Los toldos de la Puerta del Sol han tenido una vida de unos cuatro meses, el conjunto del verano; una iniciativa que buscaba sofocar las altas temperaturas, pero en cambio fue objetivo de numerosas críticas por parte de la oposición al Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida y de la ciudadanía al no dar el resultado esperado.

Pese a no haber cumplido con las expectativas esperadas y teniendo en cuenta que el desembolso de las arcas públicas ascendió a dos millones de euros entre la contratación del servicio, su instalación y la retirada de los toldos, el Consistorio de Cibeles ha defendido su utilidad este miércoles y lo ha calificado como “un hito”.

En estos términos se ha expresado la delegada de Obras y Equipamientos del Ejecutivo municipal de Almeida, Paloma García Romero: “Por primera vez en la historia de la plaza se ha creado un espacio de sombra de casi 2.000 metros cuadrados a lo largo de su arco norte, que tiene éxito entre las personas que pasan por la plaza. Un hito en sí mismo”, ha esgrimido, a la par que ha añadido que, gracias a su instalación en los meses del tórrido calor de verano, calculan que ha bajado la temperatura “10 grados”.

De la misma manera, la concejala del PP ha señalado que su diseño estaba centrado en “minimizar su presencia en el espacio y afectar lo menos posible al entorno BIC -Bien de Interés Cultural que es la Puerta del Sol-“, un objetivo que consideran “conseguido” desde Cibeles.

Basta con echar cálculos para comprobar el montante redondo de la nueva Plaza del Sol. Según el presupuesto oficial, a los 13 millones de euros que costaron las obras de la plaza, cabe sumar la instalación de los 32 toldos en los meses de verano de un millón y medio de euros: 996.171 euros por los anclajes y refuerzos de contención, 457.530 por las propias telas y 499.094 euros por su retirada antes del 1 de noviembre, lo que hace un montante final de 1.940.795 euros, es decir, casi dos millones.

En el momento de formular el proyecto, los arquitectos a cargo de la obra propusieron definir una zona verde en Sol, pero desde el Consistorio de Almeida tan sólo hubo rechazo, lo que chocó con la estupefacción de la oposición política y de la propia ciudadanía.

“No da sombra”

En estos últimos meses, la oposición al Ejecutivo de Almeida no ha escatimado en reproches ante la utilidad de estos toldos que debían guardar sombra en pleno corazón de Madrid en las horas críticas de calor.

“Han costado más de dos millones de euros, a razón de casi 600 euros por metro cuadrado de sombra, apenas cubren un 5% de la plaza”, ha reprochado, por su parte, el PSOE en voz del concejal Pedro Barrero.

 

Desde Más Madrid, las críticas también se han secundado en los últimos tiempos: “Necesitamos más árboles, menos asfalto y un urbanismo que reduzca el efecto de isla de calor de nuestras ciudades”, defendió a principios de mes la líder de la formación y ministra de Sanidad, Mónica García.

Incluso por parte de Vox las valoraciones no son positivas: “Lo peor de todo es que no da sombra”, ha reprochado su portavoz en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith.

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