Si para muchas personas, invertir en una empresa suena a algo muy complicado; hacerlo en el mundo de las startups ya es como tratar de entender el mecanismo del warp de Star Trek.  

Pero eso no significa, ni mucho menos, que sea un sector poco rentable o reservado a un grupo de personas escogidas. Como ya te contamos en El Telescopio el 8 de diciembre, España lidera la carrera tecnológica en el sur de Europa con doce unicornios [empresas con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares sin haber salido a Bolsa]. Y en nuestro continente, por primera vez los niveles de inversiones serie A [early-stage o etapas tempranas] se equiparan a los de Estados Unidos y el número de unicornios aumenta.

De hecho, este año la inversión en startups ha superado los 3.500 millones de euros en 366 operaciones, lo que supone un 240% más que en años pre-pandemia, según el estudio Visión del ecosistema startup en España de la Fundación Bankinter.

Así que, está claro que es el momento para hacerlo. Por eso, hemos hablado con Carmen Martínez, directora de Bigban, para que nos explique cuáles son las claves para hacerlo con un máximo de garantía.

Carmen Martínez, directora de Bigban

Ella conoce mejor que nadie los secretos de este sector: Bigban es una asociación independiente cuya misión es conectar capital con proyectos emprendedores e innovadores con potencial de crecimiento. Y también “profesionalizar el sector de la inversión privada”, añade. “Acompañamos a los socios en el proceso de convertirse en verdaderos inversores. Hacemos formación, información, networking…”.

Y está de acuerdo en que “estamos en un momento muy positivo, el ecosistema está mejor que nunca. Es muy alentador”.

La inversión en startups no es líquida, tiene un ciclo entre cinco y siete años

Primer paso

El primer paso es entender bien qué estamos haciendo con nuestro dinero. “La inversión en startups no es un mercado regulado. Se necesita apoyo e interlocutores que guíen, en primer lugar, a todos aquellos que empiezan, porque no hay una academia de inversión en este tipo de proyectos, aunque cada vez hay más cursos. Pero lo que nosotros intentamos es ser un agente que aglutine a todo el sector de inversores y acompañarlos en todo el proceso y todas las dudas que van surgiendo, porque es un sector muy diferente a las inversiones habituales”, explica Martínez.  

Para comprenderlo a la perfección, es preciso cambiar de mentalidad: “La inversión en startups no es líquida, no hay un mercado en el que puedas comprar y vender acciones y que sea inmediato”.

Y, además, hay que tener paciencia, porque “tiene un ciclo que está entre cinco y siete años y tienes que conocer no solo cómo funciona la empresa, sino el sector”.

Tienes que formarte y saber cuáles son los riesgos

Entender y diversificar

“Tienes que entender bien cómo funciona la inversión en startups. Tienes que formarte y saber cuáles son los riesgos. Es muy interesante, te atrapa porque estás muy en contacto con la innovación”.

Algo que la hace especialmente atractiva para “las personas que son despiertas y a las que les interesa este mundo. Pero hay que conocer bien, informarte y formarte, ver cuáles son tus capacidades de inversión”.

Y no hay que poner todos los huevos en la mima cesta: “Siempre se recomienda diversificar y que no le dediques más del diez por ciento del patrimonio que tienes para invertir”. Es decir, si tienes mil euros, no deberías invertir más de cien en startups.

El mundo startup no se rige por las mismas leyes que los mercados

Otra valoración  

También cambia la forma de valorar los proyectos, algo que Martínez considera “lo más importante”, porque “no tienes un histórico. En Bolsa, las empresas ya tienen cierto recorrido y puedes tener información para tomar la decisión de inversión. Pero el mundo startup se rige por otro tipo de métricas y no se rige por las mismas leyes que los mercados”.

Por eso, un buen paso para principiantes puede ser la co-inversión. Según Martínez, esta opción permite “invertir con tickets no muy elevados, con lo que contribuimos a la democratización de la inversión en startups”.

Según el tipo de inversión que elijas, tendrás más o menos implicación en el proyecto [o viceversa]

Identificar tu segmento

Ahora que hemos visto que cualquiera puede invertir en startups, en solitario o a través de algún vehículo de co-inversión, es necesario identificar a qué segmento perteneces. “Tenemos perfiles muy diferenciados”, explica Martínez.

Dentro de la cadena de consolidación de la inversión en startups, hay diferentes momentos en los que puedes entrar. Por ejemplo, puedes convertirte en business angel, “que precisamente lo es porque se involucra en la compañía y lo que aporta no es solo capital sino también otro tipo de valor, como contactos o experiencia en el sector o incluso a veces hacen de psicólogos de los emprendedores, porque emprender es duro y están ahí para aportarles muchísimo valor que no se cuenta en euros. Es una inversión más cercana y en la que hay otros componentes más allá del capital”, señala Martínez.

Si lo que quieres es quedarte un poco al margen, puedes hacerlo a través de un fondo, que “es el que está en contacto con la startup, pero de una manera más profesional”.

La ronda de Idealista ha situado a real state como el sector más activo

Elegir un sector

El siguiente paso es elegir en qué sector quieres invertir. Martínez nos orienta: “Según nuestros datos, está muy en auge todo lo relacionado con real state”. Aunque puntualiza que “ha habido una ronda muy importante, la de Idealista. Por eso es el sector que se está llevando la palma”.

Sin embargo, no es la única opción. “Llevamos unos años también invirtiendo mucho en movilidad, logística y fintech. Yo creo que este último está muy en auge desde hace un tiempo y este año nos ha sorprendido todo lo que tiene que ver con software en fintech, ahí hay un buen filón”, apunta. Y no solo en criptomonedas, sino en todo el sector, que “está muy en auge porque está teniendo lugar un cambio de paradigma”.

La co-inversión permite aprovechar la inteligencia colectiva de la red

Responsabilidad

Otro aspecto clave es no ir por ahí a lo loco: “Tienes que saber en cuántas rondas puedes invertir, en qué tamaño quieres participar. Para mí lo ideal es hacer inversiones pequeñas en diferentes startups y después acompañar a aquellas que veas que están teniendo una evolución exitosa”.

Martínez aboga por “la responsabilidad. Es mejor no ir en solitario; la co-inversión es una fórmula muy interesante, sobre todo para empezar, aprender, diversificar y reducir el riesgo. Es muy positivo cuando inviertes con otras personas, que tienen otro expertise, que ven las cosas con otros ojos, que conocen otros sectores. Aprovechas esa inteligencia colectiva de la red que se crea”.