Tras un primer chubasco, Isabel Díaz Ayuso ha desatado ya la tormenta sobre Génova. Si ayer era su portavoz en el Gobierno de la Puerta del Sol, Enrique Ossorio, quien avisaba de por dónde iría la ruptura de la tregua con Pablo Casado, hoy ha sido la presidenta madrileña en carne y hueso quien ha sacado las armas. Ayuso ha vuelto a reclamar el Congreso que la convierta en presidenta del PP de Madrid y ha exigido a la dirección nacional que “deje de retrasar” el cónclave. Una ofensiva que ha molestado y mucho en Génova, donde aseguran que no se mueven ni un centímetro de su posición y amagan con dejar su Congreso para el final dentro de la ronda de uniprovinciales.

En Génova vieron venir la estrategia de Ayuso a cámara lenta y, pese a los intentos de al menos mantener una calma tensa tras las elecciones en Castilla y León, los presagios se han cumplido. “Ya sabíamos que lo iban a hacer”, comenta un miembro de la dirección nacional. La pista la daba el desayuno informativo previsto para este martes, con el consejero de Educación y portavoz del Gobierno regional, Enrique Ossorio, quien iba a ser presentado por la propia Ayuso. “¿Cuántas veces ha presentado Ayuso a un consejero?”, se pregunta un popular con mando en plaza. La respuesta, al menos según los archivos de Nueva Economía Forum, es ninguna.

El adelanto de Ossorio

24 horas antes de la cita, Ossorio ya estaba preparando la bomba que soltaría a las 09:36 de la mañana de lunes en el programa Buenos Días de Telemadrid. No llevaba ni un minuto de entrevista, y preguntado por si le alegraban los resultados de Castilla y León, respondía “hay unas elecciones en mayo de 2023 y tenemos que prepararnos y por tanto en Madrid debe haber un Congreso lo antes posible”. Sin embargo, desde la Puerta del Sol quitan hierro al asunto e insisten en que no se ha roto ninguna tregua: "No estamos diciendo nada que no hayamos dicho antes", señalan. 

Pero la entrevista de Ossorio en Telemadrid era el aperitivo de las palabras de Ayuso, que las ha presentado con la misma fórmula: sin que nadie le preguntara al respecto y, además, con una falsedad. “Ayer le preguntaron al consejero por el Congreso de marras, el tema de siempre”, ha dicho la presidenta, para después afirmar que “no es una cuestión de que se adelante nada, sino de que se deje de retrasar dar la voz a los militantes”.

Por si fuera poco, Ayuso coronaba la invectiva con dos cargas de profundidad. Por una parte, volvía a insistir en la necesidad de pactar con Vox, “sin importarnos lo que piense la izquierda sobre nuestros pactos”, lo que confronta con la estrategia actual de Génova. Por otra parte, se ponía de ejemplo nacional, al presumir de su proyecto y decir que “se está convirtiendo en un modelo en el que toda España mira”.

Enfado en Génova

Desde la dirección nacional, la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, ha salido a dar la cara y a pedir a Ayuso que trate los "temas internos" dentro del partido y no "ponerse nerviosos" porque la dirección del partido, ha subrayado, sabe cuándo se "tiene que realizar" el Congreso de Madrid. Sin embargo, la fecha sigue siendo un misterio, aunque desde Génova aseguran que el plazo estipulado por la Junta Directiva Nacional sigue en pie: en el primer semestre de 2022. Y, eso sí, cuando llegue el turno de los congresos uniprovinciales.

Antes, el órgano directivo del PP estableció que habrían de celebrarse todos los congresos de las autonomías con más de una provincia, y solo queda pendiente el de Extremadura, para el que diversas fuentes del PP apuntan al filo de empezar la Semana Santa. Después de esas vacaciones, será el turno de los Congresos uniprovinciales: Asturias, Cantabria, Navarra, La Rioja, Murcia y Madrid.

Desde Génova, no dejan claro si en el Comité Ejecutivo Nacional de esta tarde Pablo Casado o Teodoro García Egea despejarán alguna incógnita al respecto, “porque no es el órgano para hablar de ello”. Si acaso, quizás se dé alguna pista del Congreso en el que se dará el relevo al extremeño José Antonio Monago. Y sobre el orden de los uniprovinciales, aclaran que todavía no está decidido y que Madrid no tiene por qué ir antes. Eso sí, los estatutos fijan 45 días para celebrarlos desde que se convoquen, lo que nos lleva a finales de marzo y, aún así, antes iría Extremadura.

"Le viene fatal al partido"

De hecho, a través de esa prelación es donde se podría castigar a Ayuso, dejando para el final su Congreso, lo que podría provocar un nuevo retraso si, por ejemplo, antes se convocaran elecciones en Valencia. Fuentes del PP de Madrid, más partidarias de que las aguas vuelvan a su cauce, ya apuntan a que tampoco sería un problema ir los últimos. “La idea era cerrar con Madrid para dar un impulso al Congreso nacional” que reelegirá a Casado al frente del PP, “como se ha hecho siempre”. Aunque en realidad los dos congresos que eligieron a Aguirre como presidenta del PP, en 2008 y en 2012, fueron unos meses después de los respectivos congresos de Mariano Rajoy de esos mismos años.

En cualquier caso, desde Génova señalan que los plazos siguen siendo los mismos y defienden que el partido ha funcionado bien en los años que ha tenido a una gestora al frente. Lo que parece enterrado es el debate sobre quién debe ser el candidato cuando llegue el Congreso. “Es la presidenta natural”, dice sobre Ayuso un dirigente del PP de Madrid que reconoce no entender la pelea por las fechas. Sí tiene claro que la guerra interna, y más tras los resultados de Castilla y León, “le viene fatal al partido” y concluye: “Es como el Covid. Hay que aprender a convivir con ello”.