El Banco Central Europeo (BCE) ha aprobado una nueva subida de los tipos de interés de 50 puntos básicos. Una vez concluida la reunión, el índice que determina el precio del dinero se sitúa en el 2,5%. Además, el Consejo de Gobierno del organismo ha asegurado que “prevé seguir incrementándolos significativamente, dado que la inflación continúa siendo excesivamente elevada y se proyecta que se mantenga por encima de su objetivo durante demasiado tiempo”. El crecimiento económico también preocupa en Frankfurt, hasta el punto de esperar una recesión técnica (dos trimestres consecutivos con un PIB negativo) en la eurozona.

“La economía de la zona del euro podría experimentar una contracción en este trimestre, así como en el siguiente, debido a la crisis de la energía, a la elevada incertidumbre, al debilitamiento de la actividad económica mundial y al endurecimiento de las condiciones de financiación”, traslada el BCE, aunque apostilla que, de producirse, “sería relativamente corta y poco profunda”. A penas existe apunte positivo en la comunicación del BCE, que señala que, para el próximo año, el crecimiento, revisado a la baja, será moderado y se recuperará a medida que los “factores adversos vayan desapareciendo”.

Revisión de las previsiones

Las estimaciones futuras de los expertos del Eurosistema han variado notablemente con respecto a las anteriores, mejorando lo esperado para el presente año y castigando duramente al siguiente. Así, las proyecciones prevén ahora un crecimiento de la economía del 3,4 % en 2022, lo que supone un aumento de tres décimas con respecto a la anterior, del 0,5 % en 2023, cuatro décimas por debajo de los esperado con anterioridad, del 1,9 % en 2024, otras cuatro décimas por debajo, y del 1,8 % en 2025.

Esta modificación responde a la variación de la tasa de inflación esperada para el cierre del año, más elevada de lo que había contemplado el BCE. “Los expertos han revisado las proyecciones significativamente al alza”, aseguran, exponiendo que el valor alcanzará el 8,4 % en 2022 y disminuirá hasta el 6,3 % en 2023, a la espera de que la inflación descienda de forma acusada a lo largo del año. De cara a los próximos años, el organismo prevé un promedio del 3,4 % en 2024 y del 2,3 % en 2025. “La inflación continúa siendo excesivamente elevada y se proyecta que se mantenga por encima de su objetivo durante demasiado tiempo”, han trasladado.

Reducción del balance

El Consejo de Gobierno también ha debatido sobre los principios para la normalización de las tenencias de valores mantenidos por el Eurosistema con fines de política monetaria. Asimismo, a partir de principios de marzo de 2023, el tamaño de la cartera de deuda (APP) descenderá a un ritmo “mesurado y predecible”, dado que el Eurosistema no reinvertirá íntegramente el principal de los valores que vayan venciendo. El descenso será, en promedio, de 15.000 millones de euros mensuales hasta el final del segundo trimestre de 2023 y, a partir de entonces, su ritmo se determinará más adelante.

Además, el BCE reexaminará periódicamente el ritmo de la reducción de la cartera del APP para asegurar que sigue siendo “coherente con la orientación y la estrategia general de la política monetaria, para preservar el funcionamiento del mercado y para mantener un firme control sobre las condiciones a corto plazo del mercado monetario”. Antes del final de 2023, el Consejo de Gobierno revisará también su marco operativo para dirigir los tipos de interés a corto plazo, lo que ofrecerá información referida al final del proceso de normalización del balance.