La Gürtel llega a su capítulo final, que contará con un epílogo en 2026 con el juicio de la Kitchen, al ver llegar a los tribunales durante esta semana y hasta el próximo 20 de noviembre a una veintena de personas acusadas de formar parte de la "pieza principal" de una de las tramas corruptas más grandes de la historia de España. Por los banquillos de la Audiencia Nacional pasarán los miembros del presunto entramado societario que Francisco Correa habría puesto en marcha, usando para lucrarse diferentes paraísos fiscales y contando para ello con cuentas bancarias de Suiza, Mónaco, Panamá, Estados Unidos o la Isla de Man. De esta manera, habrían buscado evadir impuestos y ocultar un importante patrimonio a la Hacienda Pública. La cantidad que se considera habría sido esquivada de los impuestos españoles sería de más de 30 millones de euros, los cuales "Don Vito", como se empezó a denominar hace un tiempo a Francisco Correa, había obtenido por su labor como intermediario en la concesión de adjudicaciones irregulares y por la actividad de sus empresas de eventos y viajes.

Se trata de un último proceso que se suma a más de diez piezas que han sido ya enjuiciadas y que aglutinan 750 años de prisión, 94 condenados a cárcel y 22 sentencias. Este juicio de la "pieza principal" arrancaba esta semana con confesiones por parte del líder de la trama, Francisco Correa, y su mano derecha, Pablo Crespo. Además, se conocía que una decena de los acusados buscaba pactos con la Fiscalía para reconocer su culpabilidad y tratar, así, de reducir sus penas.

José Luis Peñas recuerda algunas polémicas de cuando Hurtado lo juzgó como parte de la Gürtel

Un juicio que, tal y como señala a El Plural el denunciante de la trama José Luis Peñas, hace llegar a su fin a una causa que "ha marcado un antes y un después en la relación con la corrupción en España". Peñas, exconcejal de Majadahonda por el PP, llevó la Gürtel a las autoridades basándose en grabaciones que había realizado y en las que exponía el entramado que se había formado en las filas de su formación política. Él también debió pasar por los tribunales, donde fue condenado, aunque sin llegar a entrar en prisión al anular la Audiencia Nacional esta parte de la pena por no superar los dos años sus condenas y por el "importante esfuerzo reparador realizado". Si bien, años más tarde recibiría el indulto del Gobierno de España. 

En la entrevista concedida a El Plural, José Luis Peñas recordaba su juicio considerando que no fue "justo", sino "político". Un proceso judicial del que recuerda cómo el magistrado de la causa, Ángel Hurtado, llegó a afirmar en su tribunal que en esa causa el foco no debía de estar puesto sobre el Partido Popular.

Le debía mucho el PP y el partido le puso donde le podía ayudar. El señor Hurtado dijo en el juicio, al cuarto o quinto día, que allí no se estaba juzgando al PP

Así, explicaba encontrar un sentimiento agridulce con la Justicia, pues aunque cree en ella como demócrata y, ahora, ve cerca la conclusión de la causa que denunció y que tan gran dimensión adquirió, también recuerda diferencias en los tratos y la presencia de intereses. De esta manera, apuntaba que, tal y como exponía, "ese fue el juicio en el que yo estuve. El juicio en el que se vio rápido que JLP era José Luis Peñas, pero M. Rajoy no fueron capaces de entender quién era". 

Entre otros asuntos, el juez Hurtado quedó en el recuerdo de muchos mientras juzgó la Gürtel por ser el único miembro del tribunal de este proceso que votó en contra de que Mariano Rajoy se sentara en el banquillo para declarar sobre esta causa que afectaba a su partido. Después, en el transcurso del juicio, se hizo popular por sus constantes interrupciones y llamadas al orden a las acusaciones populares. Y de salida firmó otro voto particular contra la propia sentencia condenatoria por entender que sus colegas de tribunal se habían excedido en sus conclusiones por las que, entre otras cosas, acabaron condenando como participe a título lucrativo al propio PP y la exministra de Sanidad de Rajoy, Ana Mato.

La petición de retrasar su jubilación y el juicio a García Ortiz 

A sus 70, Ángel Hurtado no se mostraba dispuesto a jubilarse y, por ello, solicitaba retrasar dos años el fin de su carrera judicial, petición que fue aceptada. Tras un tiempo volando con un perfil más bajo, el magistrado volvía a copar titulares por ser el encargado de enjuiciar al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, sobre quien este verano dictaba sentencia en el caso que investiga presuntos delitos de revelación de secretos y en el que también se hallaba a la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez. En el auto de transformación de las diligencias previas, el juez del Tribunal Supremo acordaba el procesamiento de García Ortiz al considerar que fue él quien filtró a los medios de comunicación el correo electrónico en el que el abogado del novio de Ayuso, Alberto González Amador, reconocía haber cometido dos delitos fiscales. Un correo que le fue remitido a su vez al fiscal general por la fiscal jefe provincial de Madrid.

La Fiscalía solicitaba hace unas semanas al juez Ángel Hurtado que absuelva al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, en esta causa al considerar que los correos en los que novio de Isabel Díaz Ayuso admite la comisión de varios delitos fiscales ya eran conocidos, tal y como testificaron los propios periodistas que revelaron la información. Este argumento es que fue esgrimido por la defensa durante el proceso, apuntando a la inexistencia de pruebas para la imputación, pero el magistrado al cargo; sin embargo, decidió seguir adelante.

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