Muchos expertos dicen que enero marca la pauta para el comportamiento del resto del mercado en el año. Y este enero ha sido de órdago con importantes bandazos y un saldo negativo en la práctica totalidad de las bolsas mundiales. A los problemas ya previstos como la marcha de la pandemia, la elevada inflación y la subida de tipos de interés  por parte de la Reseva Federal estadounidense (Fed) se ha sumado el “cisne negro” de una posible invasión de Ucrania por parte del vecino ruso.

El economista jefe de la gestora de fondos austriaca Erste Asset Management, Gerhard Winzer, ha elaborado un decálogo sobre las 10 claves más importantes para este año, a la espera de que no aterrice otro “cisne negro” que empeore la ya complicada situación para el inversor. 

1.-La importancia de la pandemia disminuye

Las oleadas de infecciones seguirán influyendo en la actividad económica y en los mercados. La correlación negativa entre las nuevas infecciones y la movilidad tiende a disminuir, porque la inmunización (vacunación, enfermedades) aumenta y la gravedad de las enfermedades disminuye. En general, la recuperación mundial sigue siendo accidentada debido a las influencias relacionadas con la pandemia. Sin embargo, el desequilibrio de la misma está disminuyendo (en términos de sectores, regiones y tiempo). A lo largo del año, se observa una rotación del consumo de bienes al de servicios.

2. Ciclo de recuperación

El crecimiento real del PIB mundial se mantiene por encima del potencial, pero tiende a disminuir. Los niveles del PIB, especialmente el consumo privado en el sector de los servicios y la producción industrial, siguen estando por debajo de la tendencia anterior a la pandemia.

Los acontecimientos adversos del año pasado están remitiendo (cuellos de botella, inflación, ralentización en China), los inventarios son bajos, el superávit de ahorro es alto, los pasos de apertura sugieren tasas de ahorro a la baja, la postura de apoyo de la política económica sólo se está reduciendo gradualmente y el sector privado no está sobreendeudado.

3. Reformas en China

En China, los acontecimientos que frenaron el crecimiento económico el año pasado no están desapareciendo, pero están disminuyendo. Numerosas señales del lado oficial enfatizan la "estabilidad" como un objetivo importante.

 El impulso crediticio negativo pasará a un nivel neutro a lo largo del año, y las medidas restrictivas para frenar el auge inmobiliario (desapalancamiento) y el consumo energético (descarbonización) irán acompañadas de medidas de apoyo selectivas. Con un rendimiento del 2,7% y un riesgo de aumento de la rentabilidad mucho menor que en las economías desarrolladas, la deuda pública china sigue siendo atractiva para los inversores.

4. Tensión en el mercado laboral

La presión para un crecimiento salarial sostenido es cada vez mayor. Junto con el aumento de la carga de los tipos de interés y los costes potencialmente más elevados derivados del cambio de las cadenas de suministro, el aumento de los costes salariales supone una mayor carga de costes para las empresas. Los márgenes de beneficio de las empresas están sufriendo presiones y las expectativas de beneficio pueden verse defraudadas.

5. Riesgos de inflación

La inflación desciende pero se mantiene por encima de los niveles prepandémicos. El aumento de la inflación en 2021 fue más pronunciado de lo esperado (mayor y más duradero). El factor determinante fue que los desequilibrios relacionados con la pandemia entre la oferta (restringida) y la demanda (rápida mejora) surgieron en algunos sectores (precios de los bienes, transporte, mercado laboral, energía). A medio plazo, el estancamiento de la globalización (efecto China) podría ejercer una presión cada vez menor sobre los precios de los bienes (efecto evidente el año pasado), mientras que el cambio en la estructura de edad podría apoyar la inflación (disminución de la población en edad de trabajar).

6. Las principales subidas de los tipos de interés

La recuperación de la fase del ciclo, las tasas de inflación sorprendentemente elevadas y el rápido descenso de las tasas de desempleo aumentan la presión sobre los bancos centrales para que abandonen la política monetaria ultraexpansiva más rápidamente de lo que se pensaba hace unos meses. Ya en marzo, la Fed pondrá fin al programa de compra de bonos y (probablemente) subirá el tipo de interés básico al 0,5%. En total, ya están descontadas tres subidas de tipos. Si las presiones inflacionistas no disminuyen, se producirá una subida al 1,25%.El BCE podría utilizar un lenguaje más claro este año para insinuar subidas de tipos de interés en 2023 (fin de la política de tipos de interés negativos). Según la tendencia, las subidas de los tipos de interés oficiales conducen a un aumento de los rendimientos reales (de negativo a cero).

Para evitar que las valoraciones de las clases de valores se vean presionadas, el crecimiento de los beneficios debe ser capaz de compensar el aumento de los rendimientos. Sin embargo, mientras la postura general siga siendo acomodaticia (tipos de interés reales bajos), la renta variable seguirá teniendo apoyo a lo largo del ciclo económico.

7. Activos de riesgo, activos alternativos y activos verdes

La demanda de activos de riesgo (renta variable, capital privado), activos alternativos y activos verdes seguirá siendo elevada. Los rendimientos reales de la deuda pública son (todavía) negativos, lo que empuja a los inversores hacia los activos de riesgo (renta variable) (TINA por There Is No Alternative to Risk Assets). Sin embargo, los vientos en contra están aumentando. Al mismo tiempo, ha aumentado la preocupación por la independencia de los bancos  y esto supone un aumento de la demanda de criptoactivos y materias primas. Además, las medidas de mitigación del cambio climático podrían provocar un aumento de los precios de la energía y los metales industriales como tendencia.

8. Los bonos en moneda local de los mercados emergentes se abaratan

El valor de los activos de los mercados emergentes (especialmente los bonos del Estado en moneda local) es cada vez más barato. Muchas clases de activos de los mercados emergentes han tenido un rendimiento inferior o un total negativo desde el estallido de la pandemia.

Algunos activos de los mercados emergentes ya son comparativamente baratos. Los tipos de interés oficiales de los mercados emergentes han aumentado considerablemente y las monedas se han depreciado frente al dólar estadounidense. Sin embargo, probablemente sea demasiado pronto para comprar a principios año. Es recomendable esperar.

9. La geopolítica cobra importancia

Las crecientes tensiones geopolíticas (Rusia-Ucrania/Occidente, Irán-Occidente, China-Estados Unidos) están ganando intensidad y podrían ser relevantes para la evolución del mercado este año. Por ejemplo, en un evento los precios de la energía podrían subir inesperadamente y los activos de riesgo podrían verse presionados a la baja.

10. Volatilidad

En general, los puntos anteriores sugieren subidas de precios de los activos de riesgo inferiores a las del año pasado (en algunos casos extraordinariamente altas), correcciones de mercado más frecuentes y fuertes y una mayor volatilidad. Dado que la búsqueda de un refugio seguro alternativo aún no ha encontrado consenso entre los inversores (¿criptoactivos?, ¿materias primas?, ¿acciones?, ¿bonos del Estado chino?), es probable que los bonos del Estado con seguridad crediticia sigan funcionando como cobertura frente a un acontecimiento negativo este año.