El día después al tan esperado miércoles en el que Mariano Rajoy, supuestamente, iba a contestar a Albert Rivera sobre sus condiciones. Día final de vacaciones políticas y en el que se reactivaban teóricamente las negociaciones políticas. Día del gatillazo ante la tomadura de pelo que significó la comparecencia del Presidente en funciones haciendo que no había pasado nada hasta entonces y que sería hoy, jueves, cuando comenzaría a hablar con Rivera.

La culpa es de Sánchez

¿Reacción de la prensa? En el ABC, la obsesión no se ha movido un ápice pese a lo sucedido. Siguen cargando sobre el PSOE la responsabilidad. “Rajoy evita activar la investidura sin el concurso del PSOE”, titula el diario a toda plana, y en su editorial remacha: “Toca negociar, mientras el PSOE mira”. Incluso a la hora de regañar a Rajoy, que casi se atreven a hacerlo, utilizan el trasero del líder socialista para darle el golpe: “Si Mariano Rajoy quiere que la pelota continúe en el tejado de Pedro Sánchez debe intentar por todos los medios el acuerdo con Albert Rivera”.

Su principal columnista, el también tertuliano Ignacio Camacho, convierte la situación directamente en un pulso por la supervivencia entre Rajoy y Sánchez, a los que rebautiza como Míster Mañana y Míster No, respectivamente: “Rajoy y Sánchez se han convertido en duelistas incompatibles cuyo enfrentamiento obstruye cualquier salida razonable”.

Indefendible obsesión

En La Razón, Francisco Marhuenda desvela la misma clara intención a la hora de cargar responsabilidades, sin cortarse: “Rajoy traslada la presión a Sánchez y le pide fecha para la investidura”. Siempre que se lea cualquier papel que pase por las manos de Marhuenda hay que recordar que fue jefe de gabinete durante años y años de Rajoy y que ese cordón nunca se ha cortado. En el editorial, que titulan ‘lo que toca es formar gobierno’, se cortan poco.

Pedro Sánchez padece “una indefendible obsesión con la figura del actual presidente del Gobierno en funciones”, escriben. Y añaden que el líder socialista pretende convertir “el proceso de investidura en una suerte de horcas caudinas”. Razón que lleva al editorialista de Marhuenda a escribir, el pensamiento de fondo que quieren sostener a toda costa, que “el culpable del bloqueo constitucional que padece Estaña no es Mariano Rajoy, el ganador de las elecciones (…) sino Pedro Sánchez, que con su actitud ciega el camino a la gobernabilidad de la nación”.

El PP quiere unas terceras elecciones

En El Mundo editorializan anunciando la cercanía de una tercera vuelta. “La secuencia de los hechos hace pensar que Rajoy ha tirado la toalla”, y de hecho en el titular de portada –“Rajoy enfría los pactos y se prepara para otras elecciones” apuntan cierto deseo escondido en el PP por esas terceras elecciones en un año que, apuntan todos los expertos, darían a los populares una victoria más holgada.

Pero curiosamente, o no, quién más afectado por el vacile al que sometió ayer Mariano Rajoy, mintiendo sin pudor a los periodistas incluso, es El País. “Esto no puede ser”, titulan su editorial, y acusan a todos. “Mariano Rajoy faltó ayer al deber de dar respuestas a las condiciones planteadas por Albert Rivera”, arrancan su texto. Y subrayan el descrédito que para Rajoy y los suyos ha traído: “haber dejado pasar otra semana sin mover un dedo es absurdo y resta credibilidad al discurso del propio Rajoy sobre la urgencia de constituir un Gobierno”. Pero también señalan a Sánchez que, dicen, “se muestra decidido a que el aspirante del PP fracase en la investidura (…) sin aclarar qué tiene en la cabeza para conseguirlo sin repetir las elecciones, una opción que confiamos en que ni siquiera se le pase por la imaginación”.