La movilidad sostenible está trayendo bastante dolores de cabeza al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. A su pésima gestión de BiciMad, inoperativo tras una maniobra electoral tardía que salió mal, se suma ahora una denuncia por aceptar en el concurso público de patinetes eléctricos "ofertas fraudulentas e irrealizables". Voi, empresa sueca de movilidad, ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento de Madrid, aceptado ya por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 27, tras detectar irregularidades en la asignación a las empresas Dott, Lime y Tier, las tres con mayor puntuación y, casualmente, las que ostentaban los permisos en París y han sido expulsadas por el ayuntamiento.

“Tenemos la sensación de que han primado las prisas y llegar antes de las elecciones”, ha lamentado Álvaro Rodríguez, director de Asuntos Públicos de Voi, en una entrevista concedida a este periódico. “Las cosas no se han hecho con el cuidado que debería”, ha añadido, preocupado por los problemas de seguridad para la circulación y la ciudadanía que estas prisas pueden acarrear. “Nos preocupa que la calidad de la seguridad no sea tan buena si no te tomas con la seriedad que deberías la formación en seguridad”, ha añadido. “El resultado no puede ser bueno”.

El gigante de la movilidad ya se llevó las manos a la cabeza tras conocerse la resolución y ElPlural.com ha podido conocer que la compañía ha decidido emprender acciones legales al considerar que pueden haber mediado ilegalidades. "Varios licitadores realizaron unas ofertas fraudulentas, irrealizables y de imposible cumplimiento", desprende la demanda presentada. Hasta que exista decisión firme, desde Voi exigen medidas cautelares, es decir, que se paralice el despliegue de los 6.000 patinetes que ya se están distribuyendo por la capital y, sobre todo, que no les obliguen a retirar los suyos. Esto es un aspecto importante porque, de perder el Ayuntamiento el litigio, los daños y perjuicios que deberían abonarse a la empresa los pagarían todos los ciudadanos.

Ha habido un abuso del Ayuntamiento

Hemos ido conociendo los detalles a cuenta gotas”, denuncia Rodríguez, que asegura que nunca se ha enfrentado a un concurso con este proceder. “Normalmente, se dicen los ganadores y el desglose de criterios de por qué son los ganadores, pero aquí hubo que ir rogando”, apunta. “Ahora cuando ves todo lo que sabemos, esto no cuadra”. Además, desde Voi lamentan el “abuso que ha habido del Ayuntamiento” ante las propuestas “inaplicables” de las empresas ganadoras del concurso. Y si existe un aspecto planteado de forma descabellada en el que incide la empresa sueca es en la seguridad y la formación para ello.

Quizá elo que más suspicacias ha levantado entre la dirección de la compañía ha sido una de las promesas de dos de las elegidas por Almeida y su consejero de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante: formar 2,2 millones de personas en tres años, la población activa de toda la ciudad. Lime y Dott aseguran poder formar a esta parte de la población (1,2 millones la primera y otro millón la segunda) de todo Madrid en tres años, lo que les otorgó las puntuaciones más altas en este aspecto. Más de 1.000 personas debería ser formadas diariamente por cada una y de forma presencial (obligatorio según las bases), de lunes a domingo, para cumplir esta pretensión; sin embargo, esto no ha sorprendido al Ayuntamiento.

Desde Voi denuncian que no se atendiese a ningún criterio objetivo, se contrastase estas cifras “irreales” o se solicitase un programa de desarrollo que justificase estas cifras. “Nosotros podíamos haber ganado el concurso diciendo que íbamos a formar a 48 millones de personas”, denuncia el director de asuntos públicos, que explica que la nota tan solo dependía de la cantidad ofertada, independientemente de la calidad y de la posibilidad de la aplicación. Este aspecto es de tal importancia que, de modificar los cincos puntos que reparte (poca cantidad del total), variarían las empresas adjudicatarias.

El resto de empresas que se postulaban decidieron ser más realistas y presentar cifras plausibles, lo que, lejos de servirles, les supuso quedarse atrás en el puntaje. Antes de acudir a los tribunales, Voi decidió presentar un recurso de reposición, pero la pasividad del equipo de Almeida ha propiciado que la respuesta haya llegado más tarde que el fin de la paciencia de la empresa sueca. Un silencio administrativo que era casi más satisfactorio que la respuesta otorgada por el Ayuntamiento, que aseguraba que las promesas de formación si eran realizables.

Las sospechas van más allá de esta situación, ya que, el concejal de Movilidad ya tenía agendado un evento con las tres empresas ganadoras en plena calle Alcalá horas antes de conocerse la resolución del concurso, que tan solo contaba con las puntuaciones finales. “Tres horas después te llega una resolución, como mínimo te da la sensación de que han ido con muchas prisas”, lamenta Rodríguez. Evidentemente, para la celebración de estos actos es necesario la petición de diferentes permisos, más al ser una calle céntrica de la capital, y la coordinación con las empresas; acciones ambas que, o se cumplieron en tiempo récord, o ya estaba planeadas con anterioridad a la resolución oficial.

El resultado de este concurso es nulo”, aseguran desde Voi. “El juez estimará lo que estime, nosotros lo que pedimos es la nulidad”, explica Rodríguez. No obstante, más allá del proceso judicial, el alto cargo de Voi España lamenta que la situación se haya resuelto de esta manera en un ámbito tan importante como la movilidad híbrida. “Madrid necesita un servicio de patinete de primer nivel”, asegura, garantizando que Voi seguirá luchando para poder prestárselo a los madrileños.