Toni Cantó se impuso al debate en el Congreso sobre los indultos y se convirtió en el nombre de la jornada del miércoles. La presidenta de la Comunidad de Madrid se sacó de la manga la Oficina del Español y nombró al ex de Ciudadanos su director. Un designio que ha despertado polémica y que, incluso, se ha llevado las críticas de Vicente Vallés, quien destroza en apenas 40 segundos el nombramiento.

“Chiringuito” fue la palabra del miércoles. No por el programa de Josep Pedrerol, tampoco por los establecimientos playeros tan españoles, sino por la creación de esta polémica oficina que muchos han comparado con el puesto que Esperanza Aguirre otorgó a Santiago Abascal años ha.

Twitter se convirtió en un hervidero de críticas hacia  Isabel Díaz Ayuso y Cantó, pero también en un festival de la hemeroteca, donde se recordaban vídeos del ex de Ciudadanos censurando el enchufismo de PP y PSOE. La noticia abrió telediarios y periódicos. No es para menos, pues además trascendió que el ex liberal se embolsaría 75.000 euros.

Vicente Vallés, por supuesto, se hizo eco de la creación de este nuevo departamento dependiente de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, cuya titularidad recae sobre la amiga íntima de Toni Cantó, Marta Rivera de la Cruz. El periodista, en apenas 40 segundos, destrozó la creación de la Oficina del Español y cargó duramente contra el Partido Popular y, sobre todo, el protagonista.

El presentador de Antena 3 Noticias recordaba en la última edición del informativo de la cadena que Cantó “decidió abandonar Ciudadanos hace unas semanas”. “Se acercó al PP hasta formar parte de la lista de Isabel Díaz Ayuso para las elecciones del 4 de mayo, aunque los tribunales no se lo permitieron al no cumplir con todos los requisitos”, contextualizaba Vallés.

El periodista señalaba que Cantó “se quedó descolgado”, aunque el Partido Popular “le ha buscado un hueco como recompensa”. “En realidad ha creado un hueco específicamente para Cantó. Un despacho que no existía”, deslizaba. Se trata de un cargo con el que pretende promocionar a Madrid como capital europea de la lengua española. “Como si tal cosa fuese necesaria”, apostillaba el periodista, quien concluía que “es lo que en política se suele conocer como un chiringuito”.