Como sucedió con medidas como la subida del IVA o el IRPF, que el propio Rajoy aseguró que eliminará cuando las cosas vayan mejor, Fátima Báñez prometió a los empresarios que rebajará las cotizaciones sociales “en cuanto sea posible”, aunque –como era de esperar- no fijó ninguna fecha. “Mientras estemos en medio de ajustes y del compromiso de lograr la consolidación fiscal”, añadió la ministra, que les pidió “mantener el empleo y recuperar la contratación”.

<strong>El Gobierno ha valorado subir las cotizaciones sociales</strong>
Báñez no consiguió convencer a los empresarios. En declaraciones a <em>El País</em> miembros de la patronal evidenciaron su desconfianza y su convencimiento de que “cualquier posibilidad de bajar las cotizaciones va para largo”. Incluso algunos sostienen que el Ejecutivo ha valorado la opción de subirlas.

<strong>La subida del IVA</strong>
El Gobierno está ya acostumbrado a estos vaivenes entre el decir y el hacer. Pasó con el IVA, cuya subida por el Ejecutivo socialista Rajoy y otros cargos populares criticaron con dureza desde la oposición y que una vez instalados en la Moncloa subieron en tres puntos, del 18% al 21%.

<strong>La deducción por la compra de viviendas</strong>
Sucedió lo mismo con otra medida estrella del programa electoral del PP: la deducción por la compra de vivienda habitual, que una vez en el Gobierno el PP limitó al 31 de diciembre de este año y lo mismo con el IVA superreducido del 4% aprobado por Zapatero para las viviendas nuevas. El Ejecutivo <em>popular</em> dijo después que se podría aplicar solo a los hogares adquiridos en este ejercicio.

<strong>Las promesas a los autónomos</strong>
El PP quiso aparecer durante su etapa en la oposición como el gran abanderado de los autónomos a los que prometió apoyar en el Gobierno con medidas como el aplazamiento del IVA hasta que las facturas no estuviesen pagadas. Pero (¡sorpresa!), a finales de junio, el Congreso rechazó con el voto en contra del Grupo popular una iniciativa de la oposición que defendía esta reforma. El resultado es que no les ha aplazado los pagos del IVA, sino todo lo contrario, les ha perjudicado subiéndoles la retención de los autónomos del 15% al 19%.

<strong>El Impuesto de Sociedades, el IRPF...</strong>
El Gobierno también ha incumplido su promesa de reducirles a las pymes el Impuesto de Sociedades al 20% y ampliar al ámbito de aplicación del tipo del 25% al resto de empresas. Tampoco se ha alterado el IRPF para favorecer entre otros elementos el ahorro, como defendió el PP antes de las elecciones, sino que, todo lo contrario, en diciembre se aplicó un aumento generalizado de la carga fiscal que soportan los asalariados. La prórroga del Impuesto de Patrimonio es otra de las medidas polémicas que no había sido anunciada previamente.

Todo esto sin detenernos en otros incumplimientos, como el abaratamiento del despido comprendido en la reforma laboral; los recortes en educación y sanidad, que el propio Rajoy había prometido que serían intocables; la ayuda pública a los bancos, que el líder del PP había dicho que no haría nunca; o la poco probable revalorización de las pensiones, en cuarentena, por un claro objetivo electoral de cara a los comicios en Galicia y País Vasco.