Estar junto a Puigdemont toda la vida, esto es lo que ha decidido un joven de 19 años para tatuarse la cara del expresidente catalán en el trasero por “una broma entre colegas”.

El joven, que ha preferido ocultar su identidad y lugar de residencia, cuenta que no es independentista, “para nada. Soy apolítico” pero que le fascina la figura de Puigdemont por su envite al Estado con el referéndum de independencia del 1-O y su posterior huida a Bruselas.

“Puigdemont es lo que en mi barrio llamamos un 'Jujas', un tío que te hace la vaina, y eso me hace gracia. Yo creo que le ha tomado el pelo a todo el mundo, desmarcándose del plan. Y eso para mí le convierte en un héroe. O al menos en un referente”, afirma.

El tatuador encargado de la hazaña ha sido Coreh López, considerado uno de los tatuadores más hábiles de Cataluña, que reconoce no se había encontrado hasta ahora con una petición tan insólita y que lo primero que pensó es que “era una locura, que no se iba a hacer”.

Una vez llevada a cabo la insólita obra, argumenta “que en todo lo relacionado con el 'procés' han aflorado muchísimos sentimientos. Y este tatuaje no deja de ser el resultado de otro sentimiento, surge de la necesidad de introducir un poco de humor. Al final los tatuajes son un reflejo de nuestra historia, personal y colectiva, y Puigdemont está ya en el imaginario colectivo, por lo que no es tan raro que aparezcan tatuajes con su cara”.

Sobre si su tatuaje podría suponer una falta de respeto, por situarse donde se sitúa, el joven niega la mayor. “Estoy convencido de que si Puigdemont acaba enterándose de que me he tatuado su cara se lo tomará bien. Yo le animo a que tenga fuerzas, que haga lo que tenga que hacer y que vaya siempre 'p'alante' con todo”.