Los ministros de Energía del conjunto de países de la Unión Europea volvieron a reunirse este martes para cerrar un acuerdo para determinar un tope al precio del gas. Como viene siendo habitual, los Veintisiete se dividieron en dos grandes bloques: aquellos que creen que es necesario establecer un mecanismo que controle el elevado precio de la energía, liderados por España, y los países que se muestran preocupados por la afectación que esto puede tener al tejido empresarial y a la seguridad del suministro, liderados, como no podía ser de otra manera, por Alemania y Países Bajos. Un día después de no alcanzar un acuerdo, España marca el precio de la factura de la luz más bajo de Europa con una diferencia de casi 400 euros con Francia, Italia y Alemania.

Este récord de ahorro conseguido por la península ibérica se debe al mecanismo de tope al precio del gas, la famosa excepción ibérica, con la que cuentan tanto España como Portugal. El mismo tope que ahora algunos países europeos, muy afectados por los precios de la electricidad y por la dependencia del gas ruso, se niegan a implantar. Las intentonas constantes de Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en Bruselas parecen no ablandar a Olaf Scholz, canciller alemán, y Mark Rutte, primer ministro neerlandés.

Este miércoles el precio de la luz se sitúa en España en los 93,80 euros/MWh, que serían 222 euros sin la aplicación del tope; mientras que en Alemania (444 euros/MWh), Francia (451 euros/MWh), Países Bajos (437 euros/MWh) o Italia (416 euros/MWh), países sin mecanismo de tope al gas, superan holgadamente los 400 euros. Es más, en los seis meses de aplicación de la excepción ibérica, desde el 15 de junio, el precio medio marcado en la península es de 137,26 euros, aproximadamente 300 euros por debajo de Francia (334,69 euros/MWh), Italia (366,37 euros/MWh) y Alemania (294,3 euros/MWh).  

Comparativa europea

La península ibérica tiene garantizado el suministro de gas para todo el invierno, con las reservas desbordas incluso exportando a Francia, y cuenta con una fórmula que regula su precio; sin embargo, son los países con los precios más altos y las menores garantías los que están paralizando la consecución de un acuerdo que alivie el coste de la electricidad para el conjunto de familias europeas.

Respuesta española

A pesar de esta situación, el equipo español, apoyado por la amplia mayoría de los Veintisiete, no ceja en su intento de conseguir un tope real, muy por debajo del “elevadísimo e inasumible” límite de 200 euros/MWh propuesto por los países reticentes. El invierno ya ha llegado, pero Berlín y La Haya tienen ahora en sus manos conseguir un acuerdo antes de que termine el año y lleguen las navidades.

Eso sí, el Gobierno español no se mantiene impasible ante el inmovilismo de los países del norte. Por el momento, España mantiene también bloqueados, como respuesta, los dos reglamentos referidos a las compras de gas conjuntas y la aceleración de los permisos a renovables, los cuales Ribera quiere incluir en un paquete conjunto con el tope y pretende bloquear hasta que así sea. La que parece la última oportunidad se celebrará en próximo lunes 19, momento en el que los responsables de energía se verán de nuevo las caras en Bruselas.