El pasado viernes, el famoso escritor Salman Rushdie sufrió un ataque directo en Nueva York. El agresor, un joven de 24 años y origen libanés identificado como Hadi Matar, apuñaló al británico en el cuello en pleno centro de la metrópoli neoyorquina. Pese a la gravedad de la herida, Rushdie pudo salvar su vida a duras penas, gracias a la ayuda médica urgente.

Este lunes, el Gobierno de Irán ha rechazado cualquier relación con el ataque. No obstante, Teherán ha acusado al escritor de traspasar "líneas rojas" con sus textos y de "insultar" al islam.

Rushdie está en el punto de mira de Irán desde que, en 1989, el ayatolá Ruholá Jomeini emitiese una fatua pidiendo abiertamente su asesinato por la publicación de 'Versos Satánicos', considerado un texto blasfemo en parte del mundo musulmán.

El edicto del fundador de la República Islámica sigue vigente a día de hoy y la prensa vinculada al estamento clerical iraní no ha dudado en celebrar el apuñalamiento de Rushdie. Sin embargo, este lunes ha llegado la primera valoración oficial de los hechos, en la que el Gobierno iraní se ha desmarcado de la agresión en sí.

El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kanani, ha asegurado en una comparecencia pública que el Gobierno del país no tiene relación alguna con el asaltante, que responde al nombre de Hadi Matar, tiene 24 años y es de origen libanés, según la agencia Mehr.

Kanani, sin embargo, no ha escatimado críticas contra Rushdie, al que ha acusado de "exponerse" con sus escritos a la "ira" de musulmanes y de seguidores de otras religiones, cruzando todo tipo de "líneas rojas". El escritor británico de origen indio permanece ingresado en un hospital de Nueva York y, aunque su estado es grave, evoluciona favorablemente y desde el domingo ya no necesita estar conectado a un respirador.