El novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, se ha librado de dar explicaciones ante la Justicia por los delitos de fraude fiscal que él mismo reconocía en los correos intercambiados por la Fiscalía hasta en cuatro ocasiones. La última suspensión, anunciada el pasado 24 de enero sobre la declaración programada en principio para el 7 de febrero, se daba tras alegar problemas de agenda por un viaje que el empresario tenía programado entre el 4 y el 12 de ese mes. Finalmente, la jueza le ha vuelto a citar para el próximo día 24.
La instructora primero, la semana pasada, le citaba a declarar a principios de febrero junto a los otros investigados en el procedimiento judicial al estimar un recurso de la acusación popular que conforma la oposición. La citación se realizó después de que la Fiscalía de Madrid solicitara a la jueza que tomara declaración al agotarse en marzo la instrucción.
Las veces que González Amador no habló en sede judicial
La anterior vez que González Amador dejó de declarar en sede judicial fue el pasado mes de noviembre. En ese momento el compañero sentimental de la lideresa regional iba a hablar el 29 de aquel mes, pero la instructora del caso decidió declinar el momento hasta que la Audiencia Provincial de Madrid resolviera un recurso interpuesto por su abogado contra la apertura de una pieza separada por la supuesta comisión de otros posibles delitos.
El aplazamiento se produjo a petición de la defensa de la pareja de Ayuso al solicitar en un escrito la suspensión hasta que la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Madrid se pronunciara sobre “el acomodo o no a derecho” del auto recorrido.
En estas, la defensa alegaba que “la pieza principal y la pieza separada comparten un hecho nuclear con efectos no sólo en la liquidación tributaria sobre la que se pretende tomar declaración, sino lo que sea objeto de la pieza separada”.
Las comparecencias estuvieron previstas el pasado 24 de junio, pero se aplazaron a instancias de la acusación popular que representa la izquierda madrileña, personalizada en PSOE y Más Madrid después de solicitar en un escrito que se investigaran cinco nuevos supuestos tras el respectivo análisis de un informe de la Agencia Tributaria que consta en el procedimiento.
Cabe recordar que el pasado mes de octubre, la jueza acordó abrir una pieza separada para investigar si González Amador habría incurrido en la comisión de delitos distintos de los que ya se instruyen en la causa principal al usar una de sus empresas para “ocultar ingresos”.
Distinta vara de medir
El que sí ha hablado esta semana ha sido el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, a pesar de pedir también que se posponga su declaración -por la causa que tiene que ver con la posible revelación de secretos- considerando “innecesario”, entre otras ocasiones, escuchar primero a González Amador.
A lo largo de siete folios, el magistrado mostró su sorpresa por la petición alegando que “la práctica de todos los días nos viene enseñando que lo habitual es que el testimonio de quien comparece en el proceso como acusación más que favorecer venga a resultar perjudicial para el acusado”.
Asimismo, aseveraba Hurtado, que para “formar una idea” de la postura adoptada por el novio de la responsable regional bastaba con leer la querella que presentó y la actuación de su abogado en el marco de la causa.
En todo este maremágnum, el juez puso el foco en que fue la presunta filtración la que había provocado que González Amador sea considerado “un defraudador confeso, sin serlo, con el daño reputacional que ello conlleva”, obviando así que el propio empresario admitió ante la fiscalía los delitos fiscales para evitar así la pena de prisión.
Otra de las actuaciones polémicas de Hurtado pasa porque descartó todas las diligencias propuestas, como la intervención del móvil del jefe de prensa de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, a pesar de existir “múltiples evidencias testificales que contradicen sus constantes afirmaciones”, ya que “no se alcanza a entender la incidencia que pueda tener el correo del 12 de marzo”.
Declaración de García Ortiz
El fiscal general del Estado declaraba comparecía el pasado miércoles como imputado en el Tribunal Supremo, donde negó filtraciones a la prensa así como dar órdenes para ello en el caso que rodea al defraudador confeso.
En su comparecencia, defendió que su objetivo al recoger la documentación del caso en la noche del 13 de marzo no era otro que el de desmentir varios bulos e informaciones falsas, a la vez que denunciaba la ilegalidad de los registros en su despacho el pasado mes de octubre, el cual definió como “allanamiento”.
“Rotundamente no” y “La mentira no es un secreto”, fueron dos de las frases que marcaron el interrogatorio a preguntas sobre la posible filtración y que sus actuaciones fueran una maniobra para perjudicar a González Amador y Ayuso.
Entre los momentos relevantes de la declaración, el fiscal general del Estado relató la manera en la que se enteró del interés mediático por la denuncia de la Fiscalía o que el correo cuya difusión se investiga no contenía ningún secreto de sumario.