Amaya se ha convertido desde hace semanas en la mediática representante de unos vecinos de Móstoles, Madrid, que se quejan del ruido de dos discotecas en el bajo de su edificio. Coincidiendo con el acto de Isabel Díaz Ayuso en el Ayuntamiento de Móstoles esta semana, la vecina ha difundido un vídeo para hacer una “llamada desesperada” a la presidenta de la Comunidad de Madrid para solucionar este problema.

“Buenos días, Isabel Díaz Ayuso, le mando este mensaje desde mi centro de trabajo, un centro de secundaria de educación de la Comunidad de Madrid. Le envío este mensaje desesperada porque yo, al igual que mis vecinos, llevamos muchísimo tiempo sin poder dormir debido a las licencias que tienen dos discotecas en el bajo de los edificios Cervantes 1, 3 y 5 desde hace mucho tiempo. Tienen licencias hasta las 6 de la mañana y de emisión de 90 decibelios”, ha comenzado diciendo en el vídeo.

Después, ha vuelto a explicar su caso: “Yo, que me enfrento a la responsabilidad de enseñar a niños y tengo que firmar actas de notas, nos preguntamos cómo es posible que un funcionario público haya firmado en su día licencias de emisión de 90 decibelios hasta las 6 de la mañana en el bajo de un edificio residencial”. “Le ruego que nos ayude, yo soy una profesora que no duerme y que cada día, como el resto de profesores, nos encontramos a un gran reto”, ha añadido. Para zanjar, ha remarcado: “Esta es una llamada desesperada”.

La situación de los vecinos

En una entrevista con ElPlural.com, Amaya contó que la Administración abandonó a los vecinos: "Llegó un momento que estábamos contra la pared, estos vecinos llevan ocho años peleando con papelería interminable y también me tocó a mí una buena tanda y vi que la Administración era una pared".

Amaya se mudó en 2021 cuando los locales estaban cerrados por la pandemia y nadie le avisó el problema que suponían esas dos discotecas. "Desde luego podía esperar algo de barullo, pero no cabe en la cabeza de cualquier persona que ahí vaya a ver dos permisos contiguos de 90 decibelios hasta las 06:00".

Aunque los vecinos llevaban muchos años detrás del cierre de estas, la situación no cesa. "Me destaparon una carpeta de papeles que realmente ponen los pelos de punta de los años que llevan", señalaba. "Lo han penalizado con una sanción de tres o cuatro meses y ya está. Aparecen otros, como son del mismo grupo, se conocen todos entre ellos y lo vuelven a abrir y le cambian el nombre", lamentaba la activista.