Las finanzas del rey Juan Carlos llevan años bajo sospecha y en las últimas semanas se han hecho públicas informaciones de las investigaciones que se han hecho sobre el presunto cobro de comisiones ilegales. El diario británico The Telegraph reveló que Juan Carlos I percibió cien millones de Arabia Saudí a través de una fundación en cuyo patronato se encontraba la figura del hoy rey emérito, información que salió a la luz después de otras que apuntan a las fortunas del monarca en Suiza.
Este domingo el rey Felipe VI ha anunciado la renuncia a la herencia de su padre, además de dejar de recibir la asignación que hasta ahora percibe de los Presupuestos Generales del Estado por la condición de rey emérito y que asciende a los 194.232 euros al año. Pero Felipe VI no podrá renunciar a dicha herecia hasta el fallecimiento del rey emérito. Esta cuestión ha causado revuelo en la sociedad y han sido muchos los que se han pronunciado. Entre ellos se encuentra la periodista Nieves Concostrina, que a través de su cuenta de Twitter comenta: “Me sugiere una amiga con criterio, que, para expiar sus pecados, su católica majestad el emérito y/o descendientes, deberían entregar los cien millones de comisión que Juan Carlos trincó de Arabia Saudí a la sanidad pública para paliar las necesidades de sus ‘súbditos’”.
A este comentario se han sumado muchas respuestas que piden la devolución de este dinero: “Lo primero que tendría que hacer el rey es obligar al emérito a desvelar a cuánto asciende su rapiña acumulada en sus fundaciones a lo largo de los años”, “Y ahora a ver qué juez se atreve a meter en la cárcel a quien diga que los Borbones son unos ladrones” o “Los borbones devolviendo algo de lo robado. Eso sí que sería una novedad” son algunos de los comentarios de los tuiteros.
Nieves Concostrina ha zanjado con otro mensaje: “Los borbones y Dios, Dios y los borbones tienen perdida la batalla judicial. Nunca están donde deben ni ayudando a quienes lo necesitan. Uno no existe y los otros se amparan para existir en el que no existe”.
