La presidencia del Banco Europeo de Inversión (BEI) continúa siendo uno de los principales culebrones que están atravesando las instituciones europeas. Dos modelos enfrentados dividen a los Veintisiete y las próximas fechas marcadas en el calendario son el 15 y 16 de septiembre, momento en el que tendrá lugar un encuentro informal entre los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE), de donde podría surgir el reparto de votos definitivo. La reunión tendrá lugar en Santiago de Compostela, por lo que Nadia Calviño, una de las contendientes, jugará en casa.

La vicepresidente primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación digital buscará hacerse con el apoyo del eje francoalemán, vital para la elección futura. Ambos Estados cuentan con un 18% cada uno del accionariado del BEI, por lo que el sentido de su voto podría ser vital. Frente a ella, la danesa Margrethe Vestager, vicepresidenta y comisaria de Competencia de la Comisión Europea, es la otra gran posicionada para el cargo y ya ha obtenido el apoyo de la familia liberal europea. De Alemania podría esperarse el apoyo a la candidatura española, al ser su canciller de la familia socialista europea, pero aún no está confirmado.

Francia, como es habitual, piensa ponerlo más difícil. El Gobierno galo ha puesto una línea roja sobre la mesa: la energía nuclear. El ministro de Economía francés, Brune Le Maire, ha dejado claro que no apoyará ninguna candidatura que vaya contra proyectos nucleares o que tenga la pretensión de cerrarles el grifo de la financiación. Vestager, miembro de la misma familia europea que el partido de Emmanuel Macron, partía con ventaja para hacerse con el apoyo galo, pero su negativa a financiar proyectos nucleares y la tensión entre sus últimas relaciones deja en el aire el apoyo francés.

Aprovechando esta situación, Calviño ha movido ficha. La política energética del Gobierno de España tiene como eje vertebrador las renovables. Por el contrario, las nucleares han pasado a un segundo plano y la idea del Ejecutivo de Pedro Sánchez es seguir adelante con el plan de cierre. No obstante, la titular económica en funciones ha evitado cerrar la puerta a la financiación de proyectos nucleares franceses con capital del BEI y se ha limitado a señalar que, de hacerse con el cargo, se ceñirá a lo que "determinen los reglamentos comunitarios".

La situación resulta paradigmática, pues el último reglamento aprobado en esta materia, a mediados de junio, permite ahora la financiación de la energía nuclear. Por el momento, el BEI no ha incluido el nuevo reglamento a la lista de proyectos financiables, siendo este el principal reclamo de Francia. El Gobierno español se posicionó firmemente en contra del nuevo reglamento, liderando la oposición en esta materia. Sin embargo, Calviño podría incluir esta modificación si finalmente llega a la presidencia con el apoyo francés.

Negociaciones en terras galegas

Las negociaciones quedan ahora en manos de las candidaturas, que deberán obtener, como mínimo, una mayoría absoluta entre los Veintisiete, y conseguir sortear el veto de los principales accionistas del BEI. "La elección del presidente del Banco Europeo de Inversiones requiere de unas mayorías supercualificadas de representación de los distintos Estados miembros”, advertía Calviño.

La líder de la cartera económica se muestra confiada. “Dado el calibre del resto de los competidores, el presidente Sánchez y yo vimos claramente en nuestros contactos informales tras las elecciones que solamente una candidatura con mi nombre tenía las máximas opciones para prosperar", indicaba. "Cualquier otro candidato, cualquier otro perfil, hubiera sido dar la batalla por perdida. Y, dado el carácter estratégico del Banco Europeo de Inversiones para España y para Europa, el presidente opta por una candidatura fuerte que tenga las máximas opciones para que España, por primera vez en nuestra historia, pueda presidir esta institución de primer nivel europeo e internacional", añadía.

Más allá de las sensaciones de ambas contendientes, su rivalidad para presidir la institución podría allanar el camino a otros contendientes. Nombres como el de Mario Draghi, exministro de economía italiano, están muy presentes. Dos vicepresidentes del BEI, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Ostros, también se postulan para alcanzar la presidencia. La candidatura polaca se encuentra lastrada, principalmente, por el ataque contra el Estado de Derecho que el Ejecutivo de extrema derecha está desarrollando en el país. La sueca, por el contrario, desprende experiencia y está falta de innovación.