En estos tiempos de COVID-19, la sanidad pública gallega no ha dejado de provocar dolores de cabeza al presidente de la Xunta. Desde mucho antes de marzo, incluso años, los profesionales no han dejado de protestar contra los continuos recortes practicados por el Gobierno autonómico.

Detrás de esas acciones, para algunos analistas, hay una marca ideológica cuyo objetivo último es la privatización a través de, por una parte, los conciertos con centros privados y, por otra, la externalización de determinadas áreas dependientes del Servizo Galego de Saúde, SERGAS.

No obstante, el apartado más castigado a tenor de las denuncias realizadas por diferentes sindicatos, así como por la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública, es el del personal.

En este marco de alabanzas frente a críticas a la gestión del Ejecutivo, los medios de comunicación juegan un papel destacado. Precisamente, un argumento repetido en Galicia es el del uso que de ellos hace el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo. La afirmación se refiere a públicos y privados.

"Amarillista" y "falso"

Con respecto a los primeros, solo recordar la protesta de la plantilla de informativos de la CRTVG en el marco de los llamados #ViernesNegros. En el caso de los segundos, llama la atención el reparto de las cantidades que la administración autonómica destina a periódicos, digitales, radios o televisiones en concepto de publicidad y/o propaganda. Según denuncian los agraviados, siempre se realiza en detrimento de los considerados críticos con la Xunta. 

Esta semana se ha dado un episodio que, a la vista de la polémica generada, mezcla ambas materias: gestión autonómica y medios de comunicación. El detonante ha sido un artículo publicado en uno de estos medios que ha provocado la reacción airada del Sindicato de Profesionales de la Sanidad Pública Gallega, PROSAGAP, a través de un contundente comunicado.

Este colectivo llega a tildar el titular utilizado de “amarillista” por hablar de que más de 1.000 enfermeros del área de Vigo rechazan trabajar en la segunda ola, algo que, además, proclama que es “totalmente falso”. 

Su argumentación es igual de tajante al señalar que se acusa al personal inscrito en “las listas de contratación del SERGAS de no querer trabajar”, aunque esto “no refleja la realidad”. Según PROSAGAP simplemente es una “artimaña torticera por parte del Gobierno de Feijóo y la Consellería de Sanidade” para trasladar la responsabilidad de su “nefasta gestión... a los profesionales”.

Continúan narrando que el 30 por ciento de los más de 2.000 aspirantes que están inscritos como demandantes de empleo, “llevan años en interinidades sin que sus plazas salgan a oposición”. Además, “un 15% se ha visto condenado al exilio por las condiciones tan precarias en las que se trabaja en el SERGAS”.

La contradicción del SERGAS

En cuanto al resto, es decir, los 'privilegiados' que están trabajando, ha visto como durante la pandemia lo han hecho “con unas condiciones que debieran ser vergonzantes para quien contrata, sometidos a un pacto de contratación que no 'vincula', pero sí obliga, pendientes de un teléfono para ir cada día diferente a un sitio nuevo de trabajo, cubriendo las necesidades de 'hoy para antes de ayer' sacándole las castañas del fuego al jefe de guardia de turno”.

Toda esta situación se da en la sanidad pública gallega. La precariedad, inseguridad y abusos laborales de los que, hace unos días, se hizo eco la Unión Europea y de lo que informó ELPLURAL.COM, lo vienen denunciando desde hace mucho tiempo las distintas organizaciones sindicales. Sin embargo, siempre ha sido negada por Feijóo y su equipo.

A pesar de que el presidente gallego y el SERGAS no admiten esas quejas como reales, la pandemia ha sacado a la luz muchas de las deficiencias. Esto, a su vez, ha llevado a la Consellería de Sanidade a contradecirse mediante el impulso del que ha denominado como Plan de Contingencia.

La iniciativa tampoco convence a PROSAGAP. Lo califica como “cortina de humo disfrazada de estabilidad” y añade el sindicato que se trata de “un contrato en blanco que se obliga a suscribir y firmar a los profesionales y cuya única certeza es la duración.....máximo 6 meses....sin destino fijo, sin saber turnos, sin saber días libres, permitiendo mover a los profesionales, incluso, entre distintos centros de trabajo en un mismo turno. Un cheque en blanco que solo genera más precariedad y esclavitud”. 

Por cierto, hace tan solo unos días, las calles de Vigo acogían una nueva protestas del colectivo de enfermería contra la precariedad laboral. Hoy, a partir de mediodía, en la puerta principal del Hospital Álvaro Cunqueiro de la ciudad olívica vuelven a concentrarse convocadas por PROSAGAP y Enfermeiras Eventuais en Loita contra lo que llaman "dictadura del SERGAS".