociación colectiva verde”, ha adelantado Díaz sobre la línea que seguirá la presidencia del Consejo de la Unión Europea, que estarán en manos de España desde el 1 de julio. La negociación colectiva verde “debe de ser de manera sectorial, pero también empresa por empresa”, ha detallado la vicepresidenta. Para ello, es necesario “aprendizaje en la sustitución de los puestos de trabajo y la incursión de nuevas economías en las empresas, que tienen que ser recicladas de arriba abajo”.

La perspectiva de Díaz va más allá del ámbito europeo y, con el encuentro mantenido este lunes con altos cargos latinoamericanos, ha asegurado estar “construyendo una internacional laborista para abordar la emergencia climática y las desigualdades poniendo los derechos laborales en el centro”. “Estamos convencidas de que esta nueva etapa entre Europa y América Latina es crucial para la construcción de una internacional laborista democrática que priorice el bienestar de las personas trabajadoras por encima de los intereses de los que han gozado de privilegios en nuestros países”, cierran las cuatro ministras su artículo conjunto, advirtiendo de que “seguiremos caminando juntas”.