El Instituto Nacional de Estadística (INE) está inmerso en una etapa de cambios, escenificada principalmente con la dimisión del presidente, Juan Manuel Rodríguez Poo, alegando motivos personales, este lunes. El Gobierno ha explicado minutos después que se abre un proceso de sustitución que espera cerrar en los próximos días, mientras avanza una reforma legal y un nuevo estatuto para el sistema estadístico estatal.

Para el Ejecutivo, la reforma de la Ley de la Función Estadística Pública será la primera “de calado” desde su promulgación en 1989 y nace con el objetivo de adaptarse a las nuevas fuentes de información. Es decir, permitirá el uso de los registros administrativos y el Big Data, con lo que pretende reforzar la calidad de los datos, a la vez que se produce una reducción de los costes.

Por su parte, el nuevo estatuto del INE tiene previsto adaptar su estructura a las nuevas necesidades y modelos de trabajo, con perfiles especializados y una mayor colaboración con el mundo académico y profesional, tal y como avanzan desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

El departamento de Nadia Calviño asegura que todos estos cambios siguen las recomendaciones del Código de Buenas Prácticas de los organismos estadísticos europeos y que están alineados con el proceso de adaptación de este sector, centrado en ofrecer una mayor disponibilidad de datos, gracias a la economía digital y a las nuevas exigencias de calidad por parte de los ciudadanos.

Rodríguez Poo, "principal impulsor" de la transformación del INE

El Gobierno asegura que Rodríguez Poo, hasta ahora presidente del INE, ha liderado el proceso de modernización y refuerzo de la institución desde su llegada en octubre de 2018. En esta línea, el Ejecutivo reconoce que ha logrado sus objetivos. Incluso afirma que ha sido “el principal impulsor de este proceso de transformación”.  

Héctor Gómez, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, ha evitado pronunciarse este martes sobre la dimisión voluntaria de Rodríguez Poo, ante las críticas de la oposición, y se ha limitado a declarar: “Si el interesado ha renunciado por motivos personales, el Gobierno lo sustituye y sigue trabajando”.

Desde Asuntos Económicos confirman que las reformas del Gobierno para reforzar y modernizar el sistema estadístico estatal han alcanzado un “hito fundamental”: la aprobación de una modificación de la Ley de la Función Estadística Pública en el Parlamento. Esta modificación permite que la administración pueda hacer uso de los datos que ya posee para fines administrativos, fiscales o de Seguridad Social, para elaborar las estadísticas con mayor detalle.

Para Asuntos Económicos, esta incorporación tendrá un “impacto positivo” en la calidad de las estadísticas y reforzará así su “fiabilidad y eficiencia” por disponer de un mayor volumen de datos. Además, permitirá un ahorro de costes, tanto para los suministradores de información como para las instituciones que reducirán el coste de recogida de la información.

Las reformas en el INE están enmarcadas, según el Ejecutivo, en los objetivos establecidos en el Plan Estadístico Plurianual 2021-2024, con la utilización del Big Data y otras fuentes básicas de información como línea estratégica. Además, la implantación de un nuevo modelo de producción, adaptado al ecosistema de datos actual; la puesta en marcha de nuevas estadísticas y la adaptación de la normativa y refuerzo de la cooperación institucional e internacional enmarcan la situación del organismo estadístico.

El nuevo estatuto del INE sustituirá al de 2001

Por otro lado, el nuevo estatuto de estructura y funcionamiento del INE sustituirá al actual, que data de 2001, para reforzar sus capacidades y adaptarlas a las nuevas necesidades y modelos de trabajo. El objetivo es hacerlo en un entorno de “máxima eficiencia y calidad”, siguiendo los criterios exigidos por el Código de Buenas Prácticas de las estadísticas oficiales.

Los principales cambios estructurales en el INE se materializarán en la división de todos los productos estadísticos en dos direcciones generales. Por un lado, la dirección general de Estadísticas Económicas y, por otro lado, la dirección general de Estadísticas de la Población. Cada dirección general armonizará métodos y procedimientos, adaptándolos a los requisitos necesarios, garantizando la “eficiencia” en el tratamiento y la “consistencia” en los resultados.

Otro de los grandes cambios que el Ejecutivo prevé poner en marcha en el INE es que las diferentes fases del proceso de elaboración de las estadísticas se concentrarán en la dirección general de Planificación Estadística y Procesos. El objetivo es armonizar los tratamientos estadísticos y facilitar una infraestructura común que se traduzca en un desarrollo “más estandarizado, eficiente y de calidad” de todos los productos y servicios estadísticos.

Por otro lado, se creará la subdirección general de Formación e Impulso a la Investigación, con el objetivo de reforzar la colaboración con el mundo de la investigación, para maximizar el valor añadido de la reutilización de datos. Además de estos cambios, el Ejecutivo anticipa la creación de la Unidad de Grandes Empresas, aprobada por orden ministerial el pasado 27 de abril, como respuesta a un requerimiento de Eurostat a los Estados miembros.

Según Asuntos Económicos, esta unidad permitirá obtener datos “coherentes” procedentes de los grupos multinacionales para la elaboración de estadísticas y así, mejorar la calidad de las mismas y profundizar la información sobre las actividades de inversión directa extranjera.