Esto significa que 3 de cada cuatro trabajadores 'recusan' la labor de su director. En concreto, de lo que acusan en la plantilla del diario a Moreno, como les contamos en ELPLURAL.COM en su momento, es de haber reconocido ante un grupo de redactores la inmoralidad del ERE y aún así seguir apoyando su aplicación. Hablaban los trabajadores de una reunión que mantuvo el director con una serie de redactores para hablar de la situación del diario, y a los que, cuando le plantearon las dudas sobre la moralidad de el despido de trabajadores en una empresa que había obtenido benificios en 35 años y pérdidas sólo en uno, les dijo “no puedo por menos que darte la razón; la voluntad de la empresa es llegar a un acuerdo, pero naturalmente no depende de mi. Pero sí, es injusto, y es inmoral”.

Retirada del apoyo que se le dio al ser nombrado
En 'El País', por acuerdo de la empresa y la redacción, los nombramientos de los cargos deben pasar el filtro, aunque no vinculante, del refrendo en una votación de los trabajadores. En su momento la redacción del diario aprobó el nombramiento de Javier Moreno. Es este apoyo el que ahora se le ha retirado.

En la misma asamblea se decidió pedir un informe legal sobre la 'huelga de firmas' que el martes habían decidido los trabajadores. La empresa, a través de una carta que había dirigido a toda la plantilla el consejero delegado del periódico, José Luis Sáinz, amenazó con represalias porque considera que la negativa a la firma constituye "una acción concertada de carácter colectivo que altera el normal funcionamiento de la actividad productiva y la calidad del producto". Los redactores sí han mantenido la decisión de realizar esa 'huelga de firmas' los próximos jueves y viernes, 18 y 19 de octubre, cuando además realizarán paros parciales de dos horas.

Las ironías de Maruja Torres
Una prueba más de las heridas que se están abriendo en PRISA, hoy la histórica periodista de 'El País', Maruja Torres publica en la última página una columna empapada de ironía en la que escribe "se habla mucho de lo que sufren quienes son objeto de despido (...) sin embargo nadie se compadece de los jefes". "A mí se me encoge el corazón -sigue sardónica- cuando pienso en esos ejecutivos que vuelan en business o en primera -algunos, incluso en el pavoroso aislamiento de su jet privado, propio o de alquiler-, y que no pueden hacer otra cosa, entiéndanlo bien (...) Estos hombres y mujeres, solitarios y heroicos, hacen lo que tienen que hacer para seguir cobrando y preservando los intereses de los accionistas: porque de ellos dependen muchas familias. La del que prepara el catering en la fiesta de cumpleaños, las de los profesores del colegio de los niños en Estados Unidos, la de esa pobre chica que les hace la manicura. Por no hablar del señor Armani ni del señor Audi, que tienen que comer". Y concluye Maruja Torres: "No me digan nada de los trabajadores. Piensen en los jefes. Y en todo lo que han tenido que traicionar un día tras otro. Los pobres".