La medida de establecer un toque de queda en toda España, filtrada por la Comunidad de Madrid y valorada por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, es apoyada por el sector hostelero, asfixiado por las actuales restricciones. De hecho, según la organización empresarial Hostelería Madrid, si se prolongaran las medidas vigentes o se reprodujera el modelo catalán en otras comunidades, es decir, si se produjera un cierre total de la hostelería de entre 7 y 21 días, podría desaparecer el 40 por ciento del sector, al menos en la Comunidad de Madrid.".

Estamos en conversaciones con el Gobierno regional para que ese toque de queda sea a partir de las 24:00 horas, con el objetivo de que se puedan realizar los servicios de cena y se frene la actividad privada en domicilios. El fin de semana pasado de hecho, hicimos llegar nuestra queja a la Comunidad por el desbarajuste que se está viviendo en algunos comercios, sobre todo en los del centro de la capital, donde se está vendiendo alcohol por la noche, en algunos casos ilegalmente. Si no se consigue limitar esa venta ni las fiestas descontroladas en domicilios no se podrá controlar la pandemia. Nuestra apuesta está en compatibilizar los objetivos sanitarios con la gestión económica y la continuidad de la restauración, que ofrece un consumo seguro frente a las fiestas privadas”, explica a El Plural Juan José Blardony, director de Hostelería Madrid.

Con la restricción de la movilidad a media noche, los bares y restaurantes se verían obligados a cerrar a las 24:00 horas, lo que concede una hora de margen los locales para atender a sus clientes. En el contexto actual, los restaurantes cierran a las 23:00 horas y el último servicio se atiende a las 22:00 horas, un horario que limita el turno de cenas e impacta a más de 9.000 restaurantes que realizan hasta el 50 por ciento de su facturación en este horario.

“El impacto de un cierre sería devastador. Ahora mismo nos situamos en una pérdida de un 20 por ciento en empleos y establecimientos. “Podríamos llegar a una pérdida de más del 40 por ciento de la actividad del sector. Ignacio Aguado habla de un ‘stop and go’, pero cerrar ahora entre 7 y 21 días la hostelería en Madrid sería un desastre. Sería un ‘stop and stop’ para cientos de miles de empresas”, insiste a este periódico Blardony. 

En Cataluña, donde se decretó el cierre total de bares y restaurantes el pasado viernes, más de 200.000 empleos penden de un hilo, según el Govern. Ante el temor de que ese modelo se replique en otras comunidades, desde la organización empresarial proponen recuperar el aforo del 75 por ciento de clientes en el interior de los locales y 100 por cien en terraza; permitir grupos de hasta 10 personas; reactivar la actividad en barra e insistir en el uso de mascarilla cuando no se esté consumiendo, entre otras medidas.

A golpe de IVA

Por otro lado, desde el Gobierno Central, la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño ha confirmado que el Ejecutivo está estudiando retirar de la lista de productos gravados con un IVA reducido (10 por ciento) o súper reducido (4 por ciento) los bienes que no se consideran de primera necesidad, entre los que se encuentran una gran parte de los productos que consumen restaurantes y cafeterías, por ejemplo, las bebidas carbonatadas.

Según Blardony explica a El Plural, “ahora mismo nos situamos en un consumo de menos de un 50 por ciento de facturación respecto al año pasado. Todo lo que sea incrementar la presión fiscal va en detrimento del consumidor y del empresario, la mayoría pymes. Esto retrae el consumo y afecta a la economía con una menor facturación de las empresas. No les ayuda a mantener el empleo. La mayoría de las empresas en Madrid están trabajando a pérdidas. El Gobierno tiene que tomar medidas que ayuden a los ciudadanos y al consumo seguro”.  Tan sólo en el sector de la hostelería más de 250.00 personas se encuentran actualmente bajo un ERTE en España.