El Banco de España prevé que, si tuviese lugar una cancelación de todo tipo de relaciones comerciales con Rusia, el Producto Interior Bruto (PIB) español se vería resentido y descendería un 1,8%. La inflación también se vería afectada y su valor podría llegar a aumentar hasta un 1,4%.

Si el embargo realizado por España afectase únicamente al gas, al petróleo y al carbón rusos, el PIB se contraería un 1,4%. La hipotética interrupción de las importaciones de materias primas energéticas procedentes de Rusia provocaría un aumento de la inflación de entre un 0,8% y un 1,2%.

De acuerdo con el informe Consecuencias económicas de un hipotético cierre comercial entre Rusia y la Unión Europea publicado este martes, en el escenario considerado como más probable para el Banco de España, la reducción sería del 1,1% del PIB y el incremento de la inflación de 0,9 puntos porcentuales.

"La dificultad para sustituir dichos productos a corto plazo supondría una reducción en la oferta de energía y un agravamiento del actual episodio inflacionista, lo que implicaría, por ambas vías, un lastre para la actividad económica", refleja el informe de la organización presidida por Pablo Hernández de Cos.

No obstante, el Banco de España ha trasladado que la menor dependencia de España en lo relativo a la energía rusa posiciona al país en una mejor situación que la del resto de economías europeas. En el caso de Alemania el impacto se situaría entre un 1,9% y un 3,4%, entre un 1,2% y un 2% en el caso de Francia, y un 2,3% y un 3,9% para Italia. El conjunto de la Unión Europea (UE) se situaría entre un 2,5% y un 4,2% de caída del PIB y un incremento de entre 1,6 y 2,7 puntos en la tasa de inflación.

Esta estimación es relevante debido al acuerdo al que han llegado los líderes de la UE para embargar parcialmente el petróleo ruso. "Esto cubre inmediatamente más de dos tercios de las importaciones de petróleo de Rusia, cortando una enorme fuente de financiación para su maquinaria de guerra", explicaba el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, tras la reunión en Bruselas en la que se ha alcanzado dicho acuerdo.

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Sectores más afectados

Los sectores más afectados por las consecuencias de la cancelación del comercio en materia energética con Rusia serían aquellos en los que el uso de energía es mayor. El transporte, la industria de metales básicos o la industria química serían algunos de los sectores que más sufrirían. En contraposición, el sector servicios se vería afectado en menor medida.

A pesar de esto, la contracción del valor añadido en cada uno de los sectores se debe no solo al impacto directo debido al encarecimiento de la energía, sino también a la propagación de estos efectos directos a través de las cadenas de producción. Por este motivo, el aumento de costes en algunos sectores con un papel central en las cadenas productivas, como, por ejemplo, el transporte o la industria química, repercutirá también sobre el resto de las ramas, independientemente de la intensidad energética de estas últimas.

Además, la propagación de los efectos a través de las cadenas de producción no ocurre exclusivamente entre los sectores de un mismo país. Las perturbaciones que sufren los proveedores europeos de las industrias españolas también se harán notar sobre el PIB y el nivel de los precios en España.

Por ejemplo, el Banco de España señala que algunos sectores de la economía española como la fabricación de vehículos o la producción farmacéutica tienen un alto nivel de dependencia de sus clientes y proveedores situados en otros países de la UE. Así, estos sectores se verían expuestos de manera indirecta a las limitaciones de producción en el resto de los países debidas a las restricciones energéticas.