No habrá referéndum de autodeterminación. El PSOE no aceptará nunca jamás la autodeterminación”. Así de contundente se ha pronunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia a petición propia ante el Congreso de los Diputados en la que ha justificado los indultos otorgados a los presos del procés. “

Sánchez, quien ha comenzado rememorando las primeras elecciones democráticas tras la dictadura de Francisco Franco y recordando ese espíritu de concordia, ha rechazado de plano una de las aspiraciones más demandadas por los independentistas: el referéndum de autodeterminación pactado.

El líder del Ejecutivo ha alegado que existen razones de utilidad pública para conceder la medida de gracia al tiempo que ha asegurado que “ninguna persona debe renunciar a sus ideales” porque “en nuestra democracia caben todas las ideas, también las independentistas”. Sin embargo, ha exhibido dureza al apostillar que no habrá referéndum a menos que el independentismo consiga la mayoría legal necesaria en el Congreso de los Diputados.

Concordia

Al igual que durante su comparecencia tras el Consejo de Ministros que aprobó los indultos y en la misma tónica que sus diferentes intervenciones desde entonces, Sánchez ha recurrido al espíritu de la concordia para justificar la medida de gracia: "Diálogo y concordia. Concordia significa con corazón. Evoca los acuerdos a los que se llega desde la discrepancia. El espíritu de unir, en lugar de dividir entre buenos y malos españoles, o buenos y malos catalanes. La discordia política y territorial supone un lastre para la cohesión. Todos somos buenos españoles, catalanes o madrileños. Es importante integrar nuestra rica diversidad”.

El presidente del Gobierno ha recordado que el indulto es una medida discrecional, que no arbitraria, y es una cuestión política que se mueve en un plano distinto al judicial, por lo que “ni cuestiona ni revisa” la sentencia. "Es un instrumento reconocido, una medida de gracia regulada desde 1870, y regulada en nuestra Constitución. No es una excepcionalidad jurídica. Se han concedido más de 18.100 indultos desde 1979. Todos los Gobiernos han ejercido esta potestad. Su concesión es política, graciable y excepcional. Al ser política, se mueve en un plano distinto al judicial. No cuestiona ni revisa la decisión del tribunal. Cuando el Gobierno de Aznar concedió más de 6.200 indultos, no cuestionaba el trabajo de los jueces, como tampoco lo hizo el Gobierno de Rajoy. Este Gobierno progresista, que irrita a los bancos de la derecha y ultraderecha, es tan legítimo como cualquiera encabezado por afiliados del Partido Popular”, ha subrayado.

Además, ha recordado que se trata de una medida sujeta a condiciones, ya que “si uno de los indultados vuelve a cometer un delito de esta naturaleza en el plazo establecido, sumaría los años pendientes de condena a la condena fijada por el nuevo delito”.