Los videojuegos no son solo un producto industrial, sino también un fenómeno cultural, estético y artístico, y esa es la visión que pretende dar de ellos la exposición Homo Ludens. Videojuegos para entender el presente, producida y organizada por la Fundación “la Caixa”, que podrá ser visitada hasta el 16 de octubre en CaixaForum Sevilla.
La muestra pretende analizar la forma en que los videojuegos se hacen presentes en diferentes ámbitos de nuestra sociedad y ahondar en el papel del juego como práctica reguladora de la actividad humana a lo largo de la historia. Para dicho cometido, expone 58 piezas de 36 creadores, entre videojuegos y obras de arte. Se propone una mirada antropológica a los videojuegos, esencial en la cultura de masas contemporánea, a la vez que se los analiza como industria, medio cultural y propuesta creativa. Para ello, se vale de ejemplos concretos y de obras de arte contemporáneo. Se plantea una tesis que constata la existencia de un mundo en el que vida y juego aumentan su interrelación de manera exponencial con el paso del tiempo. Efectivamente, la exposición demuestra que jugamos sin darnos cuenta cuando viajamos, cuando aprendemos o hasta cuando nos enamoramos.
El visitante puede elegir el itinerario que prefiere seguir, como si del protagonista de un videojuego se tratara. Para ello, recibirá un dispositivo, el Coin, con el que podrá contestar a una serie de preguntas a lo largo del recorrido. Sus respuestas acabarán por configurar un avatar, que lo identificará con un perfil de gamer. Todos los avatares se irán representando en tiempo real en una gran pantalla. Es decir, los espectadores actuarán como gamers aunque no jueguen con los videojuegos que se exponen. La vida y el juego se fusionan y todos nos convertimos en jugadores, lo creamos o no.
Una vez recibido el Coin, los visitantes pueden acceder a salas que abordan distintas actividades humanas. Jugamos para siempre es la antesala que da paso a Jugamos con dinero, a Jugamos creando, a Jugamos con la identidad, a Jugamos con los márgenes y a Jugamos sin darnos cuenta. A la entrada y la salida de cada una de las salas, los visitantes podrán responder a algunos de los dilemas que plantean los videojuegos, por lo que en todo momento tendrán la sensación de estar participando en uno de ellos.
Después de completar el recorrido se llega a la Pantalla final, un espacio diáfano con una proyección con la que se puede interactuar. Allí cada uno podrá conocer a su avatar y descubrir qué perfil de jugador tiene en este mundo videoludificado. También podrá ver, en tiempo real, el resultado acumulado de la comunidad de avatares de todos quienes hayan acudido a la exposición desde el primer día.