Tras culminar con éxito el proyecto de restauración La estrella de Miró, CaixaForum Barcelona ha trasladado a su vestíbulo el tapiz que Joan Miró, con la colaboración de Josep Royo, crearon para “la Caixa”. Se trata de una ocasión única para poder disfrutar de una de las imágenes más icónicas de la historia, ya que permanecerá allí, en una vitrina de cristal, solo hasta fin de año.

El proyecto La estrella de Miró llega así a su momento culminante, después de dos meses en los que los visitantes han podido conocer la historia de la estrella mironiana y observar el proceso de la ya exitosa rehabilitación de las fibras del tapiz, para entender, entre otras cosas, cómo les afectan las condiciones ambientales. La obra había desembarcado en el centro para su restauración pública en un espacio museizado, en que el público podía descubrir los secretos que se esconden detrás de la pieza, uno de los siete tapices monumentales que realizó Miró.

Tapiz, antes de su restauración

La historia cuenta que la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña y Baleares decidió unificar la imagen de la entidad a finales de los setenta, y así nació la marca “la Caixa”. Se encargó, entonces una renovación iconográfica a la agencia norteamericana Landor. El elegido para la nueva creación fue el artista catalán Joan Miró.

A finales de la década de los setenta, la entonces denominada Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña y Baleares asumió la necesidad de unificar y mejorar la imagen de la entidad. Fue entonces cuando nació la marca ”la Caixa” y también cuando se decidió encargar a la agencia norteamericana Landor la renovación de la imagen. A finales de 1979 se decidió apostar por utilizar la creación de un artista y Joan Miró (1893-1983) fue el elegido.

Hasta final de año, la obra permanecerá en el vestíbulo, por lo que el público podrá seguir gozando de la pieza por primera vez en 38 años, en la que se considera la primera vez que se puede ver el reverso de la pieza

Pocos podían imaginar que el encargo se convertiría en una obra monumental, que llevó por nombre el explícito Tapiz. Tiene 5 metros de largo por 2 de alto y un peso de, nada menos, 200 kilos. Está fabricado en lana, algodón y cáñamo, principalmente. Es uno de los 7 grandes tapices que Miró hizo durante los años setenta, en el final de su carrera artística y en colaboración con el artesano textil Josep Royo.

Se exhibió por primera vez en 1980 en la expo Joan Miró. Obra gráfica, en el Centro Cultural de la Casa Macaya de Barcelona, para ser trasladado más tarde al Museo de la Ciencia (hoy, CosmoCaixa). Estuvo expuesto en la entrada del centro hasta 1984, año en el que se trasladó al vestíbulo de la nueva sede central de “la Caixa”, en la avenida Diagonal. Allí ha permanecido colgado de manera ininterrumpida durante estos últimos 38 años, solo a la vista de los trabajadores y los visitantes.