CaixaBank ha puesto en valor los resultados obtenidos en 2012, "probablemente el año más difícil desde que se inició la crisis", según ha explicado su presidente, Isidre Fainé, cuando han conseguido 230 millones de euros de beneficio. Esta cifra representa un 78,2 % menos que en 2011, si bien desde la entidad han subrarayado el "gigantesco esfuerzo" de los 10.299 millones de recursos propios destinados a provisiones para sanear el riesgo inmobiliario, cuatro veces más que el año anterior, como consecuencia de las nuevas exigencias en la regulación del sector y como consecuencia de la integración de Banca Cívica.

El presidente de la Caixa, Isidre Fainé confía en diálogo entre Cataluña y España y que sea 'dentro de la ley'. Foto EFE



Objetivo de cuota de mercado conseguido dos años antes
El vicepresidente ejecutivo de Caixabank, José María Nin, ha destacado que se ha cubierto dos años antes de lo previsto en el plan estratégico una meta importante como el 15% de cuota de mercado y a pesar de unas "circunstancias excepcionales", incorporando tres millones de clientes tanto con las adquisiciones como con la potenciación de servicios asociados al germen de la atención crediticia y de depósitos. Además, ha subrayado en un proceso de reestructuración tan complejo, han obtenido un 21,8% más de recursos vía depósitos, hasta los 26.000 millones de euros, cuando la media del sector desciende un 7,6%.

El margen de explotación del banco se ha mantenido estable, al situarse en 3.171 millones, mientras que el margen de intereses ha aumentado un 22,2 %, hasta 3.872 millones. Nin ha subrayado asimismo que la ratio de morosidad del banco se ha situado en el 8,62 % -especialmente por la incidencia del crédito a promotores- frente al 4,9 % de 2011, aunque todavía lejos del 11,4% de media del sector.

"Probablemente 2012 fue el año más difícil de la crisis"
A la hora de analizar el difícil contexto en el que se ha desarrollado el negocio, Fainé ha apuntado a que 2012 puede ser un punto de inflexión para la recuperación ya que aunque fue el año más duro para el euro, se produjo un "mensaje claro" de apoyo a la moneda única tanto por parte del BCE como de la Comisión, que en España se ha traducido en la ayuda al sector financiero, si bien en cuanto al problema de la deuda señalo que de momento "no tenemos eurobonos a la vista". Apuntó asimismo a algunas señales positivas en el horizonte, como las perspectivas de acuerdo presupuestario en EEUU tras la reelección de Obama, la apuesta por la reactivación de Japón o la estabilización de los emergentes.

"Justicia" ante la corrupción y "consenso" y ley ante el soberanismo
El presidente ha abordado asimismo en el turno de preguntas varias cuestiones peliagudas de la actualidad española, en las que ha insistido que no le corresponde entrar y que están centrados en su labor financiera. En cuanto a la mala impagen para el país de los escándalos de corrupción y las informaciones de presuntos sobresueldos en negro al PP, el presidente de Caixabank ha dicho que cree "en las instituciones y en la Justicia". Y sobre sus relaciones con la Generalitat y la apuesta soberanista de Artur Mas, ha subrayado que mantiene buenas relaciones con todas las Administraciones y que en el caso de Cataluña "confío en el diálogo y en el consenso dentro del marco de ley", distanciándose así de posturas unilaterales que conlleven dudas legales. En cualquier caso, cree que se está caminando en esa vía del diálogo.

"Es la hora del capitalismo social"
Pero Fainé hizo hincapié en uno de los principales problemas del país, como es el paro, para anunciar que la Comisión Ejecutiva de Caixabanc había decidido el jueves poner en marcha un plan de inversión de 6 millones de euros para favorecer el empleo juvenil, bien a través de contrataciones en empresas o como autónomos. Aunque explicó que es pronto para sustanciar el plan, estará en línea con los actuales convesaciones de Gobierno y agentes sociales para paliar el paro juvenil, y que estiman que los 6 millones de inversión se podrían traducir en entre 10.000 y 20.000 empleos.

El presidente de Caixabank anunció ese plan tras subrayar insistentemente que en 2012 se mantuvo el tracional compromiso de la entidad con la obra social con una inversión de 500 millones de dólares en diferentes ámbitos, desde la integración a la vivienda para colectivos vulnerables o la atención a la tercera edad. Puso así en valor el "dividendo social" de la compañía que "cobra más importancia en el contexto de la crisis y de recortes en los presupuestos públicos". "Es la hora del capitalismo social", apuntó Fainé, apelando a aunar eficiencia en la gestión y "equidad" con el entorno en el que se desenvuelve el negocio, colaborando cada uno "en su ámbito de responsabilidad".