Pocos lugares en el mundo transmiten lo que Madrid en lucha, máxime si la capital encuentra una forma distinta de batallar cuando todo parece inventado. Eso han debido de pensar los médicos de Atención Primaria, que este jueves han vuelto a lanzarse a las calles de la región… ¡en autobús!

A eso de las 10:00 horas se han dado cita en la céntrica plaza de Atocha, dejando en frente la estación de Cercanías y atrás, entre otros lugares, la mítica discoteca Kapital. Desde allí, la avenida donde nacen la mayoría de las reclamaciones, han partido contra el “maltrato” de la Comunidad de Madrid a la Sanidad.

Con mucho júbilo pese a la situación que atraviesan y con la férrea convicción de que la revolución es el baile de los oprimidos, una decena de sanitarios han gritado a los cuatro vientos y las siete estrellas que son necesarios. Todo ello bajo la batuta de uno de los sindicatos que en la anterior huelga indefinida de urgencias extrahospitalarias más reproches recibió por parte de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, AMYTS.

ElPlural.com les ha acompañado en este viaje del que también han formado parte otros compañeros de profesión, algunos de ellos extremadamente atrevidos al portar trípodes que a punto han estado de llevarse por delante algún que otro semáforo. Una vez dado el valor periodístico pertinente, todo lo demás queda orientado hacia los sanitarios, verdaderos y únicos protagonistas de estas líneas.

Es posible que una de estas trabajadoras les suene por haberla visto en televisión seguramente en más ocasiones de las que a ella le gustaría. Se trata de Ángela Hernández, portavoz del agente social y una de las caras visibles de la parte médica, además de postularse como una de las encargadas de capitanear las negociaciones con la Consejería.

Con ella ha podido conversar este medio, a quien ha trasladado su desánimo por ver que a las negociaciones -que ascienden a tres después de la del pasado miércoles- ni siquiera acuden la líder de Sol ni el responsable del departamento de Salud, Enrique Ruiz Escudero. Con todo, se muestra optimista con que el tan ansiado acuerdo se cierre y niega a los micrófonos que las intenciones pasen por “boicotear” nada como les acusa el PP. De hecho, recuerda lo que supone hacer una huelga y lo difícil que es mantenerla en el tiempo. Aunque, asegura, a veces es necesaria.

Conscientes de que todo lo que van logrando es a corto plazo, los demás médicos y pediatras con los que este medio ha tenido la oportunidad de conversar desean que las piedras que van poniendo en el camino sirvan para revertir algún día una situación cuyo comienzo fechan en 2006 y que se extiende a muchos otros ámbitos más allá del suyo.

"Termino el día agotada tanto física como mentalmente"

La experiencia de esta mañana (ha terminado pasado el mediodía) es cuanto menos llamativa, incluso divertida se podría a decir. Pero no hay que dejar de lado las reclamaciones del sector, que pasan principalmente porque disminuya el número de pacientes que tienen que atender en el día a día.

En concreto, solicitan un mínimo de 31 personas máximo para medicina de familia y 21 para pediatras frente a los 60, 70 e incluso 80 a las que algunos están obligados a atender. “Termino agotada tanto física como mentalmente al final del día”, aseveraba otra de las pasajeras. “Los compañeros son auténticos profesionales y por eso salen las cosas adelante, pero no es justo, tampoco para los pacientes, que merecen ser atendidos con más tiempo y detenimiento”.

Si bien la carretera resulta emocionante -algunos madrileños no han dudado en vitorear el vehículo a su paso por Neptuno y Cibeles como si del autobús oficial del Real Madrid o Atlético se tratase- no menos halagüeño para con el futuro ha resultado el recibimiento en los cuatro centros en los que ha parado este autobús de la precariedad: Centro de Salud Palma Norte, Centro de Salud General Fanjul, Centro de Salud Carabanchel Alto y Centro de Salud Los Ángeles.

Allí han seguido con las proclamas que, siempre ingeniosas, vienen a resumir la situación actual de la medicina madrileña. “¡Queremos atender y no despachar!”, “¡Lasquetty (consejería de Hacienda), escucha, abre ya la hucha!”, “¡Vocación, no explotación!",  “¡Menos pedir y más cumplir!" o "¡No estamos todos, faltan los de Suecia!”, han sido algunas de las frases que han lanzado los hombres y mujeres de blanco. En todos estos lugares han posado con la pancarta frente a la puerta, la atenta mirada de los más curiosos y el aliento de los balcones que, aunque ya no ocupen portadas, siguen aplaudiendo por lo público.  Madrid, qué bien resistes.