Los médicos y pediatras de Atención Primaria encarrilan su cuarta semana de huelga indefinida frente a una Isabel Díaz Ayuso que se muestra implacable ante las demandas de los profesionales. 

Después de la marcha atrás de la presidencia en lo que tiene que ver con la reapertura de los nuevos Puntos de Atención Continuada, las partes del presente parón -consejería de Sanidad y Atención Primaria- siguen alejadas en sus posturas.

El principal reclamo de las batas blancas tiene que ver con el “caos” y la “sobrecarga” a la que se enfrentan y que se traduce directamente en el número de pacientes que tienen que atender. Así las cosas, los médicos de familia piden un tope de 31 consultas, un número que se reduce a los 21 para pediatras. Actualmente hay trabajadores que atienden a 50 y hasta 60 personas a lo largo del día.

No es una cifra inamovible, y es que desde los sindicatos han asegurado en varias ocasiones a este mismo medio que una mínima diferencia no imposibilitaría alcanzar un acuerdo del que, por otro lado, la consejería parece distanciarse. Evidentemente, hace falta una disposición que, según los sindicatos, no demuestra la administración Ayuso y, cuando lo hace, deja ‘flecos sueltos’. Por el momento, desde la Comunidad plantean limitar el número a 34 y 24 respectivamente; pero la 'pregunta del millón’ que sobrevuela los lugares de trabajo es la siguiente: “¿Qué pasa con el paciente 35 y 25? Que lo habrá”.

De esta manera lo han vuelto a exponer en declaraciones llegadas a este medio en las últimas horas fuentes sindicales. Ángela Hérnandez, secretaria general de AMYTS, ha reconocido que los médicos y pediatras “no pensaban que la situación fuera a durar tanto” y ha acusado por enésima vez durante los más de 20 días que ya dura la huelga la “postura" y la “falta de diálogo” del Gobierno regional.

Otra propuesta de la administración pasa porque se hagan 4 horas extra retributivas fuera del horario laboral, algo que en la práctica supone hacer 11 o 12 horas diarias, siendo éste otro de los escollos principales que instan a superar desde la parte afectada.

Sanitarios y pacientes siguen tomando las calles

Los sanitarios insisten en que se encuentran “fuertes” e intentan concienciar a la ciudadanía -aunque ésta parece ya estarlo- de que se trata de “rescatar” la sanidad pública. “Nos estamos jugando la atención sanitaria, porque ni los médicos ni los pediatras aguantan más”, expone la responsable primera de AMYTS: “Es ahora o nunca”.

Si algo han dejado claro los profesionales es que no se van a rendir. Así lo han demostrado con su insistencia en las calles, y es que son varias las veces que han salido de sus centros de salud -a veces a la puerta de estos, otras a puntos clave de la capital- para reivindicar los aspectos expuestos.  Han intentado hacerse notar de todas las maneras posibles, hasta ‘sacaron’ a la carretera el llamado “bus de la precariedad” con el que recorrieron algunos centros de salud de Madrid. También lanzaron al suelo batas en señal de agotamiento y de forma simbólica.

Bajo el escenario descrito, esta semana han retomado las marchas con salidas a hospitales y centros de salud en el día de hoy, mientras que para mañana está previsto una manifestación desde la consejería hasta la Puerta del Sol.

La huelga no solamente ha sido secundada por los profesionales de la sanidad, sino también por los pacientes, a quienes los sindicatos han mostrado asimismo su apoyo y han lamentado que sean los otros grandes afectados. “A pesar de ver dificultado su día a día, saben perfectamente que en lo urgente van a estar atendidos y nos piden que no les dejemos caer, que no quieren ser atendidos de cualquier forma, sino que siguen queriendo tener su médico y su pediatra de referencia”, aprecia Hernández.

Ayuso recurre (de nuevo) a la descalificación

La última reunión que tuvo entre las partes se dio el pasado 2 de diciembre, sin acuerdo entre sindicatos y consejería. AMYTS ha vuelto a lamentar que desde el departamento de Enrique Ruiz Escudero “no dan una respuesta clara”.

La líder de Sol, por su parte, sigue tirando balones fuera y no solo no se reúne con los médicos, sino que, una vez más, mantiene que “no procede” un parón en estos momentos y que quienes lo ejecutan están “politizados”.

Los sanitarios no se callan y lamentan como respuesta encontrarse “agotados física y mentalmente” a la vez que aseguran que “a nadie le gusta ir a la huelga”. “(Además) Es algo totalmente absurdo. Somos un sindicato profesional y aquí caben todas las ideologías”, apostillan desde el agente social principal del parón.