Tanto el Ayuntamiento de Madrid como la Empresa Municipal de Transportes (EMT) conocían desde mayo de 2022 el riesgo que suponía el cambio del nuevo Bicimad que ha acabado por colapsar el servicio y cargarse el sistema en apenas dos semanas. Lo ajustado de los tiempos ante las prisas electorales y la nula experiencia de la empresa adjudicataria en sistemas de bicicleta 'free-floating' han sido el caldo de cultivo perfecto para que el 80% de la flota quede inutilizada.

Los riesgos fueron advertidos por un documento técnico elaborado por el área de Movilidad de la EMT y que está firmado por Carlos Mateo, director de movilidad del departamento, con fecha 30 de mayo de 2022. El pliego exigía que las operaciones del nuevo Bicimad comenzaran, como muy tarde, el 1 de marzo de 2023, tal y como publica EPE. Sin embargo, el contrato no se formalizó hasta el 12 de diciembre de 2022, dejando menos de cuatro meses de margen para la inauguración del nuevo sistema. A pesar de que la idea era empezar los trabajos el 31 de mayo y que ya entonces los técnicos consideraron que iban a ir justos para llegar al 1 de marzo, estos nuevos tiempos podían dificultar aún más su implantación. De hecho, a pesar de que Almeida anunció a bombo y platillo el nuevo Bicimad, todavía son muchas las estaciones instaladas que ni siquiera funcionan.

Según el citado medio, las obras comenzaron el 23 de diciembre en la Avenida de Oporto y no en junio como estaba previsto. Es decir, lo que los técnicos veían complicado hacer en nueve meses, el Ayuntamiento lo ha hecho en poco más de tres, provocando el colapso del sistema. Según el proyecto, se debían sustituir las 264 estaciones ya existentes e instalar otras 336 nuevas, de las cuales al menos cincuenta debían, según el pliego, ser electrificadas. El resto se podían electrificar poco a poco hasta finales de 2024. Además, se sumaban 8.000 bicicletas, que, junto a las estaciones, tenían que estar listas para su lanzamiento el 1 de marzo.

De esta forma, y siempre según el citado medio, hay dos tipos de obras que acometer. Por un lado la fácil, que es sustituir una estación por otra, sin apenas intervención, y otra más complicada ya que requiere realizar un proyecto, tener una licencia de obra, realizar las obra, la instalación, dar de alta en la compañía suministradora a la estación y esperar su autorización.

La empresa que iba a realizar las obras quería electrificar las estaciones durante el verano de 2022 a pesar de que los técnicos veían la situación como "optimista". La idea de la UTE que acomete las obras era instalar placas solares temporales que cargaran las bicis dadas las recargas frecuentes que necesitan en la capital debido a las cuestas. No solo eso. Los técnicos calificaban de "inviable" que se pudieran acometer la reforma de las 264 estaciones existentes en dos semanas y que se pudieran realizar las obras para crear las 336 estaciones nuevas en dos meses, acabando el 27 de febrero de este año.

Unas bicicletas 'free-floating'

La empresa PBSC, que ha desarrollado el diseño de las nuevas bicicletas, tiene repartidas por decenas de ciudades a lo ancho y largo del mundo miles de bicicletas. Se trata de modelos robustos, pero pensados para que se anclen a una base. Sin embargo, dadas las características de la ciudad, pueden crear "estaciones inteligentes" pensadas para grandes eventos, en las que los usuarios puedan dejar la bicicleta sin anclar a una base siempre y cuando estén vigiladas.

El Ayuntamiento de Madrid pidió a la empresa que la red fuera 'free-floating'. Es decir, que las bicicletas pudieran dejarse fuera de las estaciones o "en cualquier punto autorizado de la ciudad" como ocurre con las bicicletas que ofrecen otros servicios de VTC. De esta forma, ha habido que desarrollarse un candado específico y la instalación de GPS en las bicis con el consiguiente nuevo sistema operativo y de gestión.

"El desarrollo más importante por el impacto y el calado que tiene es la gestión 'free-floating' y sus derivadas necesarias, como la gestión de datos IOT/GPS. La UTE no tiene experiencias previas en la operación 'free-floating', lo cual incluye un punto de riesgo e incertidumbre en el desarrollo del proyecto", indica el informe. La idea del Consistorio era que convivieran los dos sistemas confiando en que funcionara el 'free-floating' en el que la empresa no tenía experiencia. Sin embargo, el sistema se ha sumido en el caos y ha colapsado la red provocando que cientos de bicicletas - cerca del 80% - quedaran abandonadas.

El ansia por hacerse la foto antes de las elecciones, además de anunciar en plena precampaña que el sistema será gratuito hasta julio ha sumido la red en el caos. En solo quince días es imposible encontrar una bicicleta en las estaciones de la ciudad y cientos de bicicletas están abandonadas por toda la ciudad. Dado que muchas de las bicicletas se han quedado sin batería, el sistema GPS no funciona y el Consistorio ha pedido colaboración ciudadana para tratar de rescatar la flota. Las bicicletas nuevas han costado 2.410 euros cada una. Madrid ha desembolsado un total de 48,8 millones de euros, de los cuales 30 están financiados por los fondos europeos Next Generation.

82% de las bicicletas fuera de control

Más de 3.500 bicicletas del servicio municipal de alquiler han dejado de estar localizadas en el mapa oficial de Bicimad, tal y como pubicaba este lunes eldiario.esPese a todo, la EMT ha acabado por reconocer que “cerca de un 20% de los usos que se realizan en Bicimad con la activación de la gratuidad no son correctos, es decir, los usuarios utilizan las bicicletas sin cumplir la obligación de estacionarlas en base, abandonándolas en cualquier punto”.

Sin embargo, según un recuento del citado medio efectuado en la madrugada del domingo al lunes, el número de aparatos disponible en el mapa era de 732 sobre el total de 4.264 bicicletas que el consistorio anunció que tendría desplegadas a lo largo el mes de marzo. Es decir, más del 82% del total de vehículos que componen el servicio no estaba disponible para sus abonados.

Para ello, Almeida ha desplegado un equipo con 20 trabajadores de la EMT distribuidos en diez equipos por toda la ciudad para buscar las bicicletas que se niega a decir que están desaparecidas. Según el delegado de Movilidad del Ayuntamiento, Borja Carabante, estas se encuentran “dispersas o mal estacionadas”.