Amaya se ha convertido en la mediática representante de unos vecinos de Móstoles (Madrid) que se quejan por el ruido de dos discotecas. Ella adapta canciones reivindicativas para dar visibilidad al problema que sufren. Sus intervenciones cantando en distintos programas de televisión se han hecho virales en las redes sociales.

En la entrevista a ElPlural.com, Amaya cuenta que la Administración abandonó a los vecinos: "Llegó un momento que estábamos contra la pared, estos vecinos llevan ocho años peleando con papelería interminable y también me tocó a mí una buena tanda y vi que la Administración era una pared".

Amaya se mudó en 2021 cuando los locales estaban cerrados por la pandemia y nadie le avisó el problema que suponían esas dos discotecas. "Desde luego podía esperar algo de barullo, pero no cabe en la cabeza de cualquier persona que ahí vaya a ver dos permisos contiguos de 90 decibelios hasta las 06:00", denuncia.

Aunque los vecinos llevaban muchos años detrás del cierre de estas, la situación no cesa. "Me destaparon una carpeta de papeles que realmente ponen los pelos de punta de los años que llevan", señala. "Lo han penalizado con una sanción de tres o cuatro meses y ya está. Aparecen otros, como son del mismo grupo, se conocen todos entre ellos y lo vuelven a abrir y le cambian el nombre", lamenta la activista.

En busca de una solución, Amaya buscó ayuda en la música y en los medios. "Busqué un altavoz, fui al Media Markt, porque aquí me tienen que oír de punta a punta de la avenida de Portugal. Agarré el altavoz, me vine a mi casa, empecé a pensar algunas letras que pudieran servir de reclamo y así las fui haciendo", destaca.

Amaya utiliza canciones de distintos grupos y artistas como Aretha Franklin, que ya "son en origen canciones muy reivindicativas". Además, se aproxima a distintas franjas de edad para que su mensaje llegue al mayor público posible: "También que sirva de reclamo a las personas mayores como Cuéntame, algo de rock, de los Guns and Roses y unas de los Beatles también".

Sus apariciones en distintos medios, junto a los videos virales de distintas redes sociales, fueron el empuje que necesitaba para dar a conocer la situación que sufren los vecinos cada día. "Lo que llama la atención en primera instancia es el método de protesta, un poco bizarro y poco ortodoxo", reconoce.

Aparte del ruido de las dos discotecas de la zona, suelen haber altercados habitualmente, con constantes intervenciones de la Policía: "Esta madrugada entre 04:05 se estaban pegando de la manera más violenta que te puedas imaginar, dando unos berridos como una jauría, cinco o seis pegándose a matarse".

"En el primer piso tienen un bebé de tres años, ese niño no ha conocido lo que es dormir. Las ojeras que tiene, es que es para echarte a llorar", sentencia.