Saudi Telecom Company (STC) daba la sorpresa el pasado mes de septiembre cuando adquiría un 9,9% de capital de Telefónica, convirtiéndose en el máximo accionista de la compañía. Con la adquisición del 4,9% de las acciones y la opción, todavía no activada, de acceder a otro 5%, las alertas del Gobierno saltaban ante la entrada de Arabia Saudí en sector “estratégico”. El Ejecutivo ha movido ficha y está decidido a hacerse con el 10% de la teleco para neutralizar la incursión saudí y convertirse en accionista mayoritario, decisión que no gusta a José María Aznar.

El expresidente del Gobierno y presidente de la fundación FAES ha cargado contra la estrategia del Gobierno, que revierte actuaciones tomadas durante su primer mandato. Aznar fue el encargado de finalizar el proceso de privatización de Telefónica, compañía que durante su primera legislatura dirigiría su amigo de la infancia Juan Villalonga. Iberia, Endesa, Tabacalera, o Enagás fueron algunos otros buques insignia de la economía española que durante los gobiernos de Aznar pasaron a manos privadas. La pérdida de control en empresas estratégicas es la defensa neoliberal del expresidente, que prefiere una Telefónica saudí a una intervenida por el Gobierno.

“El gran descubrimiento del Gobierno de España es entrar en las empresas”, ha criticado la actuación sobre Telefónica. Durante la Asamblea General de la Asociación Valenciana de Empresarios, Aznar se ha despachado a gusto contra Pedro Sánchez y su equipo, al que ha acusado de querer “controlarlas (las empresas)”. Por supuesto, para el mayor privatizador de la democracia española la estrategia a seguir debe ser la venta de más empresas públicas y la acción de este Gobierno va “exactamente en el sentido opuesto a lo que debemos hacer”.

El gran salto económico en España en términos de prosperidad se dio con la liberalización y la desregulación”, aseguraba durante la misma comparecencia. Repsol, Gas Natural, Aldeasa fueron también entregadas por Aznar, que inició nuevas privatizaciones y zanjó muchas que se dejó a medias Felipe González. En torno a 50 grandes compañías que pertenecían a España dejaron de hacerlo de un plumazo y años después, mientras desde múltiples sectores se lamenta aquella rendición, el presidente de FAES reitera que “ahí es donde España tiene que estar”.

Estas privatizaciones han apartado al país de sectores estratégicOs y otros estados han acabado aprovechándolo, como es el caso de Enel, empresa dominada por Italia y propietaria del 70% de Endesa. En esta ocasión, el Ejecutivo de Sánchez no tiene la intención de permitir que el fondo soberano propiedad de STC y en manos del príncipe heredero Mohammad bin Salmán mantenga el dominio en Telefónica. En estos momentos ya controla el 4,9%, por delante del resto de accionistas mayoritarios. BBVA (4,87%), BlackRock (4,48%) y CaixaBank (3,5%).

Una nueva empresa pública podría intervenir Telefónica

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) era el mecanismo por el cual, hasta ahora, se interpretaba que el Gobierno iba a acometer su entrada en Telefónica. Sin embargo, este pasado lunes, el ministro de Transformación Digital y Función Pública, José Luis Escrivá, anunciaba la creación de una nueva empresa pública que podría acabar desarrollando la actuación. Así lo trasladó durante su visita al Mobile World Congress (MWC) 2024, celebrado en la Fira de Barcelona, donde adelantó la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT).

Esta nueva entidad pública movilizará hasta 20.000 millones de euros de inversión y podría ser la que terminase por entrar en Telefónica. No obstante, Escrivá ha evitado adelantar si será la nueva SETT o la antigua SEPI la que desarrollará la operación. "Tiene sentido incluirla en este ámbito, pero es algo que iremos viendo con el tiempo”, reconocía. Por el momento, se conoce que la nueva entidad gestionará las participaciones estatales en telecos, por lo que no sería disparatado que terminarse por ser la protagonista del culebrón Telefónica.

"Es un instrumento más que nos queremos dar, porque se están produciendo cambios muy importantes y debemos tener una presencia internacional muy potente”, desgranaba el titular de la cartera de Transición Digital. “Nos hemos asignado fondos muy relevantes y debemos usar la inteligencia, focalización y conocimiento para desplegar los que quedan por ejecutar", continuaba. El Gobierno ha dejado claro que no se quedará atrás en la carrera de las telecomunicaciones y para ello ha diseñado un nuevo vehículo que pueda convertir contra los grandes fondos y que, sobre todo, salvaguarde los intereses estatales en los sectores estratégicos.